Portada » Español » Análisis de las Generaciones Literarias en España
Generación del 14. Movimiento cultural característico de la segunda década española del siglo XX. La decadencia del Modernismo es evidente y las nuevas tendencias literarias preconizan una literatura diferente. Lo significativo de la fecha 1914 (comienzo de la Primera Guerra Mundial y fecha de la aparición pública de la “Liga de Educación Política”, de la que forman parte intelectuales como Ortega, Manuel Azaña, Américo Castro, etc.) ha hecho que a los novecentistas se les suela denominar también con el nombre de “Generación del 14”, cuyos rasgos estéticos más importantes son:
Juan Ramón Jiménez (1881-1958). Premio Nobel en 1956, la poesía de Juan Ramón es, en palabras del propio poeta, una “poesía en sucesión”, una “obra en marcha”. La necesidad de ofrecer una muestra general del estado de su obra llevó al poeta a realizar varias antologías de la misma. El propio poeta establecía en sus últimos años tres etapas en su producción:
Generación del 27. Está constituida por un grueso grupo de poetas que tienen en común la admiración por Góngora y la creación de una poesía que mezcla lo intelectual con lo sentimental, consiguiendo un perfecto equilibrio. Estos autores consiguen enfrentar la pureza estética con la autenticidad humana, lo minoritario con lo mayoritario, lo universal con lo español, etc., todo ello asentado sobre una gran renovación métrica caracterizada por la importancia que se le da al ritmo y a los recursos métricos tradicionales. Entre los integrantes del grupo: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, García Lorca, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Una de las características distintivas del grupo es la tendencia al equilibrio entre extremos opuestos:
Evolución o etapas del grupo del 27. Según Dámaso Alonso y Luis Cernuda, se diferencian tres etapas:
Federico García Lorca (1898-1936). Nació en Fuentevaqueros (Granada) y estudió en Madrid. Además de poeta, se dedicó a la música y a la pintura. Durante su vida, caracterizada por el triunfo, cultivó con igual éxito la poesía y el teatro. Hoy en día puede ser considerado uno de los autores fundamentales. Murió fusilado cerca de Granada a causa de su apoyo a la República. Su obra presenta las siguientes etapas:
Luis Cernuda (1902-1963). Es el más romántico, sentimental y apasionado de la Generación del 27. Sus obras principales son Placeres prohibidos y Donde habite el olvido. En Placeres prohibidos (1931) se nota el influjo del surrealismo en las imágenes oníricas; expresa sus problemas íntimos, derivados de su homosexualidad, y su ansia de amor sin trabas. Donde habite el olvido (1934) presenta una poesía intimista y austera, con escasa adjetivación y en busca de la naturalidad; expresa su desolación ante el desfase entre sus anhelos y la realidad. En 1936 reúne toda su poesía bajo el título La realidad y el deseo, palabras que recogen el conflicto central de su vida, el anhelo de realización personal y libertad amorosa frente a las limitaciones impuestas por el entorno social. Esta obra fue objeto de varias ediciones, en las que va incorporando su producción del exilio: Las nubes, aborda el problema de España y la guerra desde la distancia del exilio, Vivir sin estar viviendo y Con las horas contadas, obra de nostalgia, de recuerdos, regida por la obsesión por el paso del tiempo, y Desolación de la quimera, la última, ya póstuma, en 1962, que incorpora uno de sus poemas más famosos, el “Díptico español”. Los temas principales de su poesía son: la pasión amorosa, la soledad, el hastío, la añoranza de un mundo más habitable, la exaltación de la belleza. Y, ya en la madurez, la nostalgia y el recuerdo de España, reflexión sobre el paso del tiempo, la vejez y la muerte, y una visión más contemplativa del amor.
Rafael Alberti (1902-1999). Desde un punto de vista cronológico, se aprecian las siguientes etapas:
Vicente Aleixandre (1898-1984). Hasta los años treinta se mueve en la órbita vanguardista: poesía pura, surrealismo. A partir de Invocaciones, sus versos tienden hacia la meditación, a la sobriedad, y buscan la naturalidad expresiva, el tono coloquial. Distinguiremos en su obra tres etapas: