Portada » Español » Análisis del poema «Un día habrá una isla» de Pedro García Cabrera
«Un día habrá una isla» es un poema escrito por el autor canario Pedro García Cabrera, incluido en su obra Las islas en que vivo (1971).
Pedro García Cabrera (1905-1981) nació en Vallehermoso (La Gomera, Canarias). Trasladado a Tenerife, estudió bachillerato y Magisterio en La Laguna. En 1922, inició su actividad literaria publicando en revistas y periódicos. En 1930, cofundó la revista vanguardista Cartones junto con otros escritores canarios. Coetáneo de la Generación del 27, participó activamente en política, formando parte del partido socialista en el Ayuntamiento y Cabildo de Tenerife. Su obra literaria evoluciona desde el neopopularismo (Líquenes), con influencias de la poesía popular, al surrealismo (Transparencias fugadas), en sintonía con la búsqueda de nuevas formas de expresión de la Generación del 27. La inauguración en Tenerife de la II Exposición Internacional del Surrealismo por André Breton marcó la vida cultural canaria. Posteriormente, su obra se inclina hacia el existencialismo y, en los años 50 a 70, hacia la poesía social, comprometida con la realidad sociopolítica, como la de Pedro Lezcano. Dentro de esta última etapa destacan obras como Entre cuatro paredes (1968), Vuelta a la isla (1968), Las islas en las que vivo (1971) y Elegías muertas de hambre (1975).
Las islas en que vivo, obra a la que pertenece el poema, destaca por su mensaje de esperanza en un futuro mejor y la libertad para las víctimas del franquismo. En «Un día habrá una isla», el poeta expresa su anhelo de libertad en una isla sometida a un «silencio amordazado» impuesto por la dictadura. Comparte esta esperanza con otros que desean expresarse libremente. El concepto de «isla» tiene un doble significado: el espacio físico y el aislamiento del individuo.
Métrica: El poema combina versos heptasílabos y endecasílabos, formando una silva con rima asonante y algunos versos sueltos. La rima en «i-a» en los versos impares enfatiza palabras clave como islas, orillas y viva, en contraste con heridas.
Lenguaje: El uso de la primera persona del singular aporta subjetividad y atrae al lector. El futuro del verbo «haber» transmite esperanza. Los verbos en presente de indicativo («estoy», «están», «pierden», «lloran») muestran la actualidad del problema, mientras que el presente de subjuntivo («sea», «entierren», «dé», «pisen», «liberen», «partan») expresa la subjetividad del deseo.
Campos semánticos: Tres campos semánticos destacan: libertad («orillas», «horizontes», «esperanza», «mar»), lucha («herida», «silencio amordazado», «rabia», «combate») y expresión («silencio», «rumores», «palabras»).
Funciones del lenguaje: Predominan la función expresiva, que muestra la esperanza del autor en una sociedad libre, y la función poética, que busca la belleza a través de recursos literarios.
Simbología: El «mar» simboliza la libertad anhelada. La repetición de «silencio amordazado» refuerza la idea central del poema. El mar, recurrente en la obra de García Cabrera, se asocia a la libertad.
«Un día habrá una isla» refleja el deseo de libertad de Pedro García Cabrera en una sociedad canaria reprimida por la dictadura franquista. Este poema social reivindica la libertad individual, conectando con la poesía social española y canaria de los años 50 y 60.