Portada » Ciencias sociales » Desigualdades Educativas y Clase Social: Un Análisis de las Teorías de la Reproducción
El sistema educativo, lejos de ser un espacio de igualdad de oportunidades, a menudo actúa como un mecanismo de reproducción de las desigualdades sociales. El éxito o el fracaso escolar están fuertemente influenciados por la clase social de origen. La clase popular tiende a experimentar el fracaso, mientras que la clase dominante suele alcanzar el éxito.
Existen excepciones: alumnos «excelentes» que, gracias a su esfuerzo, trabajo y méritos, obtienen becas que les permiten continuar sus estudios y lograr el éxito educativo. Sin embargo, en términos generales, el estatus social y escolar están condicionados por el capital cultural y económico.
El texto contradice la perspectiva funcionalista, que postula la igualdad de oportunidades basada en el esfuerzo individual. La realidad descrita evidencia desigualdades estructurales en función de la clase social, donde el origen determina en gran medida el destino educativo.
Martín Criado coincide con la idea central del texto al señalar que la igualdad de oportunidades es ilusoria. No todos los estudiantes cuentan con los mismos recursos para invertir en su educación. Una familia de clase popular no puede proporcionar el mismo nivel de apoyo material, acceso a escuelas privadas o clases particulares que una familia de clase dominante. Por lo tanto, el capital económico y cultural influyen significativamente en el rendimiento escolar.
El capital cultural es un factor determinante en el rendimiento escolar. La cultura transmitida en la escuela es, predominantemente, la cultura dominante, que se legitima como «la cultura». Los estudiantes de clase popular, al no tener esta cultura interiorizada, enfrentan mayores obstáculos y son más propensos al fracaso.
Estos autores enfatizan la influencia del capital cultural en el rendimiento escolar. Introducen el concepto de *habitus*, que se refiere a las formas de pensar, actuar y percibir el mundo. El *habitus* que se promueve en la escuela a menudo no coincide con el *habitus* de la clase popular. Esta discrepancia, si no se aborda mediante la aceptación de la «violencia simbólica» (la imposición de la cultura dominante), dificulta el éxito educativo de estos estudiantes.
Bernstein se centra en el capital cultural y cómo se manifiesta en el lenguaje. La escuela utiliza un «código elaborado», caracterizado por oraciones complejas y textos descriptivos. La clase popular, en cambio, suele socializarse en un «código restringido», con frases cortas, gestos y expresiones incompletas.
Ambas clases sociales pueden acceder a ambos códigos, pero la diferencia radica en la espontaneidad. Para la clase dominante, el código elaborado es natural, mientras que para la clase popular requiere un esfuerzo consciente.
Grignon argumentaría que el sistema educativo ha empleado una pedagogía «legitimista», donde la cultura dominante se presenta como la única válida. Esta situación conduce al fracaso de las clases populares que no han interiorizado dicha cultura.
Además, Grignon destaca la figura del «becario», una pequeña élite que, a pesar de su origen social, logra el éxito. Esto se relaciona con la «deriva miserabilista» mencionada en el texto original en referencia a los «alumnos brillantes».
Esta teoría sostiene que el capital económico influye directamente en los resultados académicos, ya que el sistema educativo refleja las estructuras del sistema económico.
Estos autores argumentan que, dependiendo del capital económico y la clase social, la educación se orienta hacia dos redes distintas: la red primaria, enfocada en el trabajo manual, y la red profesional, que conduce a estudios universitarios.
La clase popular, según esta perspectiva, es canalizada hacia la red primaria, lo que a menudo resulta en el abandono del sistema educativo.
Comparten la visión de Baudelot y Establet. Argumentan que la clase popular recibe una educación que, a través del «currículum oculto», inculca ideas, normas y valores orientados al trabajo manual.
Los teóricos de la resistencia subrayan la importancia del capital cultural y económico. Cuanto mayor sea la distancia entre estos capitales y los promovidos por la escuela, mayor será la probabilidad de fracaso.
Mariano Fernández Enguita se referiría al «grado de identificación». El grado de identificación expresiva en la clase popular es bajo, ya que no se sienten cómodos en un entorno donde la cultura escolar difiere de la suya. El grado de identificación instrumental también es bajo, porque no perciben la educación como un medio efectivo para mejorar su situación.