Portada » Historia » Análisis Comparativo de los Modelos Económicos Preindustrial e Industrial
¿Qué es? Un estudio sobre la política de comercio exterior.
¿Quién lo promueve? El Consejo General de Manufacturas, defensor de los intereses de las empresas industriales.
¿Cuándo y dónde? Francia, 1819.
¿Cuál es la intención? Defender una política librecambista para abrir el mercado francés a los productos industriales ingleses.
¿Por qué? Porque el librecambismo había funcionado bien en Gran Bretaña y porque las aduanas protegen a unos pocos.
¿Cómo? Implementando una política librecambista.
¿Para quién? Dirigido al gobierno, trabajadores, consumidores y aquellos que no quieren competir con empresarios monopolistas.
¿Qué es? Un estudio a favor del proteccionismo.
¿Quién lo promueve? Jean-Antoine Chaptal, químico, intelectual y empresario político francés.
¿Para qué finalidad? Proteger la industria nacional de la competencia extranjera.
¿Cómo? Mediante el uso de políticas proteccionistas.
¿Por qué? Porque el librecambismo podría perjudicar a la industria nacional, llevándola incluso a la desaparición.
¿Para quién? Dirigido al gobierno, empresarios y trabajadores.
¿Cuándo y dónde? Francia, 1819.
El proceso industrializador se inició en Gran Bretaña en el siglo XVIII y se expandió por Europa a lo largo del siglo XIX. A principios del siglo XIX, las transformaciones económicas comenzaron en Francia y Bélgica, donde la industrialización se sustentó en la explotación de los ricos yacimientos de carbón y hierro. En Italia y España, el crecimiento industrial fue más tardío y, en muchos casos, incompleto. En Europa oriental, solo en zonas muy localizadas de los imperios austrohúngaro y ruso se asentó la industrialización a finales del siglo XIX. En el resto del mundo, como Estados Unidos y Japón, se desarrolló una industria semejante a la europea.
En el siglo XIX, el principal productor de carbón fue Gran Bretaña. En 1800, produjo 10 millones de toneladas; en 1850, 49 millones de toneladas; y en 1900, 230 millones de toneladas. El segundo país en producir más carbón fue Alemania, con una producción de 1000 toneladas en 1800, 7000 toneladas en 1850 y 100 millones de toneladas en 1900. Francia fue el país que menos carbón produjo a lo largo del siglo XIX, con 1000 toneladas en 1800 y 5000 toneladas en 1850.
Una serie de transformaciones en la agricultura, conocidas como revolución agrícola, hicieron posible un notable incremento de la producción de alimentos y la productividad agrícola en Gran Bretaña. Estas transformaciones incluyeron una nueva rotación de cultivos, la introducción de nuevas herramientas y cultivos, el uso de fertilizantes y cambios en la estructura de la propiedad agrícola mediante el cercamiento y la privatización de los campos abiertos.
El aumento de la oferta de alimentos desde mediados del siglo XVIII hizo posible un elevado y continuado crecimiento de la población. La reducción de la tasa de mortalidad fue el resultado de una mejor alimentación y algunos avances médicos e higiénicos. La natalidad se elevó debido a la disminución de la edad del matrimonio.
La gran revolución fue la máquina de vapor, que permitió poner en marcha todo tipo de máquinas industriales y agrícolas. Se mejoraron los caminos y se construyeron canales. El ferrocarril aportó mayor rapidez y capacidad de carga, menor coste y más seguridad para los pasajeros. El barco de vapor permitió acortar la duración de los viajes. El ferrocarril y el barco de vapor facilitaron los intercambios entre los centros de producción y consumo, tanto dentro de los países como hacia el exterior.
Las mejoras en las infraestructuras y en el transporte hicieron posible la consolidación de una economía de mercado, en la que no se producía para el autoconsumo, sino para la venta.
La Revolución Industrial trajo consigo importantes cambios sociales, incluyendo el aumento de la producción, el desarrollo de la burguesía, la planificación de barrios residenciales, la consolidación de la clase media (abogados, médicos, profesores, pequeños comerciantes, funcionarios, militares, etc.) y el surgimiento del proletariado, con condiciones laborales precarias, bajos salarios y largas jornadas de trabajo.
El liberalismo, la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas difundieron por Europa las bases ideológicas del liberalismo y la soberanía nacional. Los liberales defendían la creación de estados nacionales. Surgieron movimientos socialistas, como los falansterios de Charles Fourier, el viaje a Icaria de Étienne Cabet y las ideas de Robert Owen. Se crearon sindicatos, como la Great Trade Union, que llegó a tener más de medio millón de trabajadores. El socialismo criticó la propiedad privada de los medios de producción, la explotación de los trabajadores y la concentración de la propiedad y la riqueza. El marxismo propuso la destrucción del orden liberal y el sistema capitalista para crear una sociedad más igualitaria. El anarquismo rechazó la autoridad, buscando la destrucción del Estado y la propiedad colectiva.
Característica | Preindustrial | Industrial |
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Agricultura | Sin máquinas, pre-rotación, herramientas manuales, sin fertilizantes, tierras comunales | Mecanizada, de mercado, innovaciones, nueva rotación, nuevas herramientas, fertilizantes, privatización de campos |
Manufactura | Artesanal, fuerza humana, herramientas, producción de lana y hierro | Sistema fabril, más productiva, maquinaria |
Transportes | Humanos y animales, carros, lentos | Ferrocarril, barco de vapor, más rápidos |
Comercio | Nacional e internacional mayoritario | Local y un poco internacional, minoritario |
Demografía | Sin movimiento de población | Reducción de la mortalidad, aumento de la natalidad, migración del campo a la ciudad |
Hábitat | Aldeas | Barrios obreros y barrios residenciales |
Papel de la Mujer | Subordinada al marido, madre de sus hijos, sin trabajo | Subordinada al marido, madre de sus hijos |