Portada » Lengua y literatura » Análisis de ‘La Casa de Bernarda Alba’ de Federico García Lorca
El texto argumentativo es aquel en el que el emisor busca convencer al receptor de la validez de sus opiniones o persuadirlo para que realice una acción. La modalización, por otro lado, se refiere a las marcas lingüísticas que revelan la presencia del emisor en el texto, evidenciando su subjetividad.
La cohesión es la propiedad del texto que conecta formalmente sus enunciados. Se divide en dos tipos:
La deixis es un recurso lingüístico cuya referencia varía según quién, dónde y cuándo se utilice. Remite a realidades extralingüísticas o a otras palabras o expresiones dentro del texto.
Este fragmento pertenece al tercer acto de La Casa de Bernarda Alba, obra publicada en 1936 por Federico García Lorca, uno de los dramaturgos más destacados de la Generación del 27.
Inspirada en un hecho real, esta tragedia, subtitulada “Drama de mujeres en los pueblos de España”, nos presenta la historia de las hijas de Bernarda, quienes, tras la muerte de su padre, se ven obligadas a vivir en un luto riguroso de ocho años impuesto por su madre.
Bernarda Alba, tras la muerte de su segundo marido, Antonio María Benavides, impone un luto de ocho años a sus cinco hijas. Confinadas entre las paredes de su casa y anhelando la libertad, las hermanas se ven envueltas en una red de celos y envidias debido a la presencia invisible de Pepe el Romano, prometido de Angustias, la hermana mayor, pero objeto de deseo para las demás. Adela, la menor, inicia una relación clandestina con Pepe, lo que desencadena una serie de conflictos que culminan en tragedia.
El espacio en ‘La Casa de Bernarda Alba’ es crucial. El interior de la casa representa el luto, el encierro y la represión impuesta por Bernarda. La matriarca se esfuerza por mantener el exterior, que simboliza el pecado y la deshonra, alejado de sus hijas. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la tragedia se abre paso.
Diversos elementos, como las sillas de anea, el sonido de las campanas, el calor y el patio, nos remiten a un ambiente rural típicamente andaluz.
La obra se desarrolla en tres actos que se corresponden con tres días y tres momentos del día. El ritmo de la obra es lento, reflejando la monotonía y la asfixia que se viven en la casa.
La obra fue escrita en junio de 1936, poco antes del asesinato de Lorca. La obra refleja la situación de la mujer en la España de finales del siglo XIX y principios del XX, una época de grandes cambios sociales y políticos, pero también de tradición y represión.