Portada » Psicología y Sociología » Conceptos Clave en Sociología del Consumo: Cultura, Clase Social y Más
Para entender la cultura, tenemos que entender su origen. La palabra «cultura» comparte raíz con «agricultura», del latín cultus, participio del verbo colere, que significa «cultivar». No es coincidencia: ambas hacen referencia al proceso de criar y crecer. La cultura es un fenómeno colectivo en su esencia. Sin sociedad, no existiría la cultura. Sin embargo, aunque la cultura es compartida a nivel colectivo, se manifiesta individualmente en cada persona.
La cultura establece expectativas sobre el comportamiento adecuado dentro de una sociedad. Esto es lo que da lugar a las normas sociales y a las dinámicas de influencia normativa o presión social. La cultura orienta tanto el comportamiento como su interpretación. Nos proporciona un conjunto de normas y expectativas que guían cómo debemos actuar en diferentes situaciones, desde la manera de saludar hasta la forma de vestir.
El gusto puede definirse como una actitud subjetiva y culturalmente influenciada que tenemos hacia las dimensiones formales de un bien. Es decir, una valoración de aquellos aspectos que tienen que ver con nuestra percepción sensorial. No es simplemente una cuestión de «lo que nos gusta», sino de cómo evaluamos y respondemos a las características estéticas, simbólicas y estilísticas de los productos que consumimos.
La moda es un proceso social de duración limitada, caracterizado por la difusión generalizada de un patrón de comportamiento que facilita la comparación y la generación de dinámicas de uso, inclusión y exclusión. No se puede separar de la noción de gusto, ya que la moda no solo refleja decisiones estéticas, sino también elecciones más profundas relacionadas con la identidad, la pertenencia y los valores culturales.
La necesidad es una condición básica para los seres vivos, vinculada a la supervivencia, el bienestar y, en niveles más avanzados, la autorrealización. Sin embargo, este concepto va más allá de lo fisiológico, abarcando también dimensiones sociales, emocionales y culturales.
La clase social adquirió una definición clara con la confluencia de tres condiciones clave:
Los componentes de la clase social son:
La actitud es un concepto desarrollado por la psicología y con amplia aplicación en la sociología. Podemos definirla como una tendencia psicológica que se expresa a través de la evaluación de una entidad en una escala de aprobación o desaprobación.
La fórmula de los tres componentes de la actitud, aunque útil, no es infalible. A la hora de cambiar actitudes, nos enfrentamos a un problema: la mayoría de nosotros no queremos cambiar nuestras actitudes, puesto que cumplen numerosas funciones y están arraigadas en la experiencia y los valores.
La personalidad tiene su raíz etimológica en la palabra latina «persona», que hacía referencia a las máscaras teatrales que utilizaban los actores. Esa idea de máscara, como una forma de presentarnos ante el mundo, sigue vigente, puesto que la personalidad determina cómo respondemos ante el mundo que nos rodea, y es fundamental para entender su encaje en el consumo.