Portada » Geografía » Agricultura: Cultivo de la tierra para obtener alimentos y materias primas
La agricultura es el cultivo de la tierra con el fin de obtener alimentos para el consumo humano y animal, así como materias primas para la industria. Apareció en el Neolítico hace 10,000 años. Hace 200 años, en el Reino Unido, se inició una revolución agrícola que implicó un cambio muy rápido en las formas de propiedad y trabajo de la tierra. Estos cambios permitieron aumentar la producción, reducir la necesidad de mano de obra campesina, mejorar la alimentación, disminuir la mortalidad y aumentar la población. Muchos campesinos marcharon a la ciudad en busca de trabajo, lo que provocó un proceso de despoblamiento del campo durante los siglos 19 y 20. Las innovaciones se extendieron por Europa occidental y Estados Unidos.
En la actualidad, la agricultura supone solo el 6% de la producción mundial. En los países desarrollados, menos del 5% de la población activa se dedica a la agricultura, debido a la alta productividad gracias a los avances técnicos. En los países subdesarrollados, el 80% de la población se dedica a la agricultura, pero la productividad es baja debido a las técnicas tradicionales que utilizan. Además, emplea la mayor parte de la población y más del 20% de la riqueza nacional.
Existen factores físicos y humanos que condicionan el aprovechamiento agrícola. Entre los factores físicos se encuentran el clima, el relieve y el suelo. Cada planta necesita condiciones específicas de clima y se desarrolla mejor en determinadas zonas. El relieve también influye, ya que ciertas especies no se desarrollan a mucha altitud. En cuanto al suelo, cada planta necesita un terreno con características adecuadas, como la cantidad de oxígeno, la capacidad de retener agua y su composición química y biológica.
Entre los factores humanos se encuentra el volumen de la población, que ha llevado a la extensión de la superficie cultivada y al empleo de medios que mejoran el rendimiento de las tierras. También se encuentran las técnicas agrícolas, que en los países desarrollados han aumentado la producción, mientras que en los países subdesarrollados se siguen utilizando técnicas tradicionales que generan menores cosechas. El destino final de la producción también es un factor importante, ya que puede ser destinada al consumo de la familia campesina (agricultura de subsistencia) o a la venta para obtener beneficios.
En los paisajes agrarios se pueden observar diferentes elementos, como las parcelas. Estas pueden ser de diferentes tamaños y se dividen en minifundios o latifundios, dependiendo de su extensión. El grado de aprovechamiento de las parcelas también varía, pudiendo ser intensiva o extensiva. Además, se pueden encontrar sistemas de riego, diferentes especies cultivadas y la influencia del hábitat y la red viaria en el paisaje.
En la agricultura de mercado, el objetivo principal es obtener el máximo beneficio. Para lograrlo, se utilizan medios como la especialización de la producción, la mecanización de las labores del campo y la aplicación de técnicas modernas de cultivo. Esto permite una alta productividad y una agilización en la comercialización. Sin embargo, también existen efectos negativos, como la contaminación causada por los fertilizantes y las subvenciones que benefician a los campesinos ricos y dificultan la competencia de los productos de los países subdesarrollados.
Entre las técnicas de cultivo modernas se encuentran el uso de invernaderos, el enarenado, los cultivos hidropónicos y el riego por goteo. Estas técnicas permiten modificar las condiciones de cultivo y aumentar la productividad.
En los países subdesarrollados, se practica la agricultura de plantación, que se caracteriza por ser una agricultura de mercado destinada a la exportación. Se basa en el monocultivo y requiere una gran inversión de capital. Por otro lado, la agricultura tradicional es de subsistencia y se realiza en minifundios. Se practica el policultivo y se utilizan técnicas y herramientas primitivas. La productividad es baja y existe una fuerte dependencia de los factores físicos.
En resumen, la agricultura es una actividad fundamental para obtener alimentos y materias primas. Su desarrollo está condicionado por factores físicos y humanos, y puede variar según el tipo de agricultura practicada. Es importante buscar un equilibrio entre la productividad y la sostenibilidad, teniendo en cuenta los efectos negativos que puede generar.