Portada » Geografía » Ambiente y Diseño Arquitectónico: Variables Ambientales en la Construcción de Edificaciones
La construcción es importante para muchos, porque la casa es una necesidad primordial, el refugio de las fuerzas hostiles de la naturaleza y de los otros humanos; porque en la casa pasamos gran parte de nuestra existencia; porque la ciudad, hecha de edificios y de espacios abiertos entre lo construido, refleja gran parte de nuestro entender la civilización y la sociedad; porque los edificios hospedan los servicios que diariamente utilizamos —escuelas, hospitales, despachos, bancos, museos— y muchas actividades productivas.
Cuando vamos a diseñar, construir o reformar una vivienda, convendría tomar en cuenta aspectos tan diversos como la estética, el espacio, el confort, la climatización, el paisaje, etc. Una casa debería ser como un traje a la medida, debe encajar a la perfección con los hábitos, el estilo de vida, las preferencias, las simpatías y las manías de quienes la habitan. Ello se consigue distribuyendo los espacios de manera racional, teniendo en cuenta los aspectos prácticos, económicos y estéticos que confluyen en ella. Nunca se tiene que descuidar el aspecto exterior, resultante de la combinación de materiales, colores y acabados, y que debe ser concebido en términos visuales, de acuerdo con la estructura y el mobiliario, para conseguir de esta manera un efecto armonioso. Asimismo, no debemos descuidar la parte ecológica, dirigida hacia la adecuación y utilización positiva de las condiciones medioambientales. Sin embargo, las relaciones entre edificación y medio ambiente son mucho más extensas y complejas. Para llegar a un diseño arquitectónico integrado en su medio ambiente, y sobre todo para aprovechar positivamente las condiciones del medio natural, hay que tener en cuenta toda una serie de variables que deben ser reflejadas y acogidas en la formalización y adecuación constructiva, siendo relacionadas con las respuestas del diseño.
«Así como los primeros hombres se construyeron moradas y en su primera construcción tendían a realizar un ambiente más favorable para su vida, a construirse un clima artificial, igualmente construían según una intencionalidad estética. Iniciaron la arquitectura al mismo tiempo que el primer trazo de la ciudad; la arquitectura es, así, connatural a la formación de la civilización y un hecho permanente, universal y necesario.
Creación de un ambiente más propicio a la vida e intencionalidad estética son los caracteres permanentes de la arquitectura»; y nosotros como seres pensantes e inteligentes debemos mantener un ambiente ecológico adecuado para las futuras generaciones.
Es el estudio de las modificaciones de los elementos de la arquitectura y del urbanismo que tienen sobre los elementos del clima total acondicionamiento exterior.
Condiciones exteriores que influyen:
En el acondicionamiento ambiental preparamos un contexto de manera adecuada para un fin en la calidad de las condiciones debidas (confort del medio ambiente).
El medio ambiente va a determinar en el área de la arquitectura el uso de los modificadores del clima. La preocupación por el ambiente posee una larga historia relacionada con la ciencia ecológica, ya que fueron los ecólogos los que primero dieron la voz de alerta con relación a un industrialismo contaminante y destructivo del planeta. Por lo tanto, antes de empezar a estudiar todas las variables mencionadas, debemos tener en cuenta los conceptos básicos del medio ambiente.
Los efectos que genera la contaminación son:
El aire limpio se compone de elementos químicos que se han producido naturalmente por miles de años. El nitrógeno y el oxígeno son los elementos que conforman mayoritariamente el aire. El aire limpio contiene cantidades variables de vapor de agua y trazas de gases como el helio y dióxido de carbono. Se dice que el aire es limpio cuando los niveles químicos y físicos de sus componentes no afectan el bienestar humano. La contaminación del aire se asocia a la actividad del hombre, aunque la naturaleza también tiene un efecto contaminante, por ejemplo, durante erupciones volcánicas. La contaminación se agudiza con el aumento de la población y las actividades derivadas de la industrialización y del uso masivo de los diferentes medios de transporte. Esto se debe a que la mayor parte de las fuentes de contaminación se asocian al uso de combustibles fósiles, tales como el carbón, petróleo, gasolina y gas natural. La quema de combustibles fósiles produce gases dañinos, entre otros, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles (COV); también genera materiales con partículas de pequeños tamaños, tales como el hollín y la ceniza.
El ruido es una de las principales causas de preocupación entre la población de las ciudades, ya que incide en el nivel de calidad de vida y además puede provocar efectos nocivos sobre la salud, el comportamiento y actividades del hombre, y provoca efectos psicológicos y sociales. El incremento de los niveles de ruido ha crecido de forma desproporcionada en las últimas décadas y sólo en España se calcula que al menos 9 millones de personas soportan niveles medios de 65 decibelios (dB), siendo el segundo país, detrás de Japón, con mayor índice de población expuesta a altos niveles de contaminación acústica.
La contaminación de las ciudades está determinada por un sinnúmero de variables. El ambiente natural regido por elementos geográficos define que una ciudad sea más contaminada que otra; las características del ambiente cultural también son determinantes en los grados de polución urbana. Dentro de los factores que pueden influir en la contaminación urbana tenemos:
Los ríos, lagos y mares recogen, desde tiempos inmemoriales, las basuras producidas por la actividad humana. El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de purificación. Pero esta misma facilidad de regeneración del agua, y su aparente abundancia, hace que sea el vertedero habitual en el que arrojamos los residuos producidos por nuestras actividades. Pesticidas, desechos químicos, metales pesados, residuos radiactivos, etc., se encuentran, en cantidades mayores o menores, al analizar las aguas de los más remotos lugares del mundo. Muchas aguas están contaminadas hasta el punto de hacerlas peligrosas para la salud humana, y dañinas para la vida. La degradación de las aguas viene de antiguo y en algunos lugares, como la desembocadura del Nilo, hay niveles altos de contaminación desde hace siglos; pero ha sido en este siglo cuando se ha extendido este problema a ríos y mares de todo el mundo. Primero fueron los ríos, las zonas portuarias de las grandes ciudades y las zonas industriales las que se convirtieron en sucias cloacas, cargadas de productos químicos, espumas y toda clase de contaminantes. Con la industrialización y el desarrollo económico este problema se ha ido trasladando a los países en vías de desarrollo, a la vez que en los países desarrollados se producían importantes mejoras. En América Latina la cantidad de aguas tratadas es pequeñísima: se estima que menos de 2% de las aguas residuales de la región reciben algún tipo de tratamiento. En una de las mayores y más modernas ciudades de la región, Sao Paulo, sólo se trata 5% de los 25 m3/seg. de los efluentes de la zona metropolitana. En otras ciudades la situación es aún más seria. Situación que se agrava por el mal funcionamiento de las plantas existentes, debido a problemas técnicos de operación, de mantenimiento o simplemente su subutilización.
Se conoce por efecto invernadero al papel que desempeña la atmósfera en el calentamiento global de la superficie terrestre. La atmósfera es casi transparente a las radiaciones solares, que la cruzan y llegan a la superficie de la Tierra, donde, o son absorbidas, o reflejadas al exterior. Sin embargo, esa energía que escapa puede volver a la Tierra si se encuentra con determinadas moléculas, entre las que destacaremos la de CO2 (dióxido de carbono). Si se produce un aumento de dicha sustancia en la atmósfera, es evidente que escapará menos energía de lo normal, lo que provoca el ya mencionado calentamiento global.
Proceso de la organización del medio físico, natural o artificial, que se integra a la planeación urbana y cuyo procedimiento consiste en el ordenamiento del espacio público por medio de una correcta utilización de los recursos naturales, para mejorar las condiciones ambientales a favor de los asentamientos, tanto urbanos como naturales.
Estado psicofisiológico bajo el cual la mayoría de los usuarios de un espacio manifiestan satisfacción con el medio ambiente que les rodea. Es el punto de equilibrio entre las condiciones ambientales externas y las del interior de un espacio, que permite la realización de las diversas actividades de los usuarios.
Todas las condiciones y factores externos, vivientes y no vivientes (sustancias y energía), que influyen en un organismo u otro sistema especifico durante su periodo de vida. El medio ambiente es el hábitat de una especie muy concreta, la del hombre. Este viene definido en función de las características y requerimientos de la especie humana, la cual tiene ciertas peculiaridades añadidas en relación con las demás especies animales o vegetales que pueblan la Tierra. El hombre es una especie cultural y tecnológica: adapta su propio hábitat y emplea para ello elementos que él mismo genera. Por ello, el medio ambiente como concepto autoecológico (antropocéntrico) va a incluir tanto el hábitat natural, el seminatural y el rural como el urbano: todo el hábitat del hombre.
El medio ambiente va a determinar en el área de arquitectura el uso del suelo, seguridad, confort para aprovechar el máximo del mismo.
El estudio urbano es la parte fundamental que estudia la climatología en el trazado urbano para dotar a las viviendas de mejores ventajas ambientales a fin de propiciar mayor comodidad en el interior; aprovechar las bondades del clima y obstaculizar los efectos adversos que producen incomodidad y malestar.
A la hora de realizar un diseño urbanístico tomaremos en cuenta como factor importante el clima; dicho clima está definido por la altitud:
Clima —- Asoleamiento —– Vientos
—–Lluvias
—–Vegetación
Para lograr un excelente diseño urbano o arquitectónico eficiente se debe buscar la manera de aprovechar las condiciones climáticas favorables y de matizar las condiciones desfavorables.
El confort es todo lo que nos rodea; una buena disposición de las formas para el uso al que están destinadas; abundancia de las cosas necesarias para vivir bien; todo esto englobado en un ambiente agradable.