Portada » Filosofía » Antropología y Humanismo en Marx: Un Enfoque Socioeconómico
La alienación es una situación histórica resultado de una determinada forma de organización socioeconómica. Está relacionada con el trabajo, que es la esencia humana.
La filosofía es humanista porque está orientada a lograr un objetivo histórico-político: transformar la sociedad, superar el capitalismo para acabar con la alienación y hacer posible la realización de un orden social en el que el ser humano puede realizarse.
Reconoce que solo el hombre puede darle un sentido a la historia, puesto que esta no recibe ningún sentido de Dios. Solo a través del trabajo el hombre podrá modificar los medios de producción y transformarla.
El pensamiento marxista es deudor de la filosofía alemana de finales del siglo XVIII y principios del XIX, en especial del pensamiento de Hegel (el llamado idealismo absoluto), y de la interpretación que del mismo hicieron una serie de filósofos agrupados en la denominada izquierda hegeliana, entre los que destaca L. Feuerbach. Influenciado por este, Marx criticará el idealismo racionalista de Hegel y su noción de dialéctica, rechazando de manera especial la tesis de que el pensamiento, la conciencia o el espíritu constituya el objeto prioritario de estudio de la filosofía y el fundamento ontológico último. Marx aceptará, aunque de manera crítica, la interpretación materialista de Feuerbach, según la cual la realidad es materia.
Otra influencia decisiva de Feuerbach tiene que ver con la crítica radical a la religión que Marx despliega en sus obras. Feuerbach consideró a la religión (y a Dios) como un producto del hombre que termina alienándole. El hombre crea a Dios para encontrar consuelo y esperanza, pero termina sometiéndose a él. Es necesario negar la religión y defender el ateísmo para recuperar la dignidad humana. Marx aceptará estas tesis, aunque las criticará por su excesivo carácter teórico, defendiendo la necesidad de conectar la crítica a la religión con las condiciones materiales concretas de vida de los hombres, viendo así que aquella cumple una función de falsificación de la realidad, una función ideológica al servicio de los intereses de la clase dominante.
Durante su estancia en París, Marx entró en contacto con las ideas de los socialistas franceses (Saint-Simón, Fourier, Blanc…). En general, mantuvo una actitud muy crítica ante sus pensamientos y teorías. Marx y Engels rechazaron estas teorías por su falta de rigor, por carecer de realismo y basarse en análisis superficiales de la historia y de la naturaleza humana. Frente a este socialismo utópico, Marx defenderá un socialismo científico basado en un conocimiento profundo de la estructura económica de la sociedad. Igualmente, rechazó los planteamientos anarquistas de Bakunin al considerar que el individualismo defendido por ese autor era incompatible con la dimensión social del hombre y con la necesidad de crear fuertes organizaciones proletarias para tener éxito en la transformación de la sociedad. En el Manifiesto comunista, Marx y Engels criticaron todas estas teorías.
Por último, cabe destacar que el pensamiento de Marx se desarrolló en un ambiente intelectual que impregnó toda Europa denominado positivismo. Su máximo representante fue Comte. Deslumbrado por el avance del conocimiento científico y del progreso técnico, el positivismo termina idolatrando a la razón y a la ciencia como los únicos criterios posibles que permitan explicar la realidad y lograr una organización social que facilite el progreso del hombre. Heredando planteamientos empiristas, Comte considera necesario superar la metafísica y la religión para poder llegar a un estado positivo en el que se logre esa meta de emancipación y realización plenas de la humanidad. El deseo marxista de dotar a su pensamiento de un rigor científico puede verse, sin duda, como una influencia del positivismo de la época. En general, puede afirmarse que la expansión de la mentalidad positivista influyó decisivamente en abandono temporal de las cuestiones metafísicas. Se desarrolla una filosofía de fuerte contenido social y político.