Portada » Arte » Arquitectura, Escultura y Pintura Barroca: Características y Artistas Representativos
CRONOLOGÍA: siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII
El BARROCO es un estilo artístico que surgió en Italia, con Roma a la cabeza, pero de inmediato se extendió por toda Europa e Iberoamérica. Se desarrolló durante el siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII, atravesando varias fases: primera mitad del s. XVII, cuando está influenciado por el Manierismo; segunda mitad del s. XVII, en la que alcanza su expresión más pura; primera mitad del s.XVIII, cuando se divide en dos vertientes, una más recargada y efectista, el Rococó, y otra más clasicista que evolucionará a un movimiento que lo rechazará frontalmente, el Neoclasicismo.
Es la época de las grandes capitales europeas, que se convierten en sedes y símbolos del poder real, lo que refuerza su función propagandística.
La arquitectura barroca en España tardó en asentarse; además, la crisis económica limitó la construcción de edificios durante el siglo XVII. Distinguimos tres etapas:
Al estilo francés se le puede llamar “academicista”, ya que los artistas empezaron a formarse en Academias en las que se propagó un estilo clasicista basado en líneas rectas horizontales y verticales. Su mayor expresión se encuentra en la arquitectura palaciega, como es el caso del Palacio del Louvre, de PERRAULT, hoy convertido en museo, y, sobre todo, en el Palacio de Versalles, residencia de Luis XIV. LE VAU lo concibió como una estructura casi cuadrada, en forma de U, rematado en balaustrada, al modo italiano. En su fachada de los jardines, la más importantes, presenta tres salientes, pero no líneas curvas. MANSART añadió dos alas laterales al proyecto inicial, y LE NÔTRE diseñó los jardines, de estructura geométrica, con avenidas que confluían en fuentes monumentales. El interior es muy lujoso, como el caso de la Galería de los Espejos. MANSART también participó en la construcción de Los Inválidos, un complejo destinado a los militares retirados.
El Barroco inglés se asemeja bastante al Renacimiento, aunque los efectos de luz y sombra que se crean en sus estructuras permiten catalogarlo dentro del estilo predominante en el s. XVII. Destaca CHRISTOPHER WREN, que erigió la Catedral de San Pablo con una cúpula que recuerda a la de San Pedro del Vaticano; también diseñó la reconstrucción de Londres, asolada por un incendio en 1666.
CRONOLOGÍA: siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII
El BARROCO es un estilo artístico que surgió en Italia, con Roma a la cabeza, pero de inmediato se extendió por toda Europa e Iberoamérica.
La obsesión por representar el movimiento es aún mayor que en la arquitectura. Se trata de un movimiento agitado, convulso, atrapado en el momento mismo de la acción, del esfuerzo.
Las composiciones no siguen un modelo fijo: son libres, complejas e inestables y buscan en todo momento lo teatral, lo escenográfico. Priman las composiciones en aspa, llenas de diagonales.
Los cuerpos humanos se plasman en torsión, las vestimentas son amplias, con aparatosos pliegues que parecen agitados e hinchados por el impulso del viento, aunque no exista movimiento propiamente dicho.
Aunque no están restringidas por un marco arquitectónico, las esculturas se conciben formando parte de un entorno: hornacinas, fuentes, balaustradas, retablos, etc.
Las esculturas están dotadas de una enorme fuerza expresiva, que a veces incluso resulta teatral y excesiva: gestos de horror, asombro, esfuerzo, éxtasis, etc., se plasman en los rostros.
Los temas son mayoritariamente religiosos, aunque también existen ejemplos de temas mitológicos y de retratos, estos últimos tratados con mucho naturalismo.
Suele esculpirse en mármol, aunque en España cobra especial relevancia las tallas de madera policromada trabajada mediante las técnicas del estofado y las carnaciones.
CRONOLOGÍA: siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII
El BARROCO es un estilo artístico que surgió en Italia, con Roma a la cabeza, pero de inmediato se extendió por toda Europa.
• La luz tiene un papel fundamental. Adquiere un efecto teatral, sobre todo en el tenebrismo, que sobreilumina unas zonas, sumiendo otras en la oscuridad.
• Apuesta decidida por el naturalismo, el realismo. Frente a la idealización renacentista, el Barroco introduce a los grupos populares en la pintura: el pueblo y la gente corriente aparecen incluso personificando a personajes religiosos o mitológicos; algunos autores utilizan el recurso del aggiornamento («actualización»), consistente en representar dichas escenas ambientándolas en la época del pintor. Tampoco esquiva la vejez ni la enfermedad, ni los temas desagradables o violentos.
• Escenas dotadas de un gran movimiento, que como en la escultura puede llegar a ser agitado y convulso.
• Predominio del color sobre el dibujo.
• Las composiciones son muy variadas y abiertas. Se prefieren las composiciones en aspa, llenas de diagonales, que tienden a desbordar el marco, rompiendo la separación entre espacio ficticio y real.
• En cuanto a la perspectiva, se tiene una visión en profundidad, por la cual las escenas se disponen en zonas que se extienden de forma continua hacia el fondo.
• Personajes dotados de una gran expresividad, plasmada en gestos y actitudes teatrales. Se observa una preferencia por la representación de emociones que logren conmover al espectador, como el dolor, el sufrimiento, el horror, el éxtasis, etc.
• Además de las temáticas religiosas, muy abundantes en los países católicos, se generalizaron los paisajes, los bodegones, la pintura de género (escenas costumbristas y cotidianas) y el retrato, que en los países protestantes se convierte en retrato colectivo para las corporaciones profesionales burguesas.
• Se generaliza el uso del óleo, aunque para la decoración de espacios interiores se sigue usando el fresco.