Portada » Geografía » Hidrografía y Vegetación de España: Factores, Paisajes y Recursos Hídricos
Los ríos peninsulares están condicionados por diversos factores que determinan la organización de las cuencas y vertientes hidrográficas, así como su caudal. Estos factores son:
La cuenca fluvial es el territorio que drena sus aguas naturales a un río principal que las conduce hasta el mar. Se encuentran separadas por divisorias de aguas, formadas por las cumbres de los relieves montañosos que las delimitan. Dentro de ellas, las aguas circulan por un cauce y forman una red desde los afluentes hasta llegar al río principal.
La vertiente hidrográfica es el conjunto de cuencas cuyas aguas vierten al mismo mar. En la Península existe una gran disimetría entre la vertiente atlántica-cantábrica y la mediterránea a causa de la inclinación de la Meseta hacia el oeste a partir del Sistema Ibérico.
El caudal es la cantidad de agua que pasa en un segundo por un punto dado del río y se mide en m³/s. El caudal relativo es la relación entre el caudal medio anual y la superficie de la cuenca.
A lo largo del recorrido del río, el tramo con mayor caudal suele ser la desembocadura, donde se acumulan las aportaciones de los afluentes. Los ríos más caudalosos de España son: Duero, Ebro y Tajo.
A lo largo del tiempo, el caudal puede presentar irregularidad anual, con crecidas y estiajes (momento del caudal más bajo).
El régimen fluvial es la variación estacional del caudal de un río. Depende de la distribución de las precipitaciones y de la importancia de la nieve. Se distinguen distintos tipos de régimen:
Los lagos son masas naturales de agua acumuladas en zonas deprimidas. En España, algunos de menor tamaño reciben el nombre de laguna.
Presentan una tipología muy distinta:
Los humedales son extensiones de terreno cubiertas por aguas poco profundas, de forma permanente o temporal (en verano incluso llegan a secarse). Pueden ser interiores (lagunas, charcas) o costeros (marismas, salinas).
Destacan las Marismas del Guadalquivir, el Delta del Ebro, las lagunas de Toledo, entre otros.
Los acuíferos son embolsamientos de agua subterránea que se forman cuando las aguas de precipitación se infiltran, encuentran un estrato impermeable y se acumulan sobre él. Pueden descargar sus aguas a través de manantiales, ríos o en el mar. Se concentran en zonas con roquedo permeable, como las arenas y las gravas de las cuencas terciarias y en las áreas de roquedo calizo.
La gestión de los recursos hídricos en España se regula por la Ley de Aguas. Los planes hidrológicos de cuenca, elaborados por confederaciones hidrográficas o gobiernos autonómicos, determinan los recursos y necesidades locales. El Plan Hidrológico Nacional, diseñado por el Estado, coordina estos planes para cumplir con la normativa europea, asegurando el suministro de agua, su uso racional, la calidad ambiental y la reducción de inundaciones y sequías.
La vegetación está influenciada por factores físicos y humanos. Entre los factores físicos destacan:
Los factores humanos incluyen la degradación de la vegetación natural y la introducción de especies foráneas con fines agrícolas o económicos.
Corresponde a la región floral eurosiberiana. Está constituido por formaciones adaptadas a la escasa insolación y a la abundante precipitación. Se da en la Cordillera Cantábrica, Pirineo Navarro y Galicia.
Aquí encontramos:
Corresponde a la región floral mediterránea. Está constituido por formaciones xerófilas adaptadas a la fuerte insolación y a la sequía estival.
Aquí encontramos:
Las riberas de los ríos presentan una vegetación adaptada a la humedad del suelo (vegetación riparia o hidrófila). La presencia constante de agua hace que solo puedan vivir allí ciertas especies, que se organizan en franjas paralelas al río.
Aquí encontramos:
La acción humana ha reducido estos bosques debido a cultivos, canalizaciones o urbanizaciones.
En la montaña, la vegetación se organiza en pisos con formaciones vegetales distintas según la altitud, latitud y orientación.
Aquí encontramos:
Corresponde a la región floral macaronésica. Está integrada por reliquias (formaciones propias de épocas geológicas pasadas con un clima distinto, que han sobrevivido en escasos enclaves) y endemismos (formaciones vegetales exclusivas).
Se organiza en los siguientes pisos vegetales: