Portada » Biología » Abonos Nitrogenados: Tipos, Usos y Beneficios en la Agricultura
Las plantas adquieren una vida muy activa y eso da lugar a los siguientes procesos:
Todos estos procesos son debidos a la presencia del N en la planta. Además, el N influye en la formación de proteínas.
El 80% de la atmósfera contiene N, el 20% restante estaría en el suelo. El N de la atmósfera no es aprovechable por los seres vivos, salvo en el caso de algunas leguminosas y algunas plantas como el trébol, que lo absorben a través de microorganismos que viven en sus raíces. El N del suelo está presente en 3 formas: orgánica, amoniacal y nítrica.
La transformación del N orgánico en mineral recibe el nombre de mineralización, fases:
Desnitrificación. Es el proceso opuesto a la nitrificación. Microorganismos anaerobios reducen los nitratos a nitritos y de estos a productos gaseosos (N2, N2O y NO) que se pierden en la atmósfera.
Para absorber el N por las plantas tiene que estar en forma mineral. La forma nítrica se absorbe directamente, la forma amoniacal tiene que pasar a nítrica para ser absorbida, salvo en la primera fase de vida de las plantas en la cual tienen preferencia por la forma amoniacal.
Las plantas absorben N durante toda su vida vegetativa, pero hay etapas en las que la necesidad de N es mayor, por ejemplo, en los cereales, las necesidades máximas de N coinciden con el ahijado, el encañado y la floración. En los frutales es cuando la floración y los frutos.
Cuando se necesita el N rápidamente se utiliza la forma nítrica, para un efecto más lento la amoniacal y para un efecto muy lento la sólida en forma de materia orgánica.
Desprendimiento del N en forma de gases (desnitrificación).
Arrastre del N por el agua (lixiviación). Este N está en forma nítrica y penetra en el suelo hasta el horizonte B.
Lo que absorben las plantas. Este N vuelve a formar parte del suelo en los residuos de las cosechas.
La textura del suelo tiene gran influencia en la retención del N:
Los suelos ricos en arcilla y humus retienen gran cantidad de N orgánico y amoniacal, lo retienen de estas formas hasta que pase a forma nítrica y ser absorbido por las plantas.
Suelos arenosos, pobres en humus, se retiene poco N amoniacal y orgánico; además, el poco N que hay se encuentra disuelto en el agua del suelo y puede ser arrastrado por el agua de lluvia.
El N que mejor se aprovecha en los cultivos es el primero.
Las plantas toman el N en forma nítrica y algunas veces bajo forma amoniacal, la mayor parte del N en el suelo se encuentra en forma orgánica, por lo tanto, no queda más remedio que abonar cuando tenemos un cultivo. Utilizaremos fertilizantes nitrogenados. El N nítrico se asimila con rapidez y produce un efecto muy rápido, pero como se diluye con el agua también su pérdida es muy rápida, por eso mismo se utiliza en cobertera y es más efectivo cuando se fracciona la dosis.
El N amoniacal cuando la temperatura es adecuada pasa a la forma nítrica en N amoniacal y además tiene una ventaja, no es arrastrado por el agua. Entonces elegiremos esta forma a largo plazo.
Lo ideal es un abono que combine las 2 cosas, nítrico y amoniacal, así la planta aprovecha al principio la forma nítrica y la forma amoniacal a largo plazo.
Hay 3:
Si se tiene que reducir la pérdida de N en el suelo haremos las aplicaciones del abono a lo largo de la vida del cultivo en varias veces. Abonaremos con productos de liberación lenta, que en el mercado hay 2 tipos:
Urea-formaldehído e isobutilen diurea.
Abonos solubles en gránulos recubiertos con azufre, parafina, ceras y materias plásticas.
Ambos son costosos y se emplean para cultivos que merezcan la pena el gasto.