Portada » Lengua y literatura » Meryem: Una Odisea de Superación y Reencuentro Familiar
Una chica llamada Meryem vive con su familia en el desierto, en un pueblo llamado Neft. Su abuelo era muy importante para ella, ya que siempre le decía lo que tenía que hacer en cada situación. Un día, su abuelo murió. Después de pensárselo mucho, el padre de Meryem decidió irse a España para enviarle una parte de lo que cobraba a su mujer, porque con su oficio no conseguía lo necesario para mantener a su familia. Unos meses más tarde, Yuman dejó de pasarles dinero y pensaron que las había abandonado. Sin poder recurrir a nada más, su madre la llevó al palacio del gobernador para que trabajara como criada. Allí, la esposa del gobernador la trataba muy mal: la amenazaba con cortarle las muñecas, le daba latigazos cuando su marido no estaba… Por suerte, la cocinera, llamada Aruma, era muy buena con ella y le ayudaba diciéndole lo que tenía que hacer.
Cuando Meryem ya no podía más, decidió escaparse y volver con su madre y su hermana Aisha. Aruma le ayudó a escapar dándole dinero e indicándole por dónde tenía que salir. Después de un largo trayecto, consiguió llegar a Neft, pero no había nadie salvo una amiga de su madre y su padre. Su madre y su hermana se habían ido con unos familiares, pero no sabía dónde. En ese momento, la mujer la acogió. Meryem pensó en irse al norte para buscar a su tío Samir, para que le dijera dónde estaba su padre y poder llegar hasta él, pero, para ello, necesitaba la ayuda de una caravana que pasaba por Neft.
Después de unos cuantos días, la caravana llegó y Meryem intentó convencerlos para que la llevaran con ellos, pero no se lo permitieron. Decidió seguir a la caravana para poder llegar hasta el sur. En el camino, Meryem pasó muchos inconvenientes. Después de quedarse sin agua ni comida, el jefe de la caravana la aceptó. Era un viaje largo y, durante el viaje, se enamoró del ayudante del jefe. Al llegar al sur, Meryem fue a encontrar a su tío y lo consiguió. Le costó convencerlo, pero lo hizo. El tío Samir recurrió a un amigo suyo para que ayudara a Meryem a cruzar el estrecho de Gibraltar.
Cuando estuvieron preparados, salieron en un bote hacia Almería, que era donde se encontraba Yuman (el padre de Meryem). Durante el viaje, una ola enorme echó a toda la gente fuera del bote, pero la única que se salvó fue Meryem, gracias a un chico. Meryem estaba a punto de morir, pero un gran barco la recogió y la llevaron al hospital para que la atendieran. En ese hospital conoció a una traductora que le ayudó mucho mientras estaba ingresada. Llegó el momento de que la llevaran a un centro de acogida, porque no tenía papeles. Durante el camino hacia el centro de acogida, la traductora le prometió a Meryem ayudarla en la búsqueda de su padre.
En el centro de acogida, Meryem avanzó mucho con el español y aprendió mucho. Meryem ya no tenía esperanzas en la promesa que le hizo la traductora, pero, de repente, María (la profesora de español) le contó que la traductora le había contado su triste historia y le pidió que la ayudara. A María le costó creerse la historia, pero al final ella también accedió a ayudarla. Le enseñó cuál era el camino desde el centro de acogida hasta la parada del autobús, le compró el billete del autobús y le dijo por dónde tenía que escaparse.
Cuando llegó la noche en la que tenía que huir, Meryem, a pesar de estar muy nerviosa, logró salir al exterior. Al final, Meryem se subió al autobús y allí conoció a un hombre muy majo llamado Pablo, que estaba especializado en la cultura árabe. Meryem le contó su historia y a qué iba a ir a Almería. Pablo se quedó estupefacto y se ofreció a ayudarla a encontrar a su padre y a que se alojara en su casa. Ese mismo día conoció al hijo de Pablo, llamado Adrián.
Primero preguntaron a un amigo musulmán de Pablo y les dijo que hablasen con otro hombre. Éste les dijo que no tenía ni idea de dónde se encontraba y les sugirió que le preguntasen a Abdel Azid. Adrián y Meryem se dirigieron a su casa y él no les trató muy bien, les mintió y les dijo que su padre estaba en la cárcel por pegarle al jefe del invernadero donde estaba trabajando y que le había dejado en coma. Pero el criado de esa casa les dio una dirección en la que también se informaron de algunas cosas y les mandaron a un consejo de ancianos. Cuando les encontraron, los ancianos les dijeron que le podían colar en la cárcel.
Meryem esperó hasta que llegó el día. Ese día, Meryem consiguió hablar con su padre y se pusieron al día de lo que pasaba. Su padre le contó lo que sucedió en verdad: que él no fue quien golpeó al dueño de los invernaderos, sino Abdel Azid. Unos días más tarde, Pablo se enteró de que el jefe de los invernaderos ya había salido del coma. Por la tarde, Meryem y Pablo se fueron al hospital para poder hablar con él. Para ello, Meryem se tuvo que colar en su habitación. El jefe le dijo que su padre no fue, pero antes de poder decirle nada más, les pillaron y se tuvieron que salir corriendo.
Esa misma noche, Abdel Azid y sus reclutas raptaron a Meryem y a Adrián y les metieron en una habitación cerrada. Por suerte, consiguieron escapar engañando al guardia. Salieron corriendo, pero mientras huían, Meryem se cayó y se quedó inconsciente. Para cuando se despertó, su padre ya había salido de la cárcel. Yuman decidió ir a buscar a su esposa y a su otra hija, dejando a Meryem en manos de Pablo.
Pasaron diez años y, durante esos años, Meryem había estudiado la carrera de Derecho y ahora era abogada y se había casado con Adrián. Y, por suerte, habían tenido preciosas hijas. Meryem y Adrián decidieron recorrer el viaje que había hecho Meryem cuando era pequeña, con la esperanza de poder encontrar a su padre. Por desgracia, no pudo ser. Y así acaba la historia de Meryem.