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Escrita, aunque sin entusiasmo político, desde la óptica de los vencedores en la Guerra Civil, con claras críticas hacia los republicanos. Sin embargo, la tibieza con que se enfocan los temas religiosos y morales provocó su prohibición por la censura.
Segunda(En esta tierra) La principal modificación afecta al final de la novela, que acentúa su posición pro-franquista. “La ciudad roja se revolvía en su último estertor (…) Franco avanzaba… El clima miedoso, por un lado, y lleno de esperanzas por el otro…” (p.266). Cristián ahora muere durante la ocupación de Barcelona en 1939: un francotirador republicano le dispara cuando él sale a recibir con entusiasmo a las tropas franquistas. La censura autorizó esta versión.
El final es nuevamente modificado, esta vez para suprimir fragmentos pro-franquistas, a costa de provocar ambigüedad. Aparte del final, el resto de la novela no ha sufrido muchas variaciones significativas en las tres versiones (una huelga obrera (1993,p.155) desaparece en 1955, p. 188). En conclusión, la tercera versión no es la recuperación de la primera, sino una revisión de la segunda, para adaptarla al contexto político democrático . Cada una de las tres versiones responde a tres momentos distintos de la historia del país y de la evolución ideológica de la autora.
Escritora del grupo realista de los 50, pero siempre en un lugar aparte:La Guerra Civil, el cainismo: Los Abel (1948), Los hijos muertos (1958)/La infancia: Primera memoria (1959)/La incomunicación, la soledad: Paraíso inhabitado (2008)/El mundo hostil, cruel: Los niños tontos (1956)/La huida de la vida cotidiana a través de la imaginación y la fantasía: Olvidado rey Gudú (1996)/Estilo: Realismo poético, prosa lírica (metáforas, símiles, animalizaciones, sinestesias…), descripciones de ambientes y atmósferas.
“[Las lucíérnagas son] unos pobres seres, medio gusanos, medio mariposas, que van dando tumbos, con la cabeza encendida///////“Dos animales anónimos, sin méritos ni heroicidad alguna, dos criaturas, es a que ella vio en el campo al borde de los caminos….
Lucíérnagas, barcos errantes en la noche” ///“…Criaturas errantes, dando tumbos, chocando contra los muros, la cabeza encendida y murmuró: lucíérnagas”// “No era sino un débil embrión incompleto, dando tumbos en el vacío. Cayendo, cayendo siempre sin chocar, siquiera, sin estrellarse, en un final. Cayendo en el vértigo, tras una parpadeante esperanza. Lucíérnagas —recordaba—, pobres lucíérnagas.” TRES VERSIONES FINAL DE LA NOVELA:
): Cristián y Sol viven con entusiasmo la conquista de Barcelona. Se casan, tienen un hijo. Él estudia Medicina mientras trabaja de practicante. Pasan apuros económicos. Cristián se endeuda con un prestamista usurero, al que mata. Es condenado y, para reducir condena, trabaja en la construcción de una carretera en la aldea de Santa Bárbara. En el verano de 1945 Chano llega al penal, condenado por atraco, y se reencuentra con Cristián. Cristián recibe las visitas de Sol y del hijo de ambos, mientras aguarda, con esperanza, a cumplir los cinco años de cárcel que le quedan.
En la chabola de Vallcarca, Cristián y Sol aguardan con impaciencia a los nacionales: “¡No tardarán! ¡Lo sé!… Tendremos paciencia. / Oyeron de pronto el ruido de unos aviones cercanos. Cristián levantó ansiosamente la cabeza y sonrió. “Al fin –decía- Al fin…” (…) Sonaban en la parte alta disparos de “pacos”, detonaciones que tenían algo dañino y falso en la luz de la mañana. “Deben estar resistiendo por ahí, todavía” (…) En aquel momento alumbraron la curva de la carretera. Una columna de tanques e infantería descendía hacia la ciudad. Al verlos, Cristián soltó el brazo de Sol y se lanzó vertiente abajo, hacia ellos, con un grito (…) A su espalda, entre el follaje, se alzaba un hotelito rosado, de ventanas herméticas, con los maderos podridos. La bala fue también un grito bronco junto a ella. Un grito contrario, derrotado, último. Réplica desesperada de la muerte que acaba a la vida que empieza. / El cuerpo de Cristián se paró en seco, “…Los amantes se buscan y cuando Cristián corre hacia ella una bala lo derriba ante los tanques de los vencedores” (Gonzalo Sobejano)
“Una columna de tanques e infantería descendía hacia la ciudad. Se oyó silbar una bala, y el cuerpo de Cristián cayó vertiente abajo, con un grito. (…) A su espalda, entre el follaje, se alzaba un hotelito rosado, de ventanas herméticas , con los maderos rotos. La bala fue también un grito bronco en ella. / El cuerpo de Cristián se paró en seco, sacudido. Luego se dobló y cayó rodando, venciendo matas, hacia el retumbar de los tanques”.
Con excepción de Sol, los personajes están bastante desdibujados psicológicamente.
adolescente tímida, solitaria, con una rebeldía soterrada frente al mundo burgués en el que vive. Evoluciona al acercarse al mundo de Cristián, pero sin ninguna simpatía por las ideas revolucionarias.
Cristián
Joven estudioso y responsable, intenta frenar la destrucción de su familia. Es el menos revolucionario. No comparte la ideología de su hermano Pablo. Es perseguido y encarcelado por los republicanos, acaba adhiriéndose al franquismo.
Cristián inicialmente rechaza a Sol por su distinta procedencia social. Desemboca en un amor basado en el apoyo mutuo frente a un mundo hostil.
La pareja tiene algo de adánica, de símbolo de reconciliación de una sociedad que se ha autodestruido y que hay que refundar desde la base: “Todo, todo hay que inventarlo de nuevo” (p. 248); “Seremos libres, nuestros hijos serán mejores” (p. 306). Esta opción, que en la primera versión (1953) se simbolizaba en el hijo de ambos y la redención de las culpas de Cristián, en las dos versiones siguientes (1955 y 1993) es sustituida por la trágica muerte de Cristián. “Cristián tenía que morir”.
La ciudad es otro personaje. Esa Barcelona hundida, machacada y hambrienta, esa ciudad de color de aluminio mojado un poco fosforescente. Esa ciudad de cielos grises, de gente que hacía cola para comprar el pan, de tu hermano que te llamaba para mostrarte unos cuerpos tirados en un solar. Eran muertos, claro… Y eso viniendo de un mundo que no era el nuestro, de una educación burguesa. Aprendimos mucho durante la guerra, demasiado”.Barcelona revolucionaria: “La ciudad era ahora una ciudad distinta. Por las calles, antes limpias, se amontonaba la basura. Las gentes iban mal vestidas (…) Los bares, los teatros, los restaurantes, tampoco eran los mismos. Turbas de gentes desharrapadas los invadían, sentándose con los pies sobre la mesa, escupiendo al suelo.” (p. 81) “Aquellos hombres … se emborrachan… requisaban los víveres de las tiendas…desvalijaban las viviendas” Barcelona derrotada: “La ciudad (roja, 1953) se revolvía como en un último estertor” “la ciudad de los huidos, despojada y patética, dolorida y llena de esperanza” en la ocupación franquista. Al final de la novela Cristián y Sol van a comenzar su nueva vida en esa Barcelona que “les aguardaba. Bajaban a la ciudad donde nacieron, como si la vieran por primera vez. Era el 26 de Enero de 1939” .El contexto lingüístico es únicamente castellano. Solo aparece un catalanohablante, el campesino de una masía (p. 302).Hay algunos catalanismos: “mosaicos” (baldosas), ; “torre” (chalé, hotelito),; “haremos (encenderemos) un gran fuego”.
“Los protagonistas son varios adolescentes que no saben por qué se están matando sus hermanos mayores y que no comprenden por qué tienen ellos que recibir las consecuencias.
No es una novela política, sino que es humana (El País, 27.10.2012) A Eduardo “no le importaban los motivos de la revolución, ni se sentía solidarizado, ideológicamente, con aquellos hombres” (p. 83). “Las revoluciones no se hacen por nada. No sé yo en esta quién tiene razón, ni me importa tampoco. Pero ya he dejado de sentirme su víctima. Prefiero considerarme una de sus consecuencias.
“No tenemos ningún carnet, no pertenecemos a ningún partido ni sindicato (…) No dispararé un solo tiro. No conozco “míos” ni “tuyos” .
Más que política, la confrontación es social: la clase burguesa contra la clase popular, los poseedores contra los desposeídos
: Las niñas pobres eran “otro mundo, otra raza” (p. 21) “No podemos ser amigos (…) Mi mundo no tiene nada que ver con el tuyo” (p. 210).
Cristián y Sol, gracias al amor, superan esa barrera. Pero en la segunda y tercera versión del final de la novela el pesimismo, de influencia existencialista, impone un final trágico. El embarazo de Sol (“Dentro de ella, otro corazón, otros sueños (…) algo que sentía en su ser, misterioso y amado” (p. 307) no abre perspectivas esperanzadoras: “…en aquel hombre, que caía, rodando hacia la carretera, Sol sintió su propia vida, destruida” (p.308)
Aunque no hay tesis política, la novela está escrita desde el bando franquista. Los “malos” son republicanos (Boloix, Pablo) que reciben su castigo. Pablo se arrepiente: “Me equivoqué. Nunca tuve razón” (p. 233). No hay ningún republicano positivo. Y la ocupación de Barcelona es presentada como una liberación.