Portada » Medicina y Salud » Adolescencia, Salud y Sistema Inmune: Una Guía Completa
Según la OMS, la adolescencia es la etapa de la vida comprendida entre los 10 y los 19 años. En esta fase se produce el empuje de crecimiento puberal y el desarrollo de las características sexuales secundarias. Además, se adquieren nuevas habilidades sociales, cognitivas y emocionales.
Son medidas que tienden a evitar la manifestación y propagación de enfermedades. Se dirigen al individuo (causas de enfermedades) y al ambiente (factores ambientales).
Conjunto de acciones para disminuir los riesgos y la propagación de enfermedades a través de la educación y capacitación. Dirigidas a individuos o poblaciones sanas, buscan concientizar y difundir información sobre las enfermedades y cómo actuar ante ellas.
Incluye la adquisición de hábitos saludables, la vacunación y otras medidas. Se divide en tres niveles:
Limita la incidencia de la enfermedad controlando sus causas y factores de riesgo. Ejemplos: control del colesterol sérico y la contaminación atmosférica.
Busca la curación y la reducción de las consecuencias de la enfermedad mediante el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno. Reduce la prevalencia de la enfermedad. Ejemplos: detección del cáncer cervicouterino y la fenilcetonuria.
Reduce el progreso o las complicaciones de una enfermedad ya establecida. Busca reducir las secuelas y discapacidades, minimizar el sufrimiento y facilitar la adaptación a cuadros incurables.
Amplió la visión de la salud al incluir factores sociales y económicos, dando cabida a soluciones comunitarias. Sus objetivos eran la equidad en el acceso a la atención y la eficacia en la prestación de servicios.
Para combatir la desigualdad, se diseñaron programas para grupos desfavorecidos (madres, niños, discapacitados) y de alcance general. La desigualdad social se expresa en el nivel de ingresos, educación y precarización laboral. Aspectos como la vivienda, el acceso al agua potable, las cloacas y la alimentación son determinantes. La pobreza, entendida como la falta de recursos para satisfacer las necesidades básicas, afecta la salud. Los estratos más altos tienen mayor capacidad para aprovechar los recursos de salud, mientras que los pobres se enferman más y tienen mayores dificultades para la rehabilitación y la reintegración social.
La frase ‘la miseria del pueblo como madre de las enfermedades’ refleja cómo la pobreza y la falta de higiene aumentan la exposición a las enfermedades.
La OMS define la salud como un completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad. La anorexia carece de este bienestar integral. Si bien el médico puede proporcionar medicamentos, es crucial abordar el aspecto psicológico del paciente. Los medios de comunicación, al promover un ideal de belleza extremo, y las empresas, al fomentar talles de ropa muy pequeños, son en parte responsables de esta enfermedad.
Instituciones como ALUBA (Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia) se ocupan de atender y prevenir estos trastornos. Además, se han implementado medidas, como en Buenos Aires, que obligan a los fabricantes de ropa a ofrecer talles más grandes. Organizaciones gubernamentales y del sector privado también participan en estas acciones.
Es la puerta de entrada al sistema de salud. Debe proporcionar asistencia materno-infantil, inmunizaciones, medicamentos, atención en ‘salitas’, consultorios externos y unidades de primeros auxilios. Actúa como marco de prevención.
Se centra en la atención de enfermos en hospitales zonales y policlínicos. Ofrece infraestructura hospitalaria, disponibilidad de alimentos, atención e internación de pacientes.
Comprende establecimientos con mayor tecnología, como hospitales de alta complejidad e institutos de rehabilitación.
Capa superficial de la piel que protege el cuerpo y las zonas de contacto con el exterior (vías aéreas y digestivas). Sus células están protegidas por queratina, que les permite resistir la radiación solar, la deshidratación y otras agresiones.
Se localiza debajo de la epidermis (en la dermis). Al dañarse la piel, se libera histamina, sustancia que desencadena la inflamación.
Los linfocitos son los responsables de esta barrera. Los linfocitos T atacan directamente a los agentes patógenos, mientras que los linfocitos B producen anticuerpos específicos para cada antígeno. Los anticuerpos neutralizan la toxicidad de los microorganismos invasores. El virus del VIH, causante del SIDA, ataca a los linfocitos T cooperadores, debilitando el sistema inmune. Esto impide la producción de linfocitos B.
Los tatuajes, al traspasar la piel, pueden lesionar capilares sanguíneos, abriendo una vía de entrada para microorganismos si no se utiliza material estéril. En los piercings, una higiene inadecuada puede provocar infecciones. El uso de agujas no descartables aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades como la hepatitis y el SIDA.