Portada » Español » Reanálisis y Gramaticalización: Transformación Lingüística Profunda
Este mecanismo es de gran importancia para entender el cambio sintáctico. Está muy vinculado a la gramaticalización, pero tiene su propia entidad. Consiste en el cambio que se produce en la estructura de un significante debido a una nueva interpretación que se lleva a cabo de algunos de los elementos que lo integran, es decir, el hecho de que los límites de sus componentes resulten difusos para los hablantes provoca una reinterpretación de esos elementos. Por tanto, no se lleva a cabo una reestructuración del paradigma, sino que se modifican los límites y los valores de los elementos que lo componen. En ese reanálisis, tiene especial importancia la resegmentación y la reformulación.
Ej.: ROSAM (sing.) > ROSAS (pl.). Lo primero que ocurre en el cambio es la pérdida de la -m final. Por tanto: ROSA > “rosas”. Esa -s de plural, que servía para diferenciar la función de género y número, en castellano solo va a servir para diferenciar el número. Se trata de un reanálisis de la –s final. Además, cambian los límites de lexema y morfema (lexema en latín ROS-AS; lexema en español rosa-s), realizándose una resegmentación.
Un caso curioso es el que se produjo en el periodo de tránsito de la Edad Media al Renacimiento. La palabra “Dios”, acabada en –s, formaba su plural añadiéndole la terminación –es. La expulsión de los judíos se produjo en el año 1492. La lengua que hablaban se denominaba judeoespañol, también conocido como sefardí o ladino. Esta lengua tenía un rasgo que estaba supeditado al español. Cuando llamaban a su divinidad, se referían a ella como “Dyo”. En el momento que se produce este uso, se cambian los límites de la palabra en el judeoespañol. Se lleva a cabo un proceso de resegmentación, o lo que es lo mismo, un reanálisis, puesto que consideraban que la palabra, por el hecho de acabar en -s, era un plural.
Un caso similar es el que encontramos en “bikini” y “trikini”. En la formación de esta última, se ha realizado una falsa segmentación puesto que los hablantes interpretan que los límites del lexema “bikini” está formado por un prefijo bi– y un lexema –kini, por lo que crean la palabra “trikini”, formada por tri– como prefijo y –kini como lexema. Esto permite crear una nueva resegmentación por lo que se produce un proceso de reanálisis.
CILIA > “ceja”. Se produce una palatalización de -LY- a través del mecanismo de la yod. La palabra “ceja” ofrece la siguiente información morfológica: sustantivo, femenino y singular. En latín, la palabra CILIA era sustantivo; en cambio, era de género neutro y de número plural.
Es un concepto acuñado a principios del siglo XX por el lingüista francés Antoine Meillet. No será hasta los años 80 con Lehman cuando la gramaticalización encuentre una operatividad y un seguimiento muy fuerte dentro de la lingüística. Este concepto es indispensable para ver cómo se configura todo el sistema sintáctico y gramatical de una lengua. Son muchos los individuos que han definido este proceso. Vamos a servirnos de la definición de Emilio Ridruejo. En sentido general, se entiende por gramaticalización a la creación de nuevas oposiciones gramaticales, de manera que, mediante este cambio lingüístico, se produce la reestructuración de un paradigma gramatical con la creación de un significante asociado a un significado que no existía previamente en la lengua. Se podría decir que consiste en la creación de nuevas palabras gramaticales, de nuevos morfemas o de nuevas estructuras sintácticas, es decir, todo lo que opera en el nivel gramatical.
En sentido estricto, por gramaticalización se va a entender también la creación de una nueva oposición gramatical que no va a implicar necesariamente la reestructuración de un paradigma. Se emplea un significante preexistente ya en la lengua, al que se le dota de una nueva información gramatical sin que sea necesaria la desaparición del primer valor del que disponía ese significante. La gramaticalización, como su propio nombre indica, consiste en crear palabras gramaticales. Una palabra latina que va a servir de ejemplo es ILLE, un demostrativo, que da como resultado “él”, un artículo en español. El latín carecía de artículos, por lo que será tarea de las lenguas romances recoger significantes latinos, como ILLE, y crear una nueva categoría gramatical que permita la actualización de la palabra. El nacimiento del artículo con las lenguas romances es un claro ejemplo de gramaticalización.
Consiste en la pérdida de una oposición gramatical. Sin embargo, estrictamente, se tendría que entender como el hecho de que una palabra gramatical pase a convertirse en una palabra léxica. Algunas circunstancias en las que podemos encontrarnos la desgramaticalización son las siguientes: VINUM > “vino”. En el plano gramatical, el sustantivo en latín tenía género neutro. En el paso del latín al español, el género neutro ha sido desgramaticalizado, es decir, una información gramatical que existía en latín (el género neutro) desaparece en español (puesto que no existe el género neutro) y pasa a ser ocupada por otra (género masculino).