Portada » Geografía » Estructura y Evolución de la Red Ferroviaria en España: Desafíos y Perspectivas
Las causas de la estructura radial de la red de transportes en España son físicas, económicas e históricas.
Cuando empezaron a desarrollarse las primeras actividades industriales modernas, los Borbones se vieron obligados a atender al transporte y lo hicieron desde su concepción del Estado: el centralismo. Así, realizaron la primera red moderna de carreteras con un trazado radial. Se añadió un itinerario hacia la frontera portuguesa y otro bordeando el litoral mediterráneo, satisfaciendo la demanda de productos de Madrid y ejerciendo el control estatal sobre todo el territorio.
Los obstáculos físicos influyeron en el trazado. La topografía, las fuertes pendientes y el clima no favorecen el trazado de carreteras y vías ferroviarias, elevando los costes de construcción y mantenimiento.
España está bien comunicada en el ámbito terrestre, aunque con un acusado sistema radial que se intenta eliminar con una red mallada. Se impulsan las conexiones con las redes españolas y europeas, así como la accesibilidad internacional y de los núcleos rurales.
Se propugna impulsar, frente al sistema radial, un sistema mallado que aumente la vertebración territorial y reduzca los tiempos de transporte. Para evitar su saturación, se potenciarán otros medios como el ferrocarril. La contaminación medioambiental actúa como elemento que estimula la modificación del sistema de transporte español.
España presenta una estructura radial con claros desequilibrios en ámbitos como la accesibilidad e intensidad. Se busca potenciar la integración con los países vecinos. España ha hecho un esfuerzo ingente de modernización; el grado de funcionalidad y accesibilidad del transporte terrestre de España entraría plenamente en una era de gran competitividad, lo que ayudaría al impulso económico del país.
Los ferrocarriles se definen como construcciones físicas para hacer posible el transporte; en definitiva, es el conjunto de estructuras estáticas que posibilitan el desplazamiento de mercancías y personas de unos lugares a otros. Los medios de transporte se clasifican en medios terrestres, aéreos o acuáticos, cada uno de los cuales necesitará una infraestructura diferente para su funcionamiento.
En España hay 9 tipos diferentes de vías férreas:
Las competencias sobre la red se reparten entre el Estado y las comunidades autónomas. La red estatal es mayoritaria y comprende las líneas que enlazan las comunidades autónomas y las que conectan con la red internacional. La empresa ADIF administra la red de RENFE, prestando servicios de viajeros y mercancías, y FEVE presta los servicios de viajeros y mercancías en las líneas de vía estrecha. Los Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE) han quedado vigentes de forma testimonial, aunque en su momento cubrieron muchos espacios que no lo eran por RENFE.
RENFE absorbe el 90% del tráfico ferroviario en estas líneas.
Las características técnicas: Una parte de las vías son dobles y están electrificadas. Pero persisten muchos tramos sin electrificar y de dirección única, lo que, unido a las fuertes pendientes y rodeos, hace que se incremente el tiempo y el coste del transporte.
Existen claros desequilibrios territoriales en equipamiento y accesibilidad por ferrocarril. Las vías más equipadas son las que unen las zonas más dinámicas económicamente, mientras que otras regiones cuentan con infraestructuras deficientes.
La accesibilidad es mínima en las zonas próximas a las fronteras. La conexión con Europa ha sido siempre difícil, por un lado, por el obstáculo natural que siempre han supuesto los Pirineos y, por otro, porque el ancho de vía español era mayor al europeo.
El origen de esta estructura se remonta al siglo XIX: cuando se inició la construcción de la red ferroviaria, se la hizo coincidir con la red de carreteras. Esta refleja el centralismo político que predominó durante la mayor parte del siglo XIX.
El ferrocarril en España no ha sido cuidado ni impulsado y ha sufrido una descapitalización crónica que ha hecho que muchas de sus compañías fueran sufriendo cierres y carencias. El ancho de vía de la red convencional es mayor que el europeo. La decisión se tomó a mediados del siglo XIX para incrementar la estabilidad de las locomotoras. El resultado son los problemas para enlazar con la red europea, que se solucionan usando vagones de ejes intercambiables y ruedas movibles. Con ello se incrementa el precio y el tiempo del transporte.