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1 La poesía épica.
1.1 Definición.
Los poémas épicos son poemas narrativos que narran las hazañas de un héroe, que se presenta como
un modelo para su pueblo. Generalmente, la poesía épica aparece en los orígenes de los pueblos,
por lo que es una de las manifestaciones más antiguas de la literatura. Son poemas extensos -de
varios miles de versos- y se difunden de manera oral. Entre los poemas épicos más antiguos
destacan dentro de la literatura griega la Ilíada y la Odisea.
1.2 Los cantares de gesta.
Son los poemas épicos que se crearon en los primeros siglos de existencia del pueblo castellano.
Dado que no solían escribirse, se conservan muy pocos: el Cantar de Mío Cid, las Mocedades del
Cid y el Poema de Fernán González (en realidad, este último cantar no se conserva; lo que tenemos
es una versión de este poema hecha por algún escritor perteneciente al mester de clerecía). Se sabe
de la existencia de otros cantares de gesta por las prosificaciones, es decir, porque los escritores
medievales usaban estos poemas perdidos como fuente para escribir sus crónicas (historias), y
tomaban de ellos a veces tiradas extensas de versos.
1.2.1 El Poema de Mío Cid.
1.2.2 Autor y fecha de composición.
Se conserva en un manuscrito del siglo XIV, que es una copia de otro manuscrito del siglo XIII
(fechado en 1207). Los estudiosos del poema no se ponen de acuerdo sobre la fecha de
composición: según unos se escribió en el siglo XII, a pocos años de distancia de la muerte del
personaje; según otros, se compuso a comienzos del siglo XIII (según estos críticos, el manuscrito
no conservado de 1207 es el texto original del poema).
Tampoco hay acuerdo sobre la autoría del poema. Al final del libro se afirma que Per Abbat lo
“escribió”. Algunos creen que, en consecuencia, el autor fue Per Abbat y que lo escribió en 1207;
otros, basándose en el hecho de que en aquella época escribir solía significar copiar, piensan que
Per Abbat fue solamente un copista que copió el poema en 1207 y que, por lo tanto, el poema es
anterior y no sabemos quién fue el verdadero escritor del poema.
1.2.3 Tema
Cuenta los últimos años de la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, caballero castellano que vivió en el
siglo XI, durante los reinados de Sancho II y de Alfonso VI (al que los árabes le dieron el apodo de
Cid – sidi, que en árabe significa ‘señor’). El poema exalta la figura del Cid, que era un infanzón
castellano (es decir, no pertenecía a la nobleza más antigua), destacando sus múltiples virtudes: el
Cid es valeroso, buen esposo y padre, y buen cristiano. Además, en el Cid destaca la mesura o sea la
prudencia y la astucia con la que siempre actúa.
El poema es una reivindicación de esta nobleza nueva -la castellana-, a la que pertenece el Cid,
frente a la nobleza más antigua – la nobleza leonesa- que en el poema aparece representada de
forma muy negativa.
1.2.4 Estructura del poema
La acción del protagonista en el poema tiene dos objetivos:
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1. La recuperación de la honra: Al comienzo del poema el Cid marcha al destierro por orden
del rey Alfonso VI, que lo ha castigado a causa de falsas acusaciones de nobles leoneses.
Toda la acción que despliega el Cid tiene como objetivo recuperar su honra, es decir, el
honor social que ha perdido al ser excluido de la sociedad castellana.
El Cid se dedica a guerrear y a enriquecerse con los botines que consigue en las batallas, de
los cuales siempre manda una parte a su rey como signo de lealtad. Tras la conquista de
Valencia, el rey decide perdonar al Cid y, para mostrarle que ha recuperado su afecto,
organiza la boda de las hijas del Cid, doña Elvira y doña Sol, con dos nobles leoneses, los
infantes de Carrión.
2. La recuperación del honor, entendido como honor personal o familiar. Los infantes de
Carrión, que han mostrado su cobardía en la guerra y en la escena en la que se escapa el
león, se sienten ofendidos por las burlas de los guerreros del Cid y deciden vengarse de este.
Para ello, se marchan de Valencia, con el pretexto de que quieren volver a sus tierras, y se
dirigen a un bosque, el robledal de Corpes, lugar donde desnudan y azotan a sus mujeres
dejándolas medio muertas.
El Cid, en vez de tomarse la justicia por la mano, le pide al rey que le haga justicia. El rey
ordena que se celebre un “riepto”, o sea, un combate entre los infantes de Carrión y dos
guerreros del Cid: creían que Dios determinaba quién tenía la razón otorgándole la victoria.
Los infantes son derrotados y el rey para restaurar el honor del Cid ordena el divorcio de las
hijas del Cid y la celebración de una nueva boda, esta vez con príncipes de Aragón y de
Navarra.
El desarrollo de la historia muestra el ascenso social del Cid, que, partiendo desde la peor situación
social posible -el destierro-, acaba convirtiéndose en pariente de reyes, mediante la boda de sus
hijas con los príncipes de Navarra y Aragón.
Por otra parte, el contenido del poema se organiza en tres partes:
1) Cantar del destierro: Se inicia con el destierro y trata de las batallas que mantiene el Cid en
el destierro.
2) Cantar de la Bodas: El Cid conquista Valencia, el rey lo perdona; se celebran las bodas de
las hijas del Cid.
3) Cantar de la afrenta de Corpes: Desde la afrenta de los infantes hasta las nuevas bodas de las
hija del Cid.
1.2.5 Estilo
Los cantares de gesta presentan los siguientes rasgos:
a) Uso abundante de fórmulas:
– frases para llamar la atención del público
– epítetos épicos (frases definitorias que se aplican a los personajes reiteradamente)
b) Frases binarias
c) Pleonasmos
d) Frecuentes enumeraciones
e) Anáforas, etc.
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2 Mester de clerecía
Es una corriente literaria que abarca los siglos XIII y XIV y que presenta las siguientes
características:
1. Sus autores son clérigos, término que en la época posee dos sentidos, por un lado, hace
referencia a que son escritores pertenecientes a la iglesia y, por otro, a que son escritores
cultos (la palabra clérigo adquirió el significado de ‘persona culta’, porque los clérigos eran
los únicos que realizaban estudios).
2. Son textos narrativos en verso de contenido religioso (la mayoría) o heroico, escritos con
intención moralizante o didáctica.
3. Son obras de carácter culto: los escritores del mester de clerecía hacen frecuentes alusiones a
las fuentes cultas (obras escritas) que usan para componer sus libros.
4. La estrofa que emplean en sus obras es la cuaderna vía (cuatro versos alejandrinos,
monorrimos, de rima consonante).
5. Se difunden por medio de la lectura o del recitado en voz alta ante un auditorio. Los juglares
también los difunden oralmente.
2.1 Obras del mester de clerecía en el siglo XIII
Las obras más importantes conservadas son:
• Poemas anónimos: El Libro de Alexandre (relata la vida de Alejandro Magno); el Libro de
Apolonio (cuenta las múltiples peripecias de Apolonio, que es un personaje de ficción); el
Poema de Fernán González (relato de la vida del noble castellano que consiguió la
independencia de Castilla).
• Obras de Gonzalo de Berceo.
2.1.1 Gonzalo de Berceo.
Es el primer autor castellano de nombre conocido. Vivió en la primera mitad del siglo XIII y o bien
era sacerdote o bien desempeñaba otros cargos en el monasterio de san Millán de la Cogolla (en la
Rioja).
Sus obras se clasifican en:
• Hagiográficas (biografías de santos): Vida de santa Oria, Vida de san Millán, Vida de santo
Domingo, Martirio de san Lorenzo.
• Marianas: Loores de Nuestra Señora, Duelo que hizo la Virgen, Milagros de Nuestra
Señora.
• Doctrinales: El sacrificio de la misa.
2.1.2 Los milagros de Nuestra Señora
Es la obra más importante de Berceo y responde a una corriente muy extendida en la Edad Media de
devoción a la Virgen. Berceo escribió este libro, precisamente, con la intención de promover el
culto a la virgen.
Se compone de un prólogo y de 25 cuentos. En el prólogo, Berceo cuenta que él, yendo de
peregrinación, descansó en un prado lleno de flores, etc.; la descripción que hace del prado sigue el
tópico del “locus amoenus” (tópico que consiste en la presentación de un paisaje natural
idealizado). Como el mismo Berceo explica, el prólogo es una alegoría, o sea, una serie de
metáforas interrelacionadas: el peregrino es el hombre durante su vida, el prado es la Virgen que le
sirve de auxilio, las flores son los nombres que recibe la Virgen, etc.
La enseñanza que el prólogo transmite es que la Virgen consuela y ayuda a los hombres que le son
devotos. Los cuentos tienen la finalidad de demostrar este mensaje por medio de casos particulares.
Todos ellos presentan la misma estructura:
– el protagonista es devoto de la virgen, pero es al mismo tiempo un pecador que se encuentra
en una situación comprometida o en riesgo de perder su alma.
– La Virgen socorre al protagonista y lo salva por medio de un milagro.
2.1.3 Estilo
Berceo muestra en su poesía un gran dominio de la lengua, combinando hábilmente recursos
estilísticos como las bimembraciones, símiles, metáforas, cultismos, hipérboles, anáforas,
diminutivos, llamadas de atención al público (a la manera de la poesía épica), etc.
2.2 El mester de clerecía en el siglo XIV: El Libro de Buen Amor
El mester de clerecía entra en decadencia en este siglo. No obstante, se escribe ahora una de las
obras maestras de la literatura española: el Libro de Buen Amor.
2.2.1 Autor y fecha de composición
Según se indica en el propio libro, el autor fue Juan Ruiz, arcipreste de Hita. No obstante, hay
críticos que consideran que este nombre es un pseudónimo porque no ha sido posible encontrar
ningún documento en que conste que hubo en esa época un arcipreste de Hita que se llamara Juan
Ruiz.
En cuanto a la fecha de composición, se piensa que el libro fue escrito en torno a 1330.
2.2.2 Tema y estructura
El poema es una autobiografía amorosa, es decir, el protagonista -que se identifica con el propio
Juan Ruiz- cuenta en primera persona sus aventuras amorosas, que suele llevar a cabo con la ayuda
de una intermediaria o tercera y que en su mayoría fracasan.
Entre estas aventuras amorosas podemos citar la de don Melón de la Huerta y doña Endrina -donde
el protagonista, como se ve, cambia de nombre, y en la que interviene una vieja alcahueta llamada
Trotaconventos-, pero tiene otras aventuras como la de la monja, la de la mora o las de las serranas.
Estas últimas son una parodia del género de la pastorela (género en el que un caballero de viaje
tenía una aventura amorosa con una pastora), pues la historia es presentada de forma cómica y
grotesca.
Además de las historias amorosas, encontramos digresiones didácticas o moralizantes y ejemplos
(exempla) que los personajes suelen usar en sus discusiones para defender sus ideas, piezas líricas
de métrica variada -la mayoría dedicadas a la Virgen- y dos composiciones alegóricas: el debate del
protagonista con don Amor y la batalla de don Carnal y doña Cuaresma.
2.2.3 Estilo
Uno de los rasgos más característicos del estilo del Libro de Buen Amor es la introducción del
lenguaje popular, especialmente mediante el uso del refranero, en las llamadas de atención al
público típicas de los juglares y en el empleo de eufemismos sexuales.
Además, usa variados recursos expresivos como anáforas, bimembraciones, antítesis,
comparaciones, metáforas, juegos de palabras, etc.
2.2.4 Intención de la obra
Según el autor afirma en el prólogo en prosa que encabeza la obra, fueron dos los motivos por los
que escribió este libro: primero, para así reunir todos los poemas que había escrito -lo que explicaría
la heterogeneidad o variedad de temas que encontramos- y segundo, para alentar a los lectores a
seguir el Buen Amor -el amor a Dios- y a dejar de lado el “loco amor”, el amor físico. Así pues, las
aventuras amorosas serían ejemplos de lo que se debe evitar.
El problema que se plantea es que, como el arcipreste siempre habla de manera humorística, es
difícil sabe cuándo hay que tomar en serio las afirmaciones que hace. Así, la intención del libro se
vuelve ambigua y al lector no le es posible estar seguro de si Juan Ruiz pretendía contraponer el
amor a Dios y el amor sexual, tal como sostiene en el prólogo.