Portada » Educación Física » Lesiones frecuentes en educacion fisica
1.En la primera, hay un hecho traumático, ya sea el objeto o el mismo cuerpo humano que hace de objeto por la velocidad que desarrolla, chocando con otro cuerpo, con el suelo o con otro objeto. Esa es la llamada lesión aguda, accidental, donde la colisión o el choque vence la resistencia de los tejidos. A pesar de que los tejidos estén adaptados a ese esfuerzo, la lesión es mucho mayor por la velocidad desarrollada hasta el impacto.
2.En la segunda, la lesión deportiva crónica es la que tiene lugar por la repetición de actividad deportiva que, sumada en el tiempo, va produciendo en un organismo un microtraumatismo, que llega a vencer la resistencia del tejido como si fuera el gran impacto del choque de la lesión aguda. La correcta denominación de este daño es “lesión por sobrecarga” , porque la carga de trabajo fue mayor a la que es capaz de soportar un tejido determinado, llámese tendón, ligamento o músculo, componentes todos ellos del aparato locomotor.
Las diferencias entre estas dos categorías de lesiones deportivas son importantes. En la lesión deportiva aguda, se produce una rotura instantánea porque la fuerza es grande, En cambio, en la lesión crónica el dolor desaparece de repente y sin haber hecho aparentemente nada fuera de lugar. Siempre es el exceso de fuerza sobre el tejido lo que produce la lesión.
Cualquier tipo de lesión para el deportista es importante, porque no le permite desarrollar su rendimiento máximo, para lo cual trabajó un determinado tiempo. En muchas ocasiones las lesiones se manifiestan por factores predisponentes de su estructura corporal o por factores externos, como superficies de juego o elementos deportivos inadecuados, o esfuerzos superiores a las capacidades del individuo.
¿CUALES SON LAS LESIONES DEPORTIVAS AGUDAS MAS FRECUENTES?
HERIDAS
Es la lesión de origen traumático, en la que existe pérdida de la continuidad de uno o más tejidos.
Clasificación:
1. Abrasivas: causadas por fricción o frotamiento con una superficie áspera, también llamadas escoriaciones o raspones. Por lo general, sólo dañan tejido cutáneo y subcutáneo, se producen en terrenos irregulares o de superficies duras o ásperas.
2. Cortantes: se caracterizan por presentar bordes regulares y afrontan perfectamente; se pueden producir por implementos deportivos, vidrios, láminas, etc.
3. Punzantes: heridas provocadas por objetos que presentan punta como: clavos, varillas, artículos deportivos, etc.
4. Contundentes: provocadas por objetos romos en traumatismo directo; se pueden provocar por piedras, postes, gradas y diversas áreas anatómicas de contacto permitidas en deportes de combate.
La gravedad de la lesión dependerá de la región afectada, por lo que el tratamiento puede variar posterior a la valoración del tipo de herida, gravedad y complicaciones que se presenten, se deberá proceder a la aplicación de los primeros auxilios, teniendo como base las siguientes acciones:
a) Lavado de la zona afectada con agua limpia, jabón y gasas estériles, limpiando en un solo sentido, de arriba hacia abajo, abriendo la herida y limpiando de adentro hacia fuera.
b) Aplicación de un antiséptico local como isodine o banzal.
c) Aislamiento de la herida del medio ambiente por medio de gasas y un vendaje.
CONTUSION
Patología traumática-inflamatoria más frecuente en las actividades deportivas. Las consecuencias de la contusión dependerán del sitio donde se recibió y la intensidad del traumatismo.
Su manifestación es a través del dolor, rubor, calor y/o tumor, todos estos datos del proceso inflamatorio.
El tratamiento inicial, siempre y cuando no haya complicaciones, consiste en el uso de métodos terapéuticos dirigidos esencialmente a impedir o limitar la aparición de hemorragia y/o edema, así como disminuir el dolor mediante la aplicación local de frío: en forma sólida (hielo triturado o paquetes fríos), líquida (agua fría) o gaseosa (cloro de etilo). Se deberá considerar si es necesario retirar al jugador del terreno de juego, para la valoración completa y así determinar complicaciones y severidad de la lesión. Posteriormente, iniciar el método HICER, el cual se mencionará más adelante.
DISTENCIÓN
Es la lesión microscópica del músculo, que se produce al sobrepasar los límites normales de la elasticidad, produciéndose un estiramiento de las fibras sin que exista un daño anatómico ni ruptura de las mismas, por examen clínico no es demostrable una solución de continuidad del músculo.
Su manifestación clínica se caracteriza por dolor intenso y súbito, el sujeto es capaz de tolerar la molestia y puede continuar su actividad. La evolución de este tipo de lesión es rápida y favorable a la mejoría en pocos días. El tratamiento es a través del método HICER.
CONTRACTURA
Son contracciones musculares dolorosas, de corta duración e involuntarias, causadas por isquemia (irrigación insuficiente del músculo), contusión, desequilibrio hidro-electrolítico, sobrecarga de trabajo muscular, uso de accesorios elásticos o utilización de vendajes muy ajustados.
Sus manifestaciones clínicas son: dolor intenso y contracción del músculo afectado.
El tratamiento consiste en estirar el músculo y al controlar la contracción dar un ligero masaje para controlar el dolor e incrementar el flujo sanguíneo.
DESGARRO
Ruptura macroscópica y parcial de un músculo, en el cual si se muestra solución de continuidad, se considera una lesión grave, ya que puede haber ruptura extensa de las fibras musculares.
Su manifestación clínica es dolor intenso y la incapacidad funcional, se presenta frecuentemente un hematoma postraumático cuya magnitud puede palparse con un abultamiento.
Tratamiento.- El método HICER debe utilizarse de acuerdo al tipo, región, severidad y complicaciones que presente el desgarro. Se encuentra absolutamente contraindicado el uso de masoterapia durante la primera semana de evolución.
ESGUINCE
Los esguinces (torceduras) son lesiones que se producen cuando existe un movimiento forzado de la articulación, más allá de sus límites normales, van desde la distención hasta ruptura de un ligamento.
Los esguinces se dividen según la intensidad de la lesión en:
• Grado 1. Elongación (las fibras solamente se estiran)
• Grado 2.- Ruptura parcial (algunas fibras de los ligamentos se rompen)
• Grado 3.- Ruptura total ( todas las fibras se afectan)
Sus manifestaciones son: dolor, inflamación e incapacidad funcional que van desde ligera a importante de acuerdo a la lesión. Cuando existe ruptura ligamentaria puede presentarse equimosis leve a severa. En los esguinces grados 2 y 3 hay que tomar en consideración la posibilidad de fractura ósea, por lo cual es necesario corroborar con estudios radiológicos.
Tratamiento.- Las medidas generales básicas se realizan a través del método HICER, continuando con las medidas específicas, las cuales dependerán del grado de esguince.
LUXACIÓN
Una articulación está luxada cuando existe la pérdida de la relación normal de las caras articulares, es decir, existe desplazamiento de los huesos fuera de la articulación.
Las manifestaciones clínicas son: dolor, incapacidad funcional, deformación y posición anormal de la extremidad afectada. La pérdida de contacto de las caras articulares es sólo posible a consecuencia de lesiones importantes de las zonas blandas periarticulares, así como de los mismos componentes de la articulación: sinovial, superficies cartilaginosas, cápsula, ligamentos, tendones, músculos, nervios, vasos, que pueden estar comprimidos, pellizcados, desgarrados o arrancados.
El tratamiento debe iniciarse tan pronto sea posible, con el fin de evitar que se agrave. El método HICER como tratamiento primario es importante. Existen casos en donde es necesario el traslado a un hospital para valoración radiológica para descartar fractura y realizar la reducción, evitando de esta manera complicaciones neurovasculares por una mala reducción realizada en campo.
FRACTURA
Es la pérdida de continuidad ósea y se distinguen dos tipos principales:
1.- Fractura cerrada, es aquella en la cual la piel permanece intacta, si este tipo de fractura se maneja de forma inadecuada, puede agravarse peligrosamente transformándose en abierta o complicada.
2.- Fractura abierta, en esta lesión una herida en la piel pone en comunicación el foco de la fractura con el exterior. Este tipo de fractura es grave por el riesgo de infección, exigiendo cuidados especiales.
3.- Se habla de una fractura complicada cuando los fragmentos cortantes del hueso roto han dañado algún órgano (vasos sanguíneos, nervios, pulmones, médula espinal). Esta clase de fractura puede darse tanto en uno como en otro de los casos citados.
Las manifestaciones son: incapacidad funcional, dolor repentino violento, fijo, localizado, edema, puede existir o no deformación de la zona lesionada, y crepitación, n este punto es importante considerar la existencia de una luxación si la lesión se encuentra en una articulación. En presencia de una lesión sospechosa de fractura, se debe actuar como si realmente existiera.
El tratamiento es con inmovilización inmediata, férulas, tablas o cabestrillos, o situación necesaria con el mismo cuerpo del paciente. En caso de presentar herida y/o hemorragia cubrir y contener el sangrado. Traslado al hospital más cercano. Importante: no se debe realizar la movilización o traslado del paciente sin haber inmovilizado la fractura.
Las primeras 24 horas tras la lesión son las más críticas porque determinan el grado que alcanzará la lesión y cuánto tardará en recuperarse. Inmediatamente después de que tenga lugar la lesión, se inflamará la zona: se pondrá roja, caliente y dolerá.
La intensidad de la inflamación varía según la lesión y es, de hecho, el inicio del proceso de recuperación, aunque el cuerpo tienda a reaccionar de manera exagerada. Lo primero que se debe hacer es disminuir el proceso de inflamación.
La manera más sencilla de recordar que hacer es el acrónimo HICER: hielo, compresión, elevación y reposo.
HIELO
Para ralentizar el metabolismo de los tejidos del área afectada, debe someterlas a una especie de “animación suspendida”, con agua fría o un paquete de hielo. (Un paquete de verduras congeladas es ideal, pero envuélvelo en un paño, porque existe el riesgo de quemadura)
COMPRESIÓN
La diseminación de los fluidos que se acumulan como resultado de la inflamación y las hemorragias puede disminuirse mediante la compresión. La manera más sencilla de comprimir una lesión es una venda elástica. Debe ser cómoda y no presionar demasiado o restringirá el fluido de sangre a la zona.
ELEVACION
Es aconsejable mantener las parte del cuerpo lesionada elevada y bien sujeta para que los fluidos producidos por la inflamación y las hemorragias drenen correctamente. Conviene en particular, si la lesión es en una pierna, para que los fluidos no se acumulen en el pie.
REPOSO
No se puede eliminar una lesión sin reposo. Aunque el dolor desaparezca, el daño en el tejido persiste. Debe reposar un mínimo de 24 a 48 horas. Durante este tiempo debe proteger la lesión de posibles daños, así que quizá sea necesario entablillar.
Muchas personas siguen entrenando aunque estén lesionadas, creyendo que si se ponen una tobillera u otro tipo de venda están protegidos contra las lesiones. Esto no es una buena idea. Si lleva mucho tiempo lesionado, una venda puede aislar el músculo dañado, permitiendo trabajar los que hay alrededor, pero en circunstancias normales el reposo es la mejor cura.
Toma en cuenta que si está lesionado y sigue trabajando la inflamación y la hemorragia pueden aumentar y provocar más problemas, por último no olvidar consultar al médico o fisioterapeuta.
CAUSAS MAS COMUNES DE LESIONES
• Calentamiento previo insuficiente
• Calentamiento posterior insuficiente
• No hacer estiramientos antes y después del ejercicio
• Sobreentrenamiento
• Falta de reposo
• Calzado incorrecto
• Equipo inadecuado
• Trabajar el cuerpo en contra de su constitución
• Ignorar lo que intenta decirnos nuestro cuerpo
• Mala técnica, sobre todo en los ejercicios de fuerza
• Ignorar normas de seguridad
• No comer adecuadamente
• Adicciones: tabaquismo, alcoholismo o uso de drogas
Como puedes ver una de las causas de lesión más común es la falta de calentamiento adecuado, por lo que te recomendamos considerar siempre dentro de tu programa de actividad deportiva la realización de este tipo de ejercicios.
EJERCICIOS DE CALENTAMIENTO
El tipo de calentamiento es variable, se puede realizar de 8 a 15 minutos. Siguiendo los siguientes pasos:
1. Corre sin moverte del mismo sitio, sobre las puntas de los pies o salta durante un minuto, descansa medio minuto y repítelo durante un minuto.
2. Siéntate en el suelo, con las rodillas flexionadas y los pies fijos con un soporte. Acuéstate y vuelve a sentarte. Repite el ejercicio 16 veces.
3. Acuéstate boca abajo, con un cojín bajo la pelvis. Levanta las piernas y las parte superior del tronco, de forma que el peso del cuerpo caiga sobre el cojín. Mantén los brazos en los costados. Hazlo 16 veces.
4. De pie, con las piernas separadas, realiza 24 giros de hombros. Cambia el sentido cada cuatro giros.
5. De pie, con las piernas separadas, haz 24 giros o rotaciones con los brazos extendidos.
6. De pie sobre una pierna apoyando una mano en algún lugar, haz 24 balanceos de la pierna y el brazo libres, pero en sentidos opuestos. Cambia de apoyo cada cuatro balanceos.
7. De pie, con las piernas separadas y las manos apoyadas en las caderas, rota éstas lentamente.
8. Salta sobre la punta de los pies o corre a ritmo moderado durante medio minuto.
9. Acuéstate boca abajo ( o, si aún no estás en forma, apóyate inclinado sobre algún mueble fijo). Extiende los brazos para elevar el cuerpo, estando recto. Hazlo de 1-15 veces.
10. Salta de puntillas sin desplazarte, corre o sube y baja de un escalón durante 1-5 minutos
COMO EVITAR LESIONES
Los dolores aparentemente menores suelen ser indicios de que bajo la superficie hay algo más grave. Hazte cualquier dolor sospechoso antes de que empeore. No lo dejes para cuando sea demasiado tarde.
REPOSO ADECUADO
El reposo es esencial entre las series, sobre todo en los ejercicios de fuerza. Los músculos no se desarrollan mientras trabajas sino en las horas siguientes a una rutina. Es también el momento en que el cuerpo recupera sus niveles de energía con glucógeno y grasas.
Cuanto más largo sea el ejercicio y más repeticiones se hagan, más tarda el músculo en recuperarse. A medida que se mejore la condición física se requerirá menos descanso entre las series, se debe tomar en cuenta que los grupos musculares más grandes necesitan también mayor reposo.
FATIGA CRONICA
La fatiga crónica se instala si se sigue entrenando más allá de las fuerzas del cuerpo y favorece las lesiones. Las señales de sobreentrenamiento incluyen una disminución del rendimiento a pesar de sentir que se trabaja duro; dolores, molestias en las articulaciones, tendones o músculos; pérdida de fuerza; parestesias, las articulaciones se duermen o agotan en exceso; cansancio general; problemas para dormir; tos constante, resfriados y otras dolencias menores.
Es preciso tomar en cuenta lo que dice el cuerpo, más vale prevenir que curar.
REFERENCIAS
Tomado del artículo escrito por:
*Patricia Tlatempa Sotelo
** Gonzalo Pérez Villalva
Arnheim, D., (1994) Medicina deportiva, Fisioterapia y entrenamiento atlético, Mosby/Doyma libros, Divisiín de Times Mirror de España, S.A., España.
Baker, Champ L. (1998), Manual de campo de medicina del deporte, Clínica Hughston, Editorial ; Médica Panamericana, España.
Brunet-Guedj, E. (1997), Manual de medicina del deporte; Editorial Mason, España.
Kulund, D. (1990), Lesiones del deportista, Salvat Editores, España.
Los deportistas están expuestos a diversas lesiones según cual disciplina practican, en el fisicoculturismo y el entrenamiento con pesas aficionado es común ver diversos tipos de lesiones producto de una mala técnica de ejecución o como consecuencia del sobre entrenamiento.
Para hacerse una idea de cuales son las mas comunes, les traigo una lista con 10 lesiones frecuentes durante la práctica deportiva y algunas sugerencias breves para prevenirlas.
Distensión muscular: Consiste en una elongación de las fibras musculares más allá de los limites normales de elasticidad, sin lesión de las mismas.
Desgarro muscular: Es la lesión de las fibras musculares o miofibrillas. Puede ser total o parcial y ello depende de aquellas desgarradas.
En este artículo puedes ver mas información sobre estas dos lesiones deportivas.
Esguince o entorsis: Es la torsión que sufre una articulación por traumatismo. Como consecuencia de dicha torsión se pueden observar lesiones ligamentarias, pueden ser leves, moderadas o graves.
Tendinitis: Es la inflamación de la vaina o cobertura de un tendón por suma de microtraumatismos. Ello produce adherencias de la vaina al tendón con dolor, tumefacción y limitación del movimiento.
Ruptura tendinosa: Es una lesión que se desencadena bruscamente debido a dos mecanismos que actúan casi simultáneamente. Una brusca contracción luego de tendinitis repetidas.
Ruptura ligamentosa: La lesión de ligamentos se produce en los esguinces graves de cualquier articulación, a veces con desprendimiento del hueso al cual se inserta.
Ruptura de menisco: Lesión de un cartílago articular o menisco, especialmente de la rodilla, producida por un esguince grave de la misma. Los meniscos son estructuras intraarticulares y actuan como amortiguadores, tienen forma de media luna con un cuerno anterior, un cuerpo y un cuerno posterior. Son dos uno interno y otro externo permitiendo que el fémur y la tibia articulen en forma armónica como si fueran una visagra.
Pubalgias: Dolor en el pubis como consecuencia de la inflamación en los tendones de los músculos abdominales y/o aductores. Generalmente generada por desbalances musculares.
Luxación: Es la pérdida permanente del contacto mútuo entre las carillas articulares con lesión en la capsula sinovial que las envuelve.
Fracturas: Es la lesión ósea producida por un traumatismo directo o indirecto que genera la pérdida de solución de continuidad de la trama del hueso. Lesiona ambas cortezas del mismo y pueden ser cerradas o expuestas.
¿Cómo se puede prevenir una lesión deportiva?
Lesiones deportivas: prevención y rehabilitación
desde la Psicología del Deporte
Darío C. Mendelsohn (Argentina)
Lic. En Psicología especializado en Psicología del deporte
mendelsohn@impsat1.com.ar
Resumen
La herencia genética, los componentes orgánicos, el temperamento, el umbral de tolerancia al dolor, el esquema corporal, y el grado de autoestima, interactúan produciendo una determinada actitud, o una predisposición específica ante una lesión.
Distintas investigaciones (Lavarda 1975) dicen que la tendencia al accidente evidenciada por los deportistas lesionados estaba más conectada con la personalidad de cada individuo, que con la efectiva peligrosidad de las diversas disciplinas deportivas; y que la lesión tiene lugar más frecuentemente durante los entrenamientos, que en el transcurso de la competencia. Por ello, ante un deportista lesionado, no habría que limitarse a remediar la dolencia (que es el efecto), sino que sería necesario remontarse a la causa, considerando entre otros factores, la vivencia del accidente, y cómo el deportista lo experimentó.
Lo que se propone es que el deportista enfrente la lesión con una vivencia positiva, en la que se exprese de un modo nuevo el enfoque del problema de la lesión, sin autocomplacencias, sin echar la culpa al destino, pero también sin dar falsas muestras de indiferencia y superioridad. Hay una serie de técnicas que utilizan las imágenes mentales, para reevocar, elaborar, modificar, anticipar y aprender el movimiento a través de un entrenamiento mental, que puede definirse como ideo-motor, una autorepresentación mental sistemáticamente repetida y conciente de la acción motora que debe aprenderse, perfeccionarse, estabilizarse o determinarse con exactitud, sin que se tenga una ejecución real, externamente visible de movimientos parciales o globales (Frester 1984).
Palabras Clave: Predisposición, causas, efectos, técnicas, entrenamiento mental.
La lesión deportiva
La lesión deportiva es uno de los obstáculos más importantes para el exitoso rendimiento de un deportista, ya que es una fuente de tensión, dolor, dudas y sufrimiento para el deportista.
Hay un doble efecto que se produce en caso de lesión deportiva en un atleta profesional:
En líneas generales
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Al inicio de la
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Falta de dominio corporal |
Recursos deficientes |
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Desconocimiento de las
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Alta
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Exceso de confianza |
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Exigencias muy elevadas (sin la
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Variables que pueden influír en las lesiones deportivas
La variable psicológica más relevante en lo referente a las lesiones es el estrés.
El estrés es una respuesta compleja que puede estar presente antes, durante, y /o después de la lesión.
Estrés
Es el proceso que comprende la percepción de un desequilibrio sustancial entre las demandas objetivas del ambiente y la capacidad de respuesta, bajo condiciones donde el fracaso al afrontarlo se percibe como algo que tendrá importantes consecuencias, y a lo que responde con un incremento de los niveles de ansiedad (Martens 1977).
En algunas ocasiones, las lesiones deportivas, aunque potencialmente estresantes, pueden aliviar otras fuentes de estrés mayores (por ejemplo: el estrés que produce el exceso de responsabilidad en la competencia), convirtiéndose en valiosos mecanismos de escape o evitación.
Situaciones potencialmente estresantes
Variables personales relacionadas con las lesiones
Factores que provocan lesiones
Año: 1993
Autores: Heil, Zemper y Carter
Población: 1600 deportistas (4 % corresponde al nivel de Alto Rendimiento)
Resultados:
En base a lo manifestado hasta aquí, es que propongo:
Hacer una preparación mental preventiva para evitar lesiones, teniendo en cuenta 3 niveles:
Cognoscitivo: con aumento de las capacidades de análisis, juicio, crítica, decisión, y control de los procesos perceptivos y de la memoria.
Psicomotor: con aumento de las capacidades de aprendizaje, control y regulación del movimiento y con una mejorada autoconciencia, en el plano cinestésico del propio cuerpo.
Psicoafectivo: con el control mejorado de la emotividad y del ansia, con un consiguiente aumento de la autoestima, de la confianza en sí mismos y de la capacidad de hacer frente a los problemas (Most, 1981).
Gracias a una preparación mental adecuada y preventiva, el deportista que sufriese realmente una lesión, sería capaz de controlar la situación desde el punto de vista emotivo, sin dejarse llevar por comportamientos a menudo autoperjudiciales, porque serán menos intensas las reacciones de ansiedad y más cooperativa será su participación. Será más protagonista y menos pasivo en su recuperación.
La interrupción de la actividad provoca la suspensión de la habitual dosis cotidiana de cansancio, induciendo insomnio, inapetencia, estreñimiento y astenia, sensaciones éstas que son muy desagradables para quién está habituado a sentirse siempre en perfecta forma; la inactividad forzada produce depresión, sentimientos hostiles hacia quién eventualmente fué responsable de la lesión, envidia hacia los compañeros que siguen compitiendo, y preocupaciones en el sentido de no recuperarse plenamente.
Todos estos son buenos motivos para que éste deportista, que atraviesa una fase particularmente delicada en relación con su trabajo, deba ser preparado de manera adecuada para afrontarla de modo convincente.
Intervención post – lesión
Dos fases
Las técnicas psicológicas a tener en cuenta en el período de inmovilización son:
Habilidades de comunicación
El equipo médico deberá tener en cuenta que para conseguir un buen nivel de control de activación y de aceptación positiva de la realidad, el deportista ha de tener información sobre la lesión producida (hay que saber hablar y saber escuchar).
Técnicas de relajación
Las técnicas que van a ayudar al deportista a soportar los malos momentos (dolor, dudas) van a ser aquellas que directamente le permitan tener un mayor control de sus niveles de activación y poder abordar situaciones complejas.
Técnicas de visualización
Es de gran utilidad combinar ejercicios de relajación con visualizaciones imaginadas de la zona lesionada, a partir de la información suministrada por el equipo médico. El deportista podrá hacer una representación mental de su lesión facilitando el efecto Carpenter (microactivación de la zona corporal imaginada), con lo que se obtendrá un ligero aumento de la fisiología en la zona lesionada, y se facilitará la toma de conciencia del deportista sobre la lesión acaecida.
Determinación de objetivos
En esta primera fase, el deportista lesionado deberá empezar a trabajar sus cualidades físicas corporales con el objeto de no perder potencial atlético general. Es un período óptimo para mantener y mejorar, si se puede, el nivel físico del resto del cuerpo que no ha sufrido traumatismo.
Fase de movilización
Es un período mucho más largo que el de la fase de inmovilización y en donde el deportista va a ir recuperando progresivamente sus niveles de funcionalidad motora. En esta fase hay 3 momentos distintos de trabajo.
Recuperación
Período de tiempo relacionado con la mejora del músculo-articulación que ha sufrido el traumatismo. En este período el deportista necesitará inicialmente estrategias para controlar las situaciones estresantes o dolorosas, mantener un alto nivel de motivación para desarrollar el programa diario de trabajo.
Las técnicas psicológicas que se sugieren para trabajar en este período son:
Habilidades de comunicación
Proveer información real y clara del proceso de recuperación.
Técnicas de relajación y visualización.
Determinación de los objetivos del programa
Es indispensable que el deportista con la ayuda pertinente se vaya marcando objetivos concretos para ir consiguiéndolos en cada sesión de trabajo.
Mejora de aprendizajes deportivos
El período de recuperación de un deportista es vivido como un tiempo perdido y aburrido, ya que gran parte de la actividad que el deportista realizaba antes del traumatismo, no la puede desarrollar; hay que aprovechar este momento para realizar formación técnico-táctica.
Apoyo social
Muchos deportistas consiguen mejorar su confianza en el trabajo que se realiza por medio de encuentros o por comunicaciones telefónicas con otros deportistas que han sufrido una lesión parecida y que en la actualidad están recuperados.
Readaptación
Corresponde al período de trabajo de mejora de la cualidad física perdida como consecuencia de la situación traumática. Es un período en el que el deportista intenta conseguir una tonificación de su estado físico general, consiguiendo el mismo nivel que tenía antes de la lesión.
Las técnicas que se proponen para este período son:
Visualizaciones
Visualizaciones imaginadas de su esfuerzo en el trabajo de recuperación.
Determinación de objetivos semanales
Diálogo interno positivo
El deportista aprende a detectar los pensamientos negativos de duda, y a reconvertirlos en objetivos a trabajar y a ser valorados en positivo.
Reentrenamiento
En este período, se trabaja para recuperar el nivel de habilidad deportiva descompensada por el tiempo de no práctica técnico-táctica. En esta fase el deportista debe perder el miedo al fracaso, olvidar la lesión, y progresivamente aumentar su trabajo con los demás deportistas.
Las técnicas sugeridas aquí son :
Visualización de inicio
Se aconseja hacer una representación mental simulada de las primeras sesiones de trabajo con los demás compañeros en la cancha y de la situación de entrenamiento habitual.
Determinación de objetivos
Es aconsejable que para cada entrenamiento el deportista reciba las consignas correspondientes de lo que se pretende trabajar-conseguir en las primeras sesiones de trabajo.
El ensayo emocional capacita a los deportistas a sentirse seguros y confiados en que la rehabilitación tendrá éxito. Los deportistas ensayan varias escenas que les producen sentimientos positivos tales como el entusisamo, el amor propio y la confianza, los deportistas pueden por ejemplo: ensayar sentimientos de emoción relativos a su primer partido después de la lesión, o ensayar sentimientos de admiración por parte de los entrenadores, compañeros de equipo y amigos, ante su vuelta de la lesión; a los deportistas también se les puede instruír a pensar en otros deportistas que han superado lesiones similares y generar otras escenas que produzcan sentimientos positivos.
Final
Numerosos deportistas e instituciones deportivas, podrían beneficiarse considerablemente, si se llevara a cabo una intervención psicológica preventiva que contribuyera a disminuír las lesiones deportivas, y puesto que el desconociemiento suele ser el responsable de que no se consideren y adopten las medidas necesarias, espero que esta nota sirva para alertar de la importancia de la prevención y rehabilitación de las lesiones deportivas, y de las posibilidades de la psicología del deporte en éste ámbito.
Bibliografía
Buceta, J.M. (1994) Psicología y Lesiones deportivas: Prevención y recuperación. Madrid.
Cruz Feliú, Jaume. (1997) Psicología del Deporte. Madrid, Editorial Síntesis.
Diego, Salomé de y Sagredo, Cristina. (1992) Jugar con Ventaja. Madrid, Editorial Alianza.
Grafi-Baumann, Toni. (1997) La ley y la ética de las lesiones futbolísticas. Alemania, FIFA Magazine, febrero
Williams, Jean (1991) Psicología aplicada al deporte, Madrid, Biblioteca Nueva
En esta Guía se recogen los consejos y técnicas básicas necesarias para realizar primeros auxilios por parte de los testigos de una situación de riesgo vital, tanto alertantes como primeros respondientes.
Los primeros auxilios son aquellas actuaciones o medidas básicas e inmediatas que se realizan en el mismo lugar en el que ha tenido lugar el accidente o la pérdida de salud de una persona.
Se realizan por parte de personas testigo, sean o no sanitarias, con los medios que se tenga al alcance en ese momento y hasta la llegada de personal especializado.
Por tanto, los primeros auxilios no son tratamientos médicos, sino acciones encaminadas a reducir los posibles efectos de las lesiones y a mantener el estado del paciente hasta la llegada del servicio médico extrahospitalario.
No debemos olvidar, además, la obligación legal y moral del deber de auxilio que tenemos todas las personas frente al herido o enfermo.
Esta guía ha sido desarrollada con la colaboración de profesionales funcionarios y voluntarios de nuestra organización.
Primeros auxilios y tratamiento de lesiones
Son numerosas las causas que predisponen a posibles lesiones y accidentes en el ámbito de la actividad física. Conocerlas permitirá adelantarse a ellas y adoptar medidas preventivas. Latorre y Herrador (2003) indican una serie de factores de riesgo a tener en cuenta:
– Falta de conocimientos técnicos básicos.
– Una preparación física deficiente o inadecuada.
– Desigualdad corporal y de edad entre los participantes.
– Sobrepasar los límites biológicos del esfuerzo.
– Aspectos psicológicos (época de exámenes, desequilibrios afectivos, falta de concentración).
– Reingreso del alumno a la práctica activa en la clases de Educación Física sin estar completamente recuperado de una lesión o enfermedad. Hasta no haber recuperado el nivel de fuerza que corresponda a la edad del niño, o al menos, al nivel anterior a la lesión, así como un grado normal de movilidad articular, no debe permitirse la vuelta a la práctica de actividad física. El reposo y un adecuado tratamiento devuelve al niño y adolescente a su actividad en un tiempo extraordinariamente rápido, siempre que se respeten unas adecuadas medidas. Entre éstas, destacan una correcta alimentación y descanso, inicio precoz del proceso rehabilitador, reincorporación progresiva al entrenamiento y el respeto escrupuloso de las indicaciones del médico deportivo.
– No respetar las reglas del juego.
– Factores climáticos.
– Menospreciar el calentamiento y la vuelta a la calma.
– Negligencia en la aplicación de los primeros auxilios.
– Programación y ejecución de ejercicios y actividades sin tener en cuenta enfermedades, anomalías ortopédicas, trastornos estructurales del individuo. Para evitarlo es conveniente realizar un adecuado reconocimiento médico.
– Uso inadecuado de instalaciones, espacios físico-recreativos, material e indumentaria.
Para aquellos niños y adolescentes que realizan una actividad físico-deportiva sistematizada, Delgado y cols. (1997) plantean una serie de recomendaciones para prevenir la aparición de lesiones:
1) Dejar un tiempo de recuperación suficiente después de un entrenamiento intenso, sobre todo si se ha trabajado la fuerza muscular.
2) No realizar jamás alternancias bruscas de carga, sobre todo en un organismo que no ha tenido una adaptación previa, progresiva y reciente.
3) Descartar el entrenamiento con pesos y halteras en niños y, de manera general, eliminar el trabajo con peso por encima de la cabeza antes o durante la fase de crecimiento puberal, ya que podría producir efectos negativos en la columna vertebral. El trabajo con el propio peso (autocargas) es suficiente para el desarrollo y la tonificación muscular a estas edades.
4) Evitar cargas estereotipadas, rechazando fundamentalmente el trabajo asimétrico y unilateral, pues se afectaría el valor funcional del sistema en su conjunto.
5) No trabajar con cargas estáticas de duración relativamente prolongada. Las cargas alternas son más apropiadas para el cartílago articular hialino y el cartílago fibroso de los discos ligamentosos. Las cargas estáticas dañan la irrigación sanguínea, mientras las dinámicas o activas la mejoran.
Hay que destacar que los períodos de crecimiento rápido pueden elevar la susceptibilidad a la lesión, ya que se incrementa la rigidez del tendón alrededor de las articulaciones, con la consiguiente pérdida de flexibilidad. El hueso de los niños y adolescentes en razón de la mayor proporción de materiales orgánicos relativamente blandos, es más flexible, pero su resistencia a la flexión y a la presión está disminuida, lo que provoca una capacidad de carga inferior del conjunto del sistema esquelético. Por otra parte, los tejidos tendinosos y ligamentosos, al no estar finalizado el desarrollado de su estructura reticular no es lo bastante resistente a la tracción.
Delgado y cols. (1997) detallan una serie de circunstancias que desaconsejan la práctica de ejercicio físico, al menos intenso, por la mayor posibilidad de padecer accidentes o malestar:
– Durante la digestión, porque la sangre está concentrada en el aparato digestivo (hiperemia esplácnica).
– Cuando se han sufrido una lesión deportiva: modificar o suspender la actividad.
– Un estilo de vida sedentario: evitar actividades físicas intensas o mantenidas en el tiempo y respetar los principios de adaptación y progresión.
– Tras el consumo de tabaco, ya que disminuye la capacidad de realizar esfuerzo físico, sobre todo en actividades aeróbicas, como consecuencia de la broncoconstricción que producen algunos componentes del mismo.
Lesiones más frecuentes relacionadas con el sistema locomotor: primeros auxilios.
El elemento clave para evitar la puesta en marcha de los primeros auxilios es el conocimiento de las causas de aparición de un accidente. El profesor debe conocer las causas fundamentales de accidentes en el ámbito escolar y fuera del mismo, para prevenir su aparición o actuar con adecuación si se produce alguno de ellos. No obstante, aunque se pueda reducir el riesgo, siempre se producirá un pequeño porcentaje de accidentes y lesiones, que requerirán de primeros auxilios.
Las lesiones se pueden clasificar en agudas y por sobrecarga. Las lesiones agudas se originan generalmente por grandes traumatismos o eventos puntuales, que incluyen, entre otros, fracturas, desgarros ligamentosos, distensiones musculo-tendinosas, heridas y contusión de tejidos blandos.
Childhood injuries in sport
Roach R, Maffulli NPhysical Therapy in Sport, 4, 2003, pp. 58–66
Por su parte, las lesiones por sobrecarga son debidas a los microtraumatismos repetitivos sobre una estructura anatómica concreta, asociados a un entrenamiento deportivo intensivo y precoz sin un adecuado control.
Efectuar la misma actividad una y otra vez puede hacer que cierta parte del cuerpo experimente fricción contra otra (condromalacia), se produzca una tracción repetitiva sobre un ligamento o un tendón, etc. El resultado de estas fuerzas de fricción, tracción o carga cíclica, es la inflamación de la parte afectada, lo que provoca dolor, hipersensibilidad, tumefacción e incluso podría derivar en impotencia funcional.
Las lesiones por sobrecarga no pueden generarse en la clase de educación física, puesto que en dos sesiones semanales de actividad motriz no hay tiempo suficiente para producir este tipo de lesiones. Sin embargo, niños y adolescentes que practican ejercicio físico o deporte de forma sistemática y con volúmenes importantes, pueden sufrir este tipo de lesiones.
Actuación práctica ante lesiones cerradas (sin herida)
– Retirar inmediatamente al niño o adolescente de la sesión de clase y del espacio donde se esté desarrollando la práctica de actividad física.
– Aplicar frío local mediante compresas húmedas frías, bolsas de gel o silicona extraídas de un congelador, o bien hielo picado envuelto en tela o plástico. Si no se dispone de estos elementos, al menos introducir la zona afectada en agua fría por espacio de 15 a 20 minutos. En caso de aplicación de frío intenso, hacerlo a través de una toalla o ropa, nunca directamente sobre la piel. Nunca aplicar calor. Posteriormente se retira por espacio de 10 a 15 minutos y se repite de nuevo.
– Elevar la zona afectada y mantenerla en reposo absoluto inicialmente. Si se trata de una lesión leve o grave, no se produce ningún trastorno añadido por el hecho de no moverla o aplicar frío. Sin embargo, ante una lesión, si se incita a seguir o simplemente se le permite continuar por la propia insistencia del alumno, el maestro será responsable de un empeoramiento evitable de una lesión de la que es, en primera instancia, responsable de auxiliar.
– Realizar un vendaje compresivo, no adhesivo y centrípeto de la zona afectada.
– En caso necesario se podrá administrar un analgésico suave, tipo paracetamol o aspirina, y trasladar al niño o adolescente a un centro hospitalario donde le realizarán un estudio con mayor profundidad.
– En caso de luxaciones, dada la imposibilidad de reducción sin la certeza de que no existe una fractura, hay que dejar esta operación en manos de un médico. Éste ha de acudir lo antes posible al lugar del accidente o, lo que es más usual, se ha de trasladar al accidentado, inmovilizado y aplicando frío, a un centro médico. El traslado hay que realizarlo en las mejores condiciones posibles.
– Es importante disponer en el centro escolar de un botiquín de primeros auxilios que incluya, además de los componentes habituales, férulas rígidas, semirígidas o hinchables para casos de emergencia, vendas, esparadrapo, un sistema de frío local, etc. Asimismo, resulta apropiado ubicar en lugares visibles de las instalaciones deportivas, las normas básicas de tratamiento de una lesión, por si durante la práctica de actividad física (dirigida y autónoma) ocurre un accidente, y seguir una indicaciones mínimas para, al menos, no agravar la misma.
– El maestro debe revisar periódicamente el botiquín para asegurarse de que contiene los elementos necesarios. Sería conveniente que cuando un maestro usa un material del mismo solicite inmediatamente su reposición, informando al resto de compañeros.
Actuación práctica ante lesiones abiertas (heridas).
– Limpiar y desinfectar adecuadamente con el medio más apropiado del que se disponga. En ausencia de otro medio más efectivo, se procederá al lavado abundante de la herida con agua y jabón; a continuación se aplicará un desinfectante, como puede ser agua oxigenada, añadiendo después betadine u otro antiséptico similar.
– La herida puede ser cubierta preferiblemente con gasas cicatrizantes impregnadas en vaselina. No se deberán utilizar otro tipo de pomadas.
– Si existe una hemorragia importante, se aplicará una presión sobre el punto de sangrado con un paño o gasa estéril, se realizará un vendaje compresivo y se trasladará al niño o adolescente a un centro médico.
LESIONES MÁS FRECUENTES
NOMBRE
¿QUÉ ES?
SÍNTOMAS
¿QUÉ HACER?
Cuando se rompe un hueso por cualquier tipo de traumatismo.
Dolor intenso.
Inflamación.
Imposibilidad de mover la zona afectada.
Inmovilizar el miembro afectado y sus articulaciones.
Traslado rápido a un centro médico.
Distensión de las partes blandas de una articulación (por ejemplo, ligamentos).
Dolor.
Hematoma.
Aplicar frío y vendaje compresivo.
Reposo de la articulación.
Visitar al médico.
Cuando un hueso se sale o se desplaza de su posición habitual en una articulación
Dolor al mover.
Hinchazón y deformación.
Desplazamiento de los huesos.
Inmovilizar.
No intentar reducir la luxación.
Traslado a un centro médico.
Lesiones musculares por golpes violentos en los que la piel se mantiene intacta.
Dolor.
Hematoma.
Reposo.
Aplicar frío.
Visitar al médico si es grave (grado 3).
Es una contracción muscular mantenida (tetánica) producida por agotamiento
Dolor al contraerse el músculo.
Estiramiento del músculo afectado.
Reposo.
Cuando un conjunto de fibras musculares pierden su integridad longilínea.
OTRAS LESIONES MENOS FRECUENTES
NOMBRE
¿QUÉ ES?
SÍNTOMAS
¿QUÉ HACER?
MAREOS
Alteración generalizada que puede ir acompañada de pérdida de conciencia
Palidez.
Angustia.
Sudor frío.
Pulso débil y acelerado.
Acostar al herido.
Si hay palidez, colocarlo con los pies en alto.
Si hay congestión colocarlo con la cabeza alta.
Se produce por una exposición prolongada al sol
Sed, cansancio.
Respiración fatigosa.
Pulso alterado.
Vómitos y mareos.
Aflojar la ropa.
Poner compresas frías.
Administrar agua con sal.
En el caso de insectos, es la introducción en el organismo de una sustancia tóxica.
Enrojecimiento de la zona.
Hinchazón.
Dolor.
Lavar la zona.
Aplicar una pomada de la piel para picaduras.
Aplicar frío.
Erosión de la piel y, en casos graves, de venas y masa muscular
Dolor.
Pérdida de sangre.
Separación de los bordes.
Limpieza de la zona herida.
Aplicar un antiséptico.
En caso grave acudir al hospital.
El objetivo final que se debe plantear el educador es enseñar a sus alumnos las competencias mínimas sobre las causas de accidentes y lesión deportiva, así como en la aplicación de los primeros auxilios más básicos. El primero debe ser desarrollado en las propias sesiones de trabajo, introduciendo consignas o reglas para evitar la aparición de los mismos.
El cuaderno del alumno puede ser una buena herramienta para ir constatando los conocimientos que van adquiriendo y, por tanto, reforzar aquellos que necesitan de más cantidad de información, sin tener porque llegar a dar clases teóricas en el aula. En cuanto a la aplicación de primeros auxilios, se deberán dar unas normas básicas, que incluso podrán ser puesta en práctica en dos situaciones diferentes: la primera sería simulada dentro del contenido de una o varias sesiones de clase, mientras que la segunda se haría en una situación real que acontezca.
GENERALIDADES SOBRE PRIMEROS AUXILIOS
ACTITUD ANTE LA URGENCIA VITAL
Ignacio Martínez González-Moro