Portada » Medicina y Salud » Alteraciones del Sistema Endocrino: Estados hormonales, resistencia y producción de células anormales
1) Estados por deficiencia hormonal: Procesos destructivos; Infecciones (Tuberculosis adrenal); Infartos (Sheehan); Inflamación (DM secundaria a pancreatitis); Tumores (células nulas de la pituitaria); Autoinmune (tiroiditis de Hashimoto); Hereditarias (enanismo pituitario).
2) Exceso de hormonas: Sobreproducción de la glándula- Sobrestimulación de la glándula-Producida por tejido extraglandular-Iatrogénica-Destrucción de la glándula blanco.
3) Resistencia hormonal: Generalmente de carácter hereditario-Deficiencia en receptores o post-recepción-Desarrollo de anticuerpos a las hormonas o sus receptores-Ausencia de células blanco.
4) Producción de Células anormales: Algunos tipos de DM. Inmunoglobulinas que se fijan al receptor específico y lo estimulan-Anticuerpos anti-receptores de insulina.
5) Defectos que afectan sistemas endocrinos múltiples: Panhipopituitarismo. Síndromes poliglandulares. Síndromes de neoplasias endocrinas múltiples.
Hipotálamo Colabora al mantenimiento de la homeostasis: Controla la PA; Temperatura corporal; Balance hídrico y electrolítico-Peso corporal.
Tumores son de crecimiento lento y tienen que alcanzar gran tamaño para producir sintomatología:
Hidrocefalia por compromiso del tercer ventrículo- Disfunción hipotalámica endocrina y no endocrina.- Hipopituitarismo parcial o total- Demencia- Trastornos en la ingesta de alimentos- Disfunción endocrina.
Los procesos agudos o de crecimiento rápido: Coma- Alteraciones en la función autonómica
Lesiones en el hipotálamo anterior: Craneofaringioma- Gliomas del nervio óptico-Meningiomas-Enfermedades granulomatosas- Germinomas-Aneurismas de la carótida interna.
Lesiones del hipotálamo posterior: Gliomas-Hamartomas- Ependimomas-Germinomas-Teratomas.
Principales causas de patología Hipotalámica:
Tumores: gliomas, hemangiomas, craneofaringiomas. Traumatismos. Lesiones vasculares: aneurisma, infarto, apoplejía hipofisiaria. Enfermedades inflamatorias: encefalitis, meningitis, sarcoidosis, TBC. Daño por radioterapia hipofisiaria.
Craneofaringiomas
3-5% de todas las neoplasias intracraneanas. Mayoría son supracelares, 15% intracelares. Frecuentemente quísticas y calcificadas. La mayoría se manifiestan en la infancia. 45% en > de 20 años y 20% en > de 40 años.
Clínica:Hipertensión endocraneana: cefalea, vómitos y papiledema. Trastornos visuales, hemianopsias. Baja estatura. En adultos el 80% tendrán trastornos visuales, cefalea, deterioro mental y cambios de conducta, hipogonadismo e hiperprolactinemia (50%). Menos frecuente: Diabetes insípida, obesidad, panhipopituitarismo.
Causa más común es un adenoma. El cual se clasifica según su etiología celular y hormona que es secretada. Aparecen entre los 35 y 60 años de edad. Se han identificado alteraciones genéticas.
Se refiere a una disminución de la secreción hormonal. La mayoría de los casos se debe a una hipofunción producto de la destrucción de la hipófisis anterior-Tumores y otras lesiones con efecto de masa- Lesiones cerebrales traumáticas y la hemorragia subaracnoidea-Cirugías o radiación Hipofisaria-Apoplejía hipofisaria-Necrosis isquémica- Quiste en la hendidura Rathke (quiste tapizado por epitelio cubico ciliado con células caliciformes)-Síndrome de la silla turca vacía. Lesiones Hipotalámicas-Trastornos inflamatorios e infecciones-Defectos genéticos.
– Fracaso del crecimiento. Deficiencia de hormonas gonadotróficas (LH y FSH): Amenorrea-Esterilidad-Disminución de libido-Impotencia. Pérdida del vello púbico y axilar en hombre. Deficiencias de TSH y ACTH: Hipotiroidismo. Hiposuprarrenalismo. Deficiencia de Prolactina: Fracaso de la lactancia.
Adenomas, monoclonales, con elevación de hormonas específicas. Hormona de crecimiento. Síndrome acromegalia-Prolactina. Síndrome amenorrea y galactorrea-Productor de proopiomelanocorticotropina: ACTH. Se manifiesta como enfermedad de Cushing. Hiperprolactinemia funcional:Estradiol y fármacos estrogénicos-Inhibidores de la dopamina: fármacos psicotrópicos antiguos-Supresión de dopamina por tumor que daña tallo pituitario-Hipotiroidismo primario.
La hipersecreción de GH produce el síndrome acromegalia-Crecimiento desordenado de sectores de tejido conectivo y algunos órganos: hueso perióstico, tejido subcutáneo, hepatomegalia, cardiopatía hipertrófica, etc.- Diabetes secundaria a resistencia a insulina.-El mejor índice de su exceso en el adulto es la medición de IGF-1
Es la hipersecreción de cortisol y producirá manifestaciones derivadas de ello: Aumento del catabolismo proteico en piel (delgada, estrías rosadas) y músculos (hipotrofia musculatura de extremidades).-Redistribución de adiposidad, obesidad centrípeta.-Inmunosupresión, infecciones de inmunosuprimido. Resistencia tisular a insulina: diabetes mellitus. Hipertensión arterial de mecanismo multifactorial.
Mecanismos del síndrome de Cushing: Cushing ACTH independiente: ACTH suprimido-Adenoma o hiperplasia corteza suprarrenal.-Cushing iatrogénico, terapia con corticoides.-Cushing ACTH dependiente: ACTH elevado.-Con ACTH supresible a altas dosis de corticoides: tumor hipofisario productor de ACTH (Enf. de Cushing).-Con ACTH no supresible, pero que puede ser muy oscilante: ACTH secretado por neoplasia maligna no endocrina (Cushing ectópico).
Efectos de hormonas tiroideas: Sobre las proteínas: Catabolismo, balance nitrogenado negativo. Sobre los glúcidos: Glicogenolisis, alza glicemia. Sobre los lípidos: Lipolisis, aumento de síntesis y degradación del colesterol. Sobre el agua: Aumento de la pérdida.
Las patologías asociadas a la Glándula Tiroides, presentan una alta prevalencia en la población: Hipotiroidismo. Hipertiroidismo. Aumento de tamaño focal o difuso.
Tripéptido: Ácido piroglutámico. Histidina-Prolinamida. Estimula TSH y PRL.
Regulado por: Somatostatina. Dopamina. Norepinefrina.
Estado resultante del exceso de hormonas tiroideas y de su acción sobre el organismo. Múltiples causas. Más frecuentes: Autoinmune (Enf. de Graves-Basedow). Bocio nodular tóxico. Frecuencia intermedia: Tiroiditis subaguda. Tirotoxicosis facticia. Poco frecuentes: Amiodarona. Otras.
Hipertiroidismo. Oftalmopatía. Mixedema pretibial.
Cardiovasculares: Taquicardia, palpitaciones, vasodilatación, insuficiencia cardíaca.
Neuromusculares: Nerviosismo, sudoración, cansancio, emotividad, irritabilidad, hiperkinesia, temblor, pérdida de fuerzas.
Metabólicos: Baja de peso, intolerancia al calor, caída del pelo.
Gastrointestinales: Polidefecaciones, diarrea.
Ginecológicos: Anovulación, amenorrea.
TSH suprimida, T4 y T3 elevados. Captación de yodo variable según causa. Atención a condiciones que alteren TBG para interpretar T4 y T3 totales.
Drogas antitiroideas: Propiltiouracilo. Metimazol. Yodo radiactivo (I-131). Cirugía.
Estado resultante de un efecto de hormonas tiroideas insuficiente para mantener los parámetros de ellas dependientes dentro de márgenes normales. Causas más comunes: Hipotiroidismo primario (falla la tiroides): Radioyodo, cirugía, autoinmune, drogas. Hipotiroidismo secundario (falla la hipófisis): Hipopituitarismo. Hipotiroidismo terciario (falla el hipotálamo): Enfermedades hipotalámicas.
Cardiovasculares: Bradicardia, vasoconstricción, insuficiencia cardíaca.
Neuromusculares: Astenia, pasividad, lentitud, bradipsiquia, cefalea, mala memoria.
Metabólicos: Aumento de peso, intolerancia al frío, caída del pelo, sudor escaso.
Gastrointestinales: Constipación.
Ginecológicos: Hipermenorrea, polimenorrea.
Otros: Voz ronca, piel seca, uñas quebradizas, facies vultuosa, edema.
Hipotiroidismo primario: TSH alto, T4 baja. Hipotiroidismo secundario: TSH baja, T4 baja. Hipotiroidismo terciario: TSH baja, T4 baja. Efectos metabólicos: colesterol alto, electrocardiograma alterado, edad ósea retrasada.
Tiroxina (levotiroxina): Vida media larga, concentraciones plasmáticas estables, efecto regulatorio de la conversión periférica. No Triyodotironina: Vida media corta, concentraciones plasmáticas fluctuantes, mala regulación de los niveles de TSH.
El crecimiento de la glándula tiroidea, o bocio, es la manifestación más frecuente de la enfermedad tiroidea. Los bocios difusos y multinodulares reflejan una alteración en la síntesis de hormona tiroidea, provocada con frecuencia por una deficiencia dietética de yodo.
Los trastornos de la síntesis de hormona tiroidea provocan un incremento compensador de las concentraciones de TSH sérica que, a su vez, da lugar a hipertrofia e hiperplasia de las células foliculares tiroideas y, por último, a un aumento de tamaño de la glándula tiroidea. El grado de agrandamiento tiroideo es proporcional al grado y a la duración de la deficiencia de la hormona tiroidea.
Los bocios se producen con distribución endémica y esporádica. Bocio endémico: Se produce en zonas geográficas donde el suelo, el agua y el aporte alimentario contienen pocas cantidades de yodo. Bocio esporádico: Menor frecuencia que el endémico. La enfermedad es más habitual en mujeres que en hombres, con un pico de incidencia en la pubertad o en la etapa de adulto joven, en la que existe un incremento fisiológico de demanda de T4.
Características clínicas: El cuadro clínico dominante del bocio se atribuye a los efectos de masa de la glándula aumentada de tamaño. Además del problema estético evidente provocado por una gran masa en el cuello, los bocios también pueden causar: obstrucción de las vías respiratorias, disfagia, compresión de grandes vasos en el cuello (el denominado síndrome de la vena cava superior). Como ya hemos comentado, a largo plazo, se puede desarrollar un nódulo hiperfuncional (tóxico) dentro de un bocio, lo que provoca hipertiroidismo. La incidencia de un proceso maligno en bocios multinodulares a largo plazo es baja (menor del 5%) pero no nula y se debe sospechar un proceso maligno en bocios que muestran cambios bruscos de tamaño o síntomas asociados (p. ej., ronquera).
La glándula tiroidea es origen de múltiples neoplasias que van desde adenomas benignos circunscritos a carcinomas anaplásicos muy agresivos. Clínicamente, la posibilidad de que se desarrolle una enfermedad neoplásica es mayor en individuos que tienen nódulos tiroideos.
Afortunadamente, la gran mayoría de los nódulos solitarios de la glándula tiroidea suelen ser lesiones benignas, son adenomas foliculares o enfermedades localizadas no neoplásicas (p. ej., nódulo dominante en el bocio multinodular, quiste simple o focos de tiroiditis). Los carcinomas de la glándula tiroidea son infrecuentes, y representan menos del 1% de los nódulos tiroideos solitarios. Varios criterios clínicos (una clave sobre la naturaleza de un nódulo tiroideo concreto): Nódulos solitarios tienen más probabilidades de ser neoplásicos que los nódulos múltiples. Nódulos en un paciente joven tienen más probabilidad de ser neoplásicos que en los ancianos. Nódulos en hombres tienen más probabilidades de ser neoplásicos que en mujeres. Radiación de cabeza y cuello se asocia a una incidencia incrementada de neoplasia tiroidea. Imagen (nódulos calientes) tienen más probabilidades de ser benignos que malignos, porque reflejan las células bien diferenciadas.
Los adenomas de la glándula tiroidea son neoplasias benignas derivadas del epitelio folicular. Igual que sucede en todas las neoplasias de la glándula tiroidea, los adenomas foliculares suelen ser solitarios. Clínica y morfológicamente, puede ser difícil distinguirlos de un nódulo dominante de un bocio multinodular, por ejemplo, o de un carcinoma folicular, menos frecuente. Aunque la inmensa mayoría de los adenomas no son funcionales, una pequeña proporción de ellos producen hormonas tiroideas (adenomas tóxicos) y causan una tirotoxicosis clínicamente evidente. En general, los adenomas foliculares no son precursores de los carcinomas, aunque las alteraciones genéticas compartidas apoyan la posibilidad de que al menos un subgrupo de carcinomas foliculares surja en el seno de adenomas preexistentes. Características clínicas: La mayoría de los adenomas de la glándula tiroidea se presentan como nódulos indoloros y con frecuencia son descubiertos durante una exploración física habitual. Las grandes masas pueden producir síntomas locales, como dificultad para tragar. Como ya se ha descrito antes, los individuos con adenomas tóxicos pueden presentar características de tirotoxicosis. Tras la inyección de yodo radiactivo, la mayoría de los adenomas captan yodo con menos avidez que el parénquima tiroideo normal. Por tanto, en la gammagrafía, los adenomas aparecen como nódulos fríos en comparación con la glándula tiroidea adyacente normal. Sin embargo, en la gammagrafía los adenomas tóxicos pueden mostrarse como nódulos templados o calientes. En alrededor del 10% de los nódulos fríos se demuestra malignidad. Por el contrario, esta es prácticamente inexistente en los nódulos calientes. Las técnicas adicionales empleadas en la valoración preoperatoria de los adenomas son la ecografía y la punción con aspiración con aguja fina. Dada la necesidad de valorar la integridad capsular, el diagnóstico definitivo del adenoma tiroideo solo puede realizarse con una exploración histológica minuciosa de la muestra resecada. Por tanto, los adenomas sospechosos de la glándula tiroidea se extirpan quirúrgicamente para descartar malignidad. Los adenomas tiroideos tienen un pronóstico excelente y no se producen ni recidivas ni metástasis.
Diabetes de tipo 1 (DT1): Se caracteriza por una deficiencia absoluta en la secreción de insulina provocada por una destrucción de las células pancreáticas, generalmente debido a un ataque autoinmunitario. La diabetes de tipo 1 es responsable de aproximadamente el 10% de todos los casos.
Diabetes de tipo 2 (DT2): Provocada por una combinación de una resistencia periférica a la acción de la insulina y una respuesta compensadora inadecuada de secreción de insulina por las células pancreáticas. Aproximadamente el 80-90% de los pacientes tienen una diabetes de tipo 2.
Diagnóstico: El diagnóstico de la diabetes se establece por una elevación de la concentración de glucosa sanguínea. Una concentración de glucosa en ayuno de 126 mg/dl o superior en más de una ocasión. Una concentración de glucosa sanguínea aleatoria de 200 mg/dl o superior. PTOG, anómala en la que la concentración de glucosa es de 200 mg/dl o superior 2 h después de una sobrecarga estándar de hidratos de carbono (75 g de glucosa).
La homeostasis normal de la glucosa está estrechamente regulada por tres procesos interrelacionados: Producción de glucosa en el hígado. Captación de glucosa y utilización de la misma por tejidos periféricos, principalmente por el músculo esquelético. Acciones de la insulina y de hormonas contrarreguladoras (p. ej., glucagón).
La principal función metabólica de la insulina es aumentar la velocidad de transporte de glucosa hacia el interior de ciertas células del cuerpo.