Portada » Lengua y literatura » Análisis del Lenguaje Poético de Antonio Machado
Todo su lirismo está marcado por una ascensis (el camino de la perfección humana) y una fidelidad (honradez) que le dan ese tono de sinceridad.
En todas sus composiciones se observan tres aspectos de la concepción del poeta:
Se complace en recordar con frecuencia una poesía marcada por:
Estos son los rasgos de su lirismo, junto a:
Esencialidad y temporalidad son las palabras que definen la naturaleza y la calidad de su lirismo. Todo ello trata de ser verdadero, es preciso que hable sencillamente el corazón propio. Rechaza tanto el romanticismo sentimental como la estética barroca y conceptista. Es arte hecho de sencillez y sobriedad.
Por un lado, Machado fue rebelde con su pasado áureo (el Siglo de Oro) por no querer aceptar la nueva devoción de los jóvenes del 27, y en búsqueda de un nuevo camino que fuera otra cosa, que recogiera la música popular.
Por otro lado, la admiración profunda que Machado sintió siempre por Rubén Darío no le impidió expresar vivas condenas de las florituras superfluas, de la decoración excesiva o de relumbrón, de las sonoridades ruidosas.
Para él la poesía debe ser la expresión del sentimiento de todos los hombres, del pueblo, del corazón humano, y es que Machado siente gran amor al pueblo, que según él es la verdadera fuente de la poesía.
Hay que nombrar también su gusto por la sencillez, la naturalidad, la expresión directa y voluntad antirretórica. Lo que distingue a este poeta es un registro de la emoción a medio camino entre la expansión lírica y el monólogo interior, una voz que busca como un diálogo íntimo.
En cuanto al léxico, puede agruparse en torno a algunos temas, sentimientos o percepciones:
Pero no todo es triste. Hay en él una sensibilidad muy viva para la luz del día en sus distintas tonalidades y momentos. Así mismo, el tiempo provoca el empleo de un vocabulario específico pero reducido: los adverbios de tiempo están altamente valorados. También hay que subrayar la alternancia entre el ensueño y la realidad.
Toda una parte de la atención de Machado se dirige al alma, a lo sobrenatural. Por otra parte, tres aspectos señalados manifiestan su deseo de unión íntimo con lo que le rodea:
Por último, es muy aficionado a los arcaísmos. De todos modos, el vocabulario de Machado es sencillo, natural, inteligible, en conjunto, para un público amplio. También hay que observar la táctica machadiana de colocarnos, mediante el uso de los demostrativos, ante una sensación concreta; la presencia explícita del autor, la implicación de sus posibles lectores, etc. En cierto modo, nos encontramos ante una poesía hablada.
Emplea, sin abuso, procedimientos estilísticos que libran a sus poemas de toda impresión de monotonía:
Por último, en cuanto a la métrica, hay que mencionar la variedad de metros y estrofas, y la mezcla de tradición y modernidad. En Machado se hallan nueve variedades de versos; el octosílabo y el endecasílabo. En cuanto a las estrofas, cultivó el soneto, el cuarteto y la redondilla. Recogió el romance de la tradición popular. Otra forma estrófica es la silva arromanzada.