Portada » Filosofía » Análisis Comparativo del Pensamiento Filosófico en la Edad Media y la Antigüedad Griega
El contexto filosófico y cultural que influye en Tomás de Aquino, autor de la Suma Teológica, es el de la Edad Media del siglo XIII. Tomás de Aquino fue un filósofo medieval que vivió durante este periodo crucial.
La Edad Media, que abarca desde el siglo V al XV, se caracterizó por su teocentrismo, donde Dios y la cuestión teológica ocupaban el centro de la reflexión y el pensamiento.
En la Baja Edad Media, especialmente a partir del siglo XIII, la filosofía aristotélica y el aristotelismo se impusieron en el ámbito intelectual.
El principal objetivo de Tomás de Aquino fue fundamentar racionalmente la doctrina teológica y religiosa del cristianismo.
De esta forma, los principales temas de reflexión filosófica durante la Edad Media fueron:
La filosofía tomista es esencialmente aristotélica, ya que consiste en una nueva lectura e interpretación de Aristóteles adaptada a la doctrina teológica cristiana, aunque también incorpora influencias de otras corrientes filosóficas.
Con Tomás de Aquino, la escolástica alcanza su punto culminante debido a su inmensa labor de síntesis coherente y organización de los saberes de su época.
Finalmente, en el siglo XIV, la escolástica entró en decadencia, dando paso a las teorías de Guillermo de Ockham, quien cuestionó la naturaleza de los conceptos o las ideas abstractas, originando una polémica que se extendió hasta los albores de la modernidad.
Los temas de reflexión en la Edad Media y la Filosofía Antigua, si bien están conectados, presentan diferencias significativas. Los principales autores de la filosofía griega antigua fueron reinterpretados por los filósofos y teólogos medievales para adaptarlos a la doctrina teológica y fundamentar los principios de la Teología medieval.
La principal diferencia entre la Edad Media y la antigüedad griega en Filosofía radica en la aparición de la Teología. La Edad Media se caracterizó por un acusado teocentrismo, donde toda la reflexión y el pensamiento giraban en torno a Dios.
En Platón, los problemas centrales de su pensamiento y filosofía son la teoría de la realidad y el conocimiento. La experiencia de un mundo en continuo cambio llevó a Platón a formular su teoría de las Ideas, según la cual el mundo sensible es una copia imperfecta del mundo inteligible o de las Ideas.
Platón adopta un dualismo metafísico, donde más allá del mundo sensible se encuentra el mundo de las Ideas, que contienen la forma o modelo de las cosas sensibles. Este dualismo se ilustra en el mito de la caverna.
También mantiene un dualismo epistemológico, distinguiendo entre la opinión (conocimiento sensible) y la ciencia (conocimiento inteligible). Además, Platón defiende un intelectualismo moral, donde actuar mal es resultado de la ignorancia del bien.
En Tomás de Aquino, los problemas principales, aunque influenciados por el aristotelismo, son distintos. El pensamiento medieval, y con él el de Tomás de Aquino, gira en torno a la relación entre la razón y la fe. La filosofía se convierte en una herramienta al servicio de la teología.
Otro problema fundamental es la demostración de la existencia de Dios. Tomás de Aquino desarrolla cinco vías para demostrar a posteriori la existencia de Dios. También reflexiona sobre la creación del mundo, la distinción entre esencia y existencia, y sostiene que Dios es existencia pura, acto puro y el único ser necesario.
Para Tomás de Aquino, el Bien y toda la creación tienen como fin a Dios, el creador. Dios es el centro de las acciones y el pensamiento humano.
Tomás de Aquino busca la concordancia entre la razón y la fe, pero sin olvidar que la Filosofía está subordinada a la Teología. La Filosofía sirve de apoyo a la Teología y a la comprensión de la verdad revelada.
Si una verdad de razón contradice una verdad de fe, la primera siempre será falsa, ya que la verdad revelada prevalece sobre las limitaciones de la razón.
Tomás de Aquino sostiene que la proposición «Dios existe» es evidente por sí misma, ya que Dios es existencia. Sin embargo, para que esto sea evidente, debemos conocer su esencia. Una demostración válida de la existencia de Dios debe partir del efecto para llegar a la causa.
Tomás de Aquino propone cinco vías para demostrar la existencia de Dios: