Portada » Griego » Análisis de la Crítica a la Religión: Feuerbach, Marx, Nietzsche y Freud
Feuerbach: Crítica a la religión: El fracaso del hombre religioso ha sido precisamente proyectar su conciencia fuera de sí y atribuir a un ser que llama “Dios” todo lo que él mismo es. Si en la historia ha surgido la creencia en Dios es porque el hombre se ha engañado en la comprensión de sí mismo y del mundo. Dios no es más que el espejo en el que el hombre se refleja a sí mismo, por eso, el hombre religioso está alienado. En La esencia del cristianismo, Feuerbach, da esta interpretación atea de la religión se basa en los siguientes pilares fundamentales:
Feuerbach al considerar a Dios una creación humana niega su existencia así como la de cualquier otro dios por lo que niega el teísmo. También negaba el idealismo. Para Feuerbach por tanto no es Dios quien ha creado al hombre a su imagen, sino el hombre quien ha creado a Dios, proyectando en él su imagen idealizada. Dios es el eco de nuestro grito de dolor. Feuerbach califica de giro decisivo de la historia al hecho de que el hombre reconozca abiertamente que la conciencia de Dios no es más que la conciencia de la especie. Homo homini deus est. Cuanto más engrandece el hombre a Dios, más se empobrece a sí mismo.
La crítica de Feuerbach llama la atención sobre el peligro de fabricarse a un dios a la medida de los intereses y deseos del hombre. Nos previene contra la tentación de reducir a Dios, que es siempre el misterio insondable, a la medida de nuestros deseos. Nos avisa contra el peligro de afirmar a Dios negando al hombre. Hemos de saber dar alguna respuesta directa a sus argumentos:
Marx: Crítica a la religión: El hombre marxista, hombre no religioso:
El hombre marxista vive en un horizonte donde ha desaparecido toda preocupación religiosa. Es un hombre plenamente realizado como hombre porque su mundo es plenamente humano, sin necesidad de ilusiones religiosas. Existe un valor absoluto que es el hombre. No hay necesidad de Dios para construir el mundo. Todo se resuelve aquí a nivel de historia y de materia. La religión crea valores ilusorios que distraen al hombre de su tarea liberadora en este mundo. La religión en las sociedades capitalistas no escapa al determinismo económico. La religión nace por la necesidad que tienen las clases dominantes de justificar las estructuras económicas injustas. La religión, al dar una justificación espiritual a las desigualdades y opresiones, impide la rebelión de las clases explotadas. En definitiva, Marx encuadró la crítica a la religión en la crítica al capitalismo y, al igual que Feuerbach, consideró que la superación de la alienación religiosa es un presupuesto necesario para llegar al verdadero humanismo.
En el pensamiento marxista el fenómeno religioso es analizado como fuente de alienación en diferentes niveles:
En un diálogo sincero con la crítica de Marx, tenemos que empezar por reconocer, al analizar objetivamente la historia, que la religión ha servido, en algunas ocasiones, para enmascarar, e incluso justificar algunas situaciones de injusticia y opresión. Por otra parte, es fácil descubrir que lo que entiende Marx por religión es una perversión del verdadero cristianismo. Los auténticos cristianos han denunciado siempre, con fuerza profética, todo tipo de opresión. Finalmente, lo mismo que ante Feuerbach, se nos presenta la ocasión de demostrar que el cristianismo no aliena, sino que libera.
Nietzsche: Crítica a la religión: Nietzsche es el gran pregonero y profeta de la «muerte de Dios». Predica una nueva «conversión» que consistirá en pasar de la fidelidad al cielo a la fidelidad a la tierra. ¿Por qué Nietzsche considera la muerte de Dios como una liberación para el hombre? ¡Porque significa el derrumbamiento de los pilares que sostenían la tradición, la historia y la cultura occidental! Ahora el hombre, liberado de mitologías y supersticiones, se puede convertir en creador de su propio destino. En la crítica dirigida a la moral cristiana y al cristianismo en general, Nietzsche destacó los siguientes aspectos:
Una consecuencia positiva de la crítica de Nietzsche puede ser el obligarnos a los cristianos a revisar nuestra actitud respecto a la vida humana y las realidades terrenas. Pero también tenemos que ser capaces de dar alguna respuesta bien fundamentada a las durísimas diatribas de Nietzsche contra el cristianismo. Ante la acusación de que los creyentes han creado un tras-mundo ilusorio cabe responderle con una pregunta similar: ¿No podría suceder también que el abandono de las experiencias recogidas por las grandes religiones abra las puertas a un mundo más ilusorio aún que el creado —según Nietzsche— por los creyentes a través de la historia? No parece fácil demostrar que la simple fidelidad a los impulsos instintivos garantice al hombre una mayor plenitud de vida. Actitudes como la humildad, compasión, perdón y entrega, exigen mayor fortaleza —contra lo que piensa Nietzsche— que el orgullo, la venganza o la voluntad de poder. Otra pregunta habría que hacer a Nietzsche: ¿Hasta qué punto están influyendo en su crítica el tipo de religiosidad que observó y vivió en su infancia y sus propios síntomas de esquizofrenia?
Además de estas respuestas concretas a sus argumentos, la gran respuesta que podemos dar los cristianos a Nietzsche y sus seguidores es vivir un cristianismo gozoso, festivo y liberador.
Freud: Crítica a la religión: En los estudios psicoanalíticos sobre la religión podemos distinguir dos ámbitos: las sociedades y el individuo:
Sagrado significa «separado». Lo que es sagrado ya no puede ser tratado de cualquier forma, ya no pertenece a sí mismo, sino a Dios. Podemos decir que cuando el misterio (Dios) irrumpe en la vida del hombre, todo lo que se relaciona con él adquiere un carácter sagrado. Lo contrario de sagrado es «profano».
La persona religiosa intenta acercarse a Dios y necesita salvar la distancia que la separa de la divinidad. Llamamos mediaciones a todas esas acciones que realiza la persona religiosa para ponerse en contacto con lo divino. Cada una de las religiones que existen ofrece distintas mediaciones para ese encuentro. He aquí algunas de ellas:
El mito religioso es un relato, situado en un tiempo remoto, en el que aparece Dios como personaje junto a los hombres y a otros elementos naturales. Tiene la función de responder a determinadas preguntas religiosas que las personas se han hecho a lo largo de la historia: de dónde viene el mundo, qué ocurrirá después de la muerte, etc. Los mitos más conocidos son los que se refieren al origen del mundo; son los mitos sobre la creación. La persona religiosa quiere saber de dónde ha surgido todo lo que existe y elabora un relato donde hace intervenir a Dios como origen del mundo y de la vida.
Los ritos son acciones que se repiten siempre del mismo modo. Dentro de las religiones, los ritos tienen la función de hacer presentes acciones divinas que ocurrieron en el pasado para unirse a la divinidad por medio de ese rito. Las acciones divinas se reproducen en acciones celebrativas y festivas por medio de personas especializadas en ellas; sacerdotes que realizan los cultos (acciones) y explican los mitos y relatos (palabras).
La oración es, probablemente, la expresión religiosa más típica. En ella, la persona religiosa dirige su pensamiento, su corazón y todo su ser hacia Dios en una alabanza, una súplica e incluso una queja. La persona religiosa siente la presencia de Dios en su interior y se dirige a él en el silencio y en la intimidad. Por eso, el tipo de lenguaje que aparece en las oraciones es generalmente un lenguaje poético e intimista.
La relación con Dios provoca que la persona religiosa modifique su conducta y actúe en su vida según aquello que Dios le pide. En todas las religiones encontramos un conjunto de normas de conducta que responde a lo que la divinidad quiere de los hombres.
Para que exista religión es necesario un tercer elemento: una persona que acepte la existencia de Dios y que decida entrar en relación con él; es decir, que tenga una actitud religiosa positiva. La persona religiosa descubre que ella no es el centro del universo, ni la medida de todo. Lo más importante en una actitud religiosa positiva es aceptar y reconocer el misterio al que llamamos Dios, como algo superior que está por encima de nosotros y que al mismo tiempo nos llama, nos atrae, acompaña y ama. Por eso la persona religiosa cuenta con Dios para organizar su vida.
Llamamos religiones primitivas a todas aquellas religiones presentes en tribus del planeta que poseen una cultura y una civilización muy antiguas. Normalmente son religiones de pueblos, no de naciones ni de estados.
El animismo es el culto y creencia de que las fuerzas naturales (cielo, tierra, noche, día) están animadas o habitadas por espíritus.
Cuando los espíritus habitan en estatuillas u objetos que han sido fabricados por el hombre, reciben un culto y una adoración denominados fetichismo.
Aunque no es universal, el culto a los muertos está muy extendido. Todo pueblo conocido tiene, como mínimo, alguna creencia acerca de la supervivencia de las almas.
El tótem es un ser animado o inanimado, en la mayoría de los casos un animal o un vegetal, del que el grupo pretende descender y que le sirve de emblema y de nombre colectivo.
Es la gran fiesta de Dios que libera a su pueblo. Durante una semana, en la que ni los dos primeros días ni los dos últimos se trabaja, se conmemora al paso del ángel que exterminó a los primogénitos de Egipto, la salida de Egipto y el paso de la esclavitud a la liberación. La Pascua de resurrección, recuerdo de su pasión y muerte (Jueves y viernes santos) y de su resurrección (domingo de Pascua).
El rito de la circuncisión consiste en cortar el prepucio a los niños poco después de nacer. Por medio de este rito, el pueblo Judío manifiesta que ha sido elegido por Dios. Es como la marca de esa elección en su propia carne. El origen de la circuncisión se remonta a Abrahán. Todo niño judío debe ser circuncidado al octavo día de su nacimiento. Esta debe realizarse en casa o en la sinagoga. En ese momento el niño recibe el nombre. Las niñas reciben el nombre en la sinagoga durante la semana que sigue a su nacimiento, cuando el padre es llamado a la lectura de la Torá y recita una oración por la salud de la madre y de la niña.
A la Biblia la podemos definir como un determinado conjunto de escritos, judíos y cristianos, de finalidad religiosa, compuesta por diversos autores en diversos géneros literarios a lo largo de más de mil años.