Portada » Física » Principios Físicos Esenciales de la Resonancia Magnética: T1, T2 y DP
Se basa en la capacidad de transmitir energía entre dos cuerpos oscilantes con la misma frecuencia. En Resonancia Magnética (RM), se utiliza un campo magnético (CM) de alta potencia y ondas de radiofrecuencia para generar una señal que interactúa con los protones (núcleos de hidrógeno) en el cuerpo.
El fenómeno de resonancia ocurre cuando una onda electromagnética (señal de radiofrecuencia) se aplica a una frecuencia específica que coincide con la frecuencia de precesión del protón que se desea excitar. Esto permite al protón absorber energía de la onda, cambiando temporalmente su orientación espacial y generando una señal detectable que se utiliza para formar la imagen.
Es un componente fundamental del equipo de RM. Genera un campo magnético estático muy potente y homogéneo, denominado B0, generalmente orientado a lo largo del eje Z del imán. Este campo B0 alinea los núcleos de los átomos del paciente (principalmente los protones del agua y la grasa).
Este campo es generado comúnmente por un material superconductor enfriado a temperaturas extremadamente bajas (cerca del cero absoluto) con helio líquido. La electricidad circula en bucle sin resistencia, manteniendo la energía del campo magnético de forma constante. El campo magnético se puede desactivar rápidamente (quench) eliminando la refrigeración criogénica, lo que provoca que el superconductor pierda sus propiedades.
Es el movimiento giroscópico que realiza un protón al girar alrededor del eje del campo magnético externo (B0), similar al bamboleo de una peonza. La frecuencia de precesión (frecuencia de Larmor) depende directamente de la intensidad del campo magnético B0 y de las características propias del núcleo atómico (su relación giromagnética).
Es una propiedad cuántica fundamental de las partículas subatómicas, como los protones. Se puede visualizar como el momento angular intrínseco que genera el giro de estas partículas sobre sí mismas, creando un pequeño momento magnético. Las interacciones espín-espín ocurren entre moléculas con espín nuclear cercano, provocando un desfase más rápido entre los protones y afectando principalmente al tiempo de relajación T2.
Mediante un conjunto de coordenadas cartesianas (X, Y, Z), se describe la orientación de los momentos magnéticos. En presencia del campo B0 (eje Z), cada protón se puede representar como un pequeño vector magnético. La magnetización neta del tejido se representa como un vector a lo largo del eje Z, resultado de una ligera mayoría de protones orientados en estado de baja energía (paralelo a B0) frente a los de alta energía (antiparalelo a B0).
Se refiere al vector neto que representa la suma de los momentos magnéticos de los protones en un volumen de tejido. La aplicación de pulsos de radiofrecuencia causa un cambio en la orientación de este vector (excitación), y su retorno al equilibrio (relajación) genera la señal de RM. Los procesos de relajación T1 y T2 describen cómo la magnetización longitudinal y transversal, respectivamente, retornan a su estado de equilibrio, influyendo en la señal disponible para formar la imagen.
Consiste en ajustar los parámetros de la secuencia de pulsos (principalmente TR y TE) para priorizar la captación del eco de un tejido específico o resaltar un tipo de contraste tisular. El objetivo es obtener una imagen donde las diferencias de intensidad entre las estructuras reflejen predominantemente las propiedades T1, T2 o la densidad protónica (DP) de los tejidos.
Es el tiempo que transcurre desde la aplicación del pulso de excitación de radiofrecuencia hasta el momento en que se mide la señal del eco resultante. Su elección afecta el contraste T2:
Es el tiempo que transcurre entre pulsos de excitación sucesivos aplicados a la misma región. El TR determina cuánto tiempo se permite a la magnetización longitudinal recuperarse antes del siguiente pulso. Su elección afecta el contraste T1:
Es una señal electromagnética de corta duración, emitida a la frecuencia de Larmor, que se utiliza para excitar los protones del cuerpo, es decir, para bascular su magnetización neta fuera del eje Z y hacia el plano transversal (XY). Al detener el pulso de RF, los protones tienden a volver a su posición de equilibrio (alineados con B0), liberando la energía previamente absorbida en forma de señal de RF y cambiando su orientación (relajación).
Es una medida de la fuerza de la interacción espín-espín indirecta que ocurre entre núcleos atómicos a través de los enlaces químicos que los conectan. Este acoplamiento provoca divisiones finas en las señales de espectroscopía por RM y puede influir en la modulación de la señal en ciertas secuencias de imagen. Un mayor acoplamiento J puede llevar a una deformación más rápida de la señal y a un mayor desfase entre los protones acoplados.
Es la componente del vector de magnetización neta que se orienta a lo largo de la dirección del campo magnético principal (B0, eje Z).
Después de un pulso de radiofrecuencia que bascula la magnetización, los protones que estaban en el plano transversal comienzan a realinearse con el campo B0. Este proceso se conoce como recuperación o relajación longitudinal. La magnetización longitudinal sigue una curva de recuperación exponencial ascendente hasta alcanzar su valor máximo de equilibrio.
Es una constante de tiempo característica de cada tejido. Se define como el tiempo que tarda la magnetización longitudinal en recuperar aproximadamente el 63% de su valor máximo de equilibrio después de la excitación.
Para obtener imágenes potenciadas en T1 (donde el contraste depende principalmente de las diferencias en T1):
En imágenes potenciadas en T1:
Es la componente del vector de magnetización neta que se encuentra en el plano perpendicular (plano XY) al campo magnético principal (B0), después de un pulso de excitación.
Después del pulso de RF, los protones que precesan en el plano transversal comienzan a perder coherencia de fase (se desfasan) debido a las interacciones espín-espín y a las inhomogeneidades del campo magnético local. Esto provoca una disminución de la magnetización transversal neta. Este decaimiento sigue una curva exponencial descendente.
Es otra constante de tiempo característica de cada tejido. Se define como el tiempo necesario para que la magnetización transversal pierda aproximadamente el 63% de su valor inicial (o decaiga al 37% de su valor inicial) después de la excitación.
Para obtener imágenes potenciadas en T2 (donde el contraste depende principalmente de las diferencias en T2):
En imágenes potenciadas en T2:
La densidad protónica (DP) de un tejido está determinada por la concentración de protones (principalmente en moléculas de agua y grasa) presentes en un volumen determinado de ese tejido. Los tejidos con mayor densidad protónica tienen la capacidad de generar señales de RM intrínsecamente más fuertes y, por lo tanto, aparecer más brillantes en las imágenes, si otros factores de contraste son minimizados.
Para crear imágenes donde la diferencia en la señal entre los tejidos refleje principalmente su densidad protónica, es necesario minimizar la influencia de los tiempos de relajación T1 y T2 en el contraste.
La combinación de parámetros utilizada para potenciar en DP es:
Con esta combinación (TR largo, TE corto), las diferencias de señal observadas entre los tejidos se deben principalmente a las variaciones en su densidad protónica.