Portada » Historia » Análisis histórico de la II República Española, el Franquismo y la Transición
El intento de establecer un régimen democrático en España con la II República (1931-1936) y realizar las reformas políticas, sociales y culturales que el país necesitaba fracasó debido a la oposición de las clases dominantes que pretendían mantener sus privilegios. A esto se sumó un contexto internacional desfavorable (crisis de 1929, auge del fascismo y del comunismo frente a la democracia). Estos problemas explican una degradación de la convivencia política y social, cuya consecuencia sería el estallido de la Guerra Civil en 1936. Este conflicto ha sido objeto de muy variadas interpretaciones, destacando las que la consideran como un producto de la lucha de clases y las que lo hacen en el marco del enfrentamiento entre democracia y fascismo, es decir, como un prólogo de la II Guerra Mundial.
El general Francisco Franco Bahamonde, durante la Guerra Civil (1936-1939), había consolidado un régimen dictatorial gracias a su nombramiento como Jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos en 1936 y como Jefe del partido único del régimen, la FET-JONS, en 1937, adoptando el título de Caudillo en 1938. Tras su triunfo en la Guerra, la dictadura va a conocer una evolución muy importante en sus bases políticas, ideológicas y sociales, evolución que podemos relacionar con la de sus relaciones internacionales y en su política económica. De ahí que para el desarrollo del tema hayamos optado por realizar un análisis del franquismo en todos sus aspectos y dividido en dos etapas: la económica y el ocaso de la dictadura (1939-1975).
El mayor éxito del régimen franquista, el desarrollismo económico de la década de los 60, supuso también la principal causa de su caída, ya que perdió sus principales bases sociales. Así, optaron por la democracia las nuevas clases medias deseosas de libertad y las clases altas interesadas en el ingreso del país en la CEE. Aunque la muerte de Franco en 1975 sube al trono al rey Juan Carlos I, que se suponía que debía garantizar la perpetuación del régimen, el camino hacia la democracia es asumido con un gran consenso por casi todos los partidos políticos, que deberán hacer frente en todo caso a la fuerte conflictividad social y al efecto distorsionador que desde el principio supone el terrorismo. Pese a las dificultades de la crisis económica y de las heridas no cerradas de la Guerra Civil, la democracia sienta sus bases con la Constitución de 1978 y se consolida definitivamente, tras el intento de golpe de estado de 1981, cuando en 1982 alcanza el poder uno de los partidos perdedores de la Guerra Civil: el PSOE de Felipe González. A partir de entonces se consolida el régimen político democrático, gracias a la alternancia normalizada de las dos fuerzas políticas mayoritarias, y se registra un fuerte crecimiento económico y modernización social que ha convertido a España en uno de los principales países de la Unión Europea.
El bando franquista vence en la Guerra Civil gracias al apoyo de las potencias fascistas (Alemania, Italia, Portugal) frente a la no intervención de las democracias occidentales y la condicionada ayuda soviética, y gracias también a su unidad frente a la conflictividad interna que sufre el bando republicano durante todo el conflicto. La victoria de Franco no supuso la paz entre los dos bandos, estableciéndose un régimen dictatorial que gobernaría el país durante casi 40 años, durante los cuales los vencidos sufren la represión, la marginación y el exilio.
Tras el triunfo en la Guerra Civil (1936-1939), Franco consolida su dictadura militar. Aunque en un principio asimiló muchas características fascistas debido al predominio político de Falange, la derrota de Alemania e Italia en la II Guerra Mundial obligó al régimen a priorizar su sentido autocrático y católico, lo que le permitió sobrevivir al aislamiento internacional. Gracias a este cambio ideológico y al inicio de la Guerra Fría entre EEUU y la URSS, el régimen franquista aparece como aliado del primero. El apoyo económico norteamericano, unido al desarrollo del turismo, a las remesas de los numerosos emigrantes que marchan a Europa y al abandono de la política económica autárquica, posibilitaron un fuerte desarrollo económico en la década de 1960. Este, que es sin duda el mayor logro del franquismo, será paradójicamente la causa de su desaparición tras la muerte del dictador en 1975, ya que las nuevas clases medias ansiaban gozar de libertad y las clases altas entendían que la dictadura era un impedimento para el ingreso en la CEE. Todo ello explica que el franquismo pierda su base social, iniciándose así el proceso de transición a un régimen democrático.
Pese a todas las dificultades (crisis económica internacional, terrorismo, conflictividad social, intentos de involución), durante la transición política se establece en España un régimen democrático que se fue consolidando gracias a la nueva estructura social del país (predominio de la clase media) y al consenso alcanzado por las principales fuerzas políticas, reflejado en la Constitución de 1978. Esto último explica que esta continúe estando vigente en la actualidad sin apenas reformas de importancia y que, en general, siga siendo considerada como un punto de encuentro de la mayor parte de las opciones políticas. Se consolida así un periodo de normalización política, crecimiento económico y modernización social, aunque con el problema actual de la crisis económica.