Portada » Español » Análisis del poema ‘A un olmo seco’ de Antonio Machado
Antonio Machado Ruiz (1875-1939) fue un poeta español, perteneciente a la llamada generación del 98 junto a autores como Unamuno, Baroja, Azorín… Todos ellos reflexionan en sus obras sobre España y las causas de su decadencia. Nació en Sevilla, y estudió en La Institución Libre de Enseñanza, en Madrid. Se casó con una joven Leonor Izquierdo, que muere tres años después, lo que marcará su vida y su obra. Posteriormente se enamora de Pilar Valderrama, quien inspira su poesía amorosa. Machado fue siempre fiel a la República, lo que provocó su exilio a Francia donde murió en 1939. Su trayectoria literaria evolucionó desde una primera poesía de influencias modernistas hacia una poesía centrada en la reflexión filosófica. En su obra se distinguen dos etapas: en la primera, publica Soledades cuyos poemas siguen la tradición simbolista del Modernismo. El tema exclusivo y obsesivo de esta etapa es la muerte y relacionados con ella otros, como el paso del tiempo, y la melancolía. En la segunda etapa destaca Campos de Castilla cuyos poemas tienen un carácter más realista, y donde se imparta el presente poema “A un olmo seco”
El tema principal de “A un olmo seco” es lo imponderable y la esperanza, aunque parece ser sencillamente la descripción física de un olmo viejo y seco al que le ha brotado una hoja verde. Este detalle llama la atención del poeta ya que esa rama verde constituye un milagro, un milagro de primavera. De este poema podemos obtener dos interpretaciones . Por un lado, observamos el ansia del poeta por la mejoría de España, que en ese momento estaba atravesando una grave crisis de carácter gubernamental; y por otro, la cura de Leonor, quien estaba sufriendo una tuberculosis en esa época.
En el poema vemos una progresión temática, está dividido en tres partes: en la primera, comprendida entre los versos 1 y 14, se hace referencia al olmo en tercera persona y se ofrece una descripción del árbol, así como de su complicada situación en comparación con la de los “álamos cantores”. Concretamente, se hace una comparación entre las arañas y las hormigas que se encuentran en el olmo “Ejército de hormigas en hilera/ va subiendo por él, y en sus entrañas/ urden sus telas grises las arañas”v.12, v.13 y v.14, y que simbolizan tanto la enfermedad de Leonor subiendo por sus pulmones, como los problemas, la corrupción y la falta de voluntad de España; con los ruiseñores que están en el álamo y que, por el contrario no se encuentran en el olmo, tienen connotaciones positivas y simbolizan la vida “No será, cual los álamos cantores/ que guardan el camino y la ribera,/ habitado de pardos ruiseñores” v.9, v.10 y v.11. En la segunda parte, situada entre los versos 15 y 25, en la que se hace referencia al olmo en segunda persona, es más una reflexión del autor sobre la muerte, en la que podemos ver su agobio y sus últimas esperanzas. Es destacable la gradación, en la que observamos que el ser humano le ofrece otras posibles vidas útiles al olmo, pero estas se van degradando y convirtiendo en menos útiles conforme pasa el tiempo y el árbol se va deteriorando siendo las primeras una muerte más útil “te convierta en melena de campana,/lanza de carro o yugo de carreta” v.17, v.18., y la última una muerte que se olvida “antes que el río a la mar te empuje”. v. 24. Finalmente, encontramos una tercera parte compuesta por los tres últimos versos “Mi corazón espera/ también, hacia la luz y hacia la vida/ otro milagro de la primavera”, en los que el protagonista es el sujeto lírico. En ella se hace alusión a la incansable esperanza de Machado, quien, aunque fuera improbable, esperaba la curación de su mujer y la solución de los problemas en España; tras ver reflejada en el olmo la remota posibilidad de una mejoría.
El género al que pertenece esta obra es la lírica, esto lo podemos ver a simple vista debido a que está escrito en verso. Además, es característico de este género la expresión del yo, en este poema el yo poético se dirige a un tú que es el olmo, siendo esto una personificación.
Respecto a la métrica, el poema está formado por 5 estrofas con un total de 30 versos, las dos primeras tienen 4 versos y la tercera y la cuarta tienen tres versos cada una, la última consta de 16 versos. Todos estos se encuentran combinados entre endecasílabos, arte mayor y eptasílabos, arte menor y todos con rima consonante por lo que se trata de una silva.
En cuanto a los recursos literarios, observamos múltiples, entre los que destacan: metáforas, como la de los versos 3 y 4 “con las lluvias de abril y el sol de mayo/ algunas ramas verdes le han salido” que, a través de esas ramas verdes, representa la esperanza tratada a lo largo de todo el poema y que acaba desembocando en los tres últimos versos, en los que el autor nos abre su corazón. Además, observamos una metonimia, pues Machado hace alusión a una parte de su cuerpo para referirse a sí mismo, en este caso el corazón. Respecto a la anáfora y paralelismo que podemos encontrar en la segunda parte del poema “Antes que te derribe, olmo del Duero” v.15, debemos mencionar la clara la obsesión de Antonio Machado por el tiempo, visible al hacer un uso constante de este adverbio de carácter temporal. Podemos apreciar una gran presencia de encabalgamientos “Al olmo viejo, hendido por el rayo/ y en su mitad podrido” v.1 y v.2, que evidencian el ansia del autor por llegar, finalmente, a esa esperanza. Por último, Machado emplea una gradación entre los versos 17 y 24, en ellos desarrolla la utilidad que puede tener el árbol tras morir. Sería una gradación de mayor a menor, debido a que primero nombra a la muerte convertida en una utilidad duradera “te convierta en melena de campana,/lanza de carro o yugo de carreta” v.17, v.18., luego la muerte es convertida en una utilidad perecedera “ antes que el rojo del hogar” v. 19; en la que se refiere al fuego, y finalmente la muerte es convertida en olvido “antes que el río hasta la mar te empuje” v. 24.