Portada » Geografía » Análisis Urbanístico de Madrid: Evolución, Estructura y Desafíos
El plano de Madrid tiene su origen en las plazas defensivas que los árabes crearon en el siglo IX para proteger la frontera norte de Toledo. Su finalidad defensiva inicial determinó el emplazamiento de la alcazaba sobre un cortado de las terrazas del río Manzanares, lo que propició la expansión de la ciudad hacia el noreste. Su centralidad geográfica en España y la decisión de Felipe II de convertirla en capital del reino la han transformado en la ciudad más grande de España y el principal nudo de comunicaciones del país. Esta posición central ha impulsado un crecimiento constante, reflejado en sus edificaciones, que combinan sectores planificados con edificación cerrada (ensanches) y edificaciones abiertas en los barrios periféricos.
Los usos tradicionales (residencial, comercial y artesanal) han evolucionado, con la pérdida de terreno del uso residencial y el auge del turismo. El casco antiguo presenta problemas como el deterioro físico de calles y casas, el deterioro social y el envejecimiento de la población, y el deterioro ambiental. El vaciamiento del centro fuera del horario comercial ha impulsado políticas de rehabilitación física y social desde los años 90.
El crecimiento de la población dentro de la muralla se volvió insostenible. La insalubridad y los usos del suelo incompatibles con el residencial dispararon la mortalidad en el siglo XIX. La burguesía impulsó la construcción de una nueva ciudad fuera del límite amurallado. Se remodelaron y ampliaron calles y barrios, como la Gran Vía, para mejorar las comunicaciones. La desaparición de las murallas dio lugar a nuevas áreas residenciales: los ensanches (Ensanche de Madrid, 1857, al norte). Con trazado ortogonal, facilitaron la parcelación y venta de terrenos. Edificaciones cerradas en manzanas con patios interiores, destinadas a la burguesía media y alta. Esta área se ha terciarizado gracias a su buena accesibilidad. El desarrollo del transporte permitió los primeros intentos de urbanización periférica.
El desarrollo industrial, el aumento de la población y el avance del transporte provocaron un rápido crecimiento urbano. Los ensanches se extendieron, englobando núcleos urbanos y rurales (Fuencarral, Hortaleza, Vallecas). Se formaron áreas suburbanas con usos del suelo mixtos (urbanos y rurales), donde se ubicaron polígonos industriales y barrios obreros. La periferia actual, surgida del crecimiento postguerra, incluye áreas residenciales (San Blas, Aluche), industriales y de servicios. La planificación urbana actual se centra en proyectos más estructurados con mejores servicios y en la rehabilitación de cascos antiguos y áreas históricas. Se buscan soluciones a problemas como el chabolismo y el deterioro de barrios obreros antiguos, con programas de actuación en poblados como La Celsa o la Rosilla.