Portada » Historia » Evolución y Consolidación del Régimen Franquista: Desde el Aislamiento hasta la Oposición
Franco y sus dirigentes sabían que tenían que salir del aislamiento internacional. Así, firmaron el Tratado de Roma, que fue el paso previo a la constitución del Mercado Común Europeo, y comenzó la transformación del régimen de Franco, donde la Falange quedó relegada. Se desarrolló en el régimen una «democracia orgánica» que no logró convencer a las democracias parlamentarias europeas.
La transformación comenzó con la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento, que establecía la monarquía como forma de Estado. A esta le siguieron otras leyes clave:
Con este nuevo proceso, las familias políticas de la primera etapa franquista perdieron su antigua influencia. Franco se rodeó de políticos católicos, conservadores y partidarios de la aproximación económica a Europa, pero manteniendo el autoritarismo.
En el plano social, se pasó de una sociedad atrasada y campesina a una urbana e industrial. Más de tres millones de personas emigraron a zonas industriales y de servicios. El intenso éxodo rural se dirigió hacia lugares industriales como Madrid o Barcelona. Esta migración masiva trajo consigo desequilibrios urbanísticos en las aglomeraciones de la periferia y una construcción descontrolada.
La emigración exterior también fue muy elevada, principalmente a Francia, Alemania y Suiza. Este fenómeno resultó esencial para la estabilidad social del régimen, aunque también generó conflictos.
La modernización de la estructura social hizo que la población activa del sector secundario y terciario superara por primera vez a la del sector primario. El aumento de los salarios mejoró el nivel de vida de la población, con una mejor alimentación, un aumento en la construcción de viviendas y una mayor demanda de automóviles.
En España se produjo un cambio de mentalidad causado por:
Este nuevo bienestar, desconocido hasta entonces, fue una de las principales causas de la desestabilización del régimen de Franco. También aumentó la población urbana y el número de obreros industriales.
Con el exilio, los partidos y las organizaciones intentaron reorganizarse, al igual que los gobiernos autonómicos. Franco eliminó la posible oposición de la monarquía debido a las conspiraciones monárquicas, que tenían una grave importancia para el régimen.
Cuando la coyuntura internacional dejó claro que el régimen se consolidaba y que España no se integraría en las democracias, la oposición entró en una fase de declive. Sin embargo, aparecieron nuevos grupos, como el Movimiento Socialista de Cataluña y los demócratas-cristianos. Aunque su actividad era mínima y conllevaba grandes riesgos, fueron estos grupos los que conformaron la base de los movimientos de los años 60.
El incremento de la oposición en el interior hizo que se crearan nuevos núcleos de dirección política. Las huelgas obreras se multiplicaron y dejaron de ser consideradas delitos de sedición. Nació la organización Comisiones Obreras (la primera en Asturias). En las elecciones sindicales obtuvieron un éxito notable, lo que llevó al régimen a dar marcha atrás y a perseguir a sus miembros.
La Iglesia tuvo un protagonismo básico en la configuración de la oposición al franquismo. Nació ETA, lo que provocó una fuerte represión en el País Vasco. Solo el Partido Comunista (PC) mantuvo cierta fuerza y organización en el interior. El PSOE pasó a manos de los militantes del interior. Se formaron organizaciones católicas de carácter demócrata-cristiano. Antiguos colaboradores del régimen se alejaron del franquismo y se posicionaron a favor de una democracia.
Esta oposición participó en una reunión en la que se debatió sobre las condiciones políticas que debía haber en España para entrar en el Mercado Común Europeo: