Portada » Francés » Herbolaria Ancestral: Usos y Formas de Administración de Plantas Medicinales
Los conocimientos sobre plantas medicinales han acompañado a la humanidad a lo largo de la historia, adaptándose a diferentes culturas y necesidades. Desde la antigüedad hasta nuestros días, las plantas han sido una fuente invaluable de salud y bienestar.
Los griegos y los romanos heredaron la tradición de Mesopotamia y Egipto, utilizando plantas para curar enfermedades y mantener la salud. Hipócrates, por ejemplo, enfatizaba la importancia de la medicina preventiva, donde las plantas jugaban un papel crucial, llegando a afirmar: «Deja que la comida sea tu medicina y tu medicina tu comida».
Durante la Edad Media, el estudio de las plantas medicinales se concentró en los monasterios, donde los monjes cultivaban y experimentaban con las especies descritas en los textos clásicos. El Capitulare de Villis, un acta de Carlo Magno de finales del siglo VII y principios del siglo VIII, establecía normas para sus súbditos, incluyendo un listado de 94 plantas que debían cultivarse en los jardines del imperio.
La llegada de los europeos a América reveló un vasto conocimiento sobre el uso de plantas medicinales por parte de los nativos. Los chamanes, con su dominio de la magia y las plantas, fascinaron a los colonizadores. Expediciones de botánicos y herbalistas buscaron profundizar en este conocimiento ancestral.
Los aztecas, herederos de las tradiciones teotihuacana y tolteca, utilizaban alrededor de tres mil hierbas medicinales diferentes, lo que explica la riqueza de remedios vegetales populares que aún se utilizan en la actualidad.
El conocimiento de las plantas medicinales se extiende por todo el mundo, donde las comunidades han recurrido a ellas para curar enfermedades. A través de la mezcla de magia, religión, necesidad, casualidad, ensayo y error, las diferentes culturas han creado un vasto conocimiento de remedios vegetales que ha sentado las bases de la medicina moderna. Este patrimonio, que pertenece a la humanidad en su conjunto, merece ser conocido y salvaguardado.
Existen diversas formas de preparar y administrar las plantas medicinales, cada una con sus propias ventajas y particularidades.
Ideal para flores y hojas. Se vierte agua hirviendo sobre la planta en una taza o tetera de barro, se tapa para no perder los aceites esenciales, se deja reposar unos 10 minutos y se cuela. La infusión es adecuada para extraer sustancias activas de las partes delicadas de las plantas, minimizando la alteración de su estructura química. Se utiliza tanto por vía interna como externa.
Técnica para extraer principios activos que se alterarían con el calor. Se deja la planta troceada en agua a temperatura ambiente durante 12 a 24 horas, dependiendo de la especie, especialmente en plantas mucilaginosas como el malvavisco o el lino. Se agita la mezcla y se cuela. A veces, se realiza una maceración previa a la decocción para reblandecer los tejidos vegetales.
La parte líquida de un vegetal fresco, utilizada por vía interna. Se prepara triturando o prensando la planta recién recolectada y filtrando el líquido resultante. También se pueden obtener con una licuadora eléctrica. Los zumos contienen todos los principios activos sin degradar, especialmente las vitaminas, pero deben ingerirse inmediatamente después de su elaboración.
Se preparan con jarabe simple (64% de sacarosa) al que se añaden tinturas, extractos fluidos o extractos blandos. No suelen necesitar conservantes. Los jarabes son fáciles de administrar y su sabor dulce enmascara el mal sabor de muchas plantas, facilitando su administración en niños.
Permite aprovechar al máximo los principios activos de la planta, especialmente en partes duras (raíces, cortezas, semillas) o cuando los principios activos son difíciles de extraer en frío e inestables al calor. Aunque algunos pacientes toman el polvo directamente o mezclado con alimentos, la forma más adecuada es en cápsulas o comprimidos.
Cada vez más utilizadas en fitoterapia para la administración oral de polvo de droga o extracto seco. Ofrecen una presentación sin problemas organolépticos y comodidad de empleo, además de una buena biodisponibilidad.