Portada » Economía » Diseño de Incentivos Laborales: Obstáculos, Soluciones y Tipos de Planes
Los planes de incentivos son herramientas poderosas, pero su implementación puede verse obstaculizada por diversos factores. Uno de los principales es el «síndrome de haz lo que te pagan por hacer», donde la retribución excesivamente ligada a indicadores concretos lleva a los empleados a descuidar otros aspectos importantes del trabajo. Esto puede generar efectos negativos sobre el espíritu de cooperación, llevando a los empleados a ocultar información o evitar colaborar para no perjudicar sus recompensas. La falta de control sobre los factores que afectan al rendimiento y las dificultades para medir el rendimiento de manera precisa son otros obstáculos significativos. Además, los contratos psicológicos y la brecha de credibilidad pueden generar tensiones y desconfianza si las expectativas no se cumplen. La insatisfacción y el estrés laboral, así como la reducción potencial del dinamismo intrínseco, son consecuencias posibles de sistemas de incentivos mal diseñados.
Para abordar estos desafíos, es crucial establecer una relación adecuada entre remuneración y rendimiento, utilizando la remuneración como parte de un sistema más amplio de gestión de recursos humanos (GRH). Es fundamental lograr la confianza de los empleados y promocionar la creencia de que el rendimiento marca diferencias. Se recomienda utilizar múltiples niveles de recompensa y aumentar la participación de los empleados en los sistemas retributivos. Finalmente, es importante utilizar la motivación y los incentivos financieros de forma adecuada, considerando que algunos trabajadores valoran más los aspectos no financieros.
Los planes de reparto de ganancias pueden fomentar la participación activa de los empleados y mejorar el proceso productivo, aumentando la cooperación al dar un objetivo común. Son más fáciles de implementar que los incentivos individualizados, pero pueden proteger a los peores trabajadores y generar conflictos. Funcionan mejor en fábricas pequeñas y medianas, con tecnología que permita mejoras de eficiencia y demanda estable. Es importante considerar las diferencias de eficiencia entre fábricas para no penalizar a las más eficientes.
Los planes de incentivos organizativos ofrecen flexibilidad financiera, mayor compromiso y beneficios fiscales, pero también implican riesgos para los empleados y pueden tener un efecto limitado en la productividad. Funcionan mejor en grandes organizaciones con múltiples unidades interdependientes. Los planes de participación en beneficios y capital social son adecuados para empresas con oscilaciones cíclicas en la demanda y pueden fomentar un mayor compromiso al establecer objetivos comunes.
Las prestaciones sociales son retribuciones indirectas que ofrecen seguridad a los empleados y sus familias, complementando la remuneración salarial. Incluyen:
Los sistemas de incentivos se basan en tres supuestos: los empleados se diferencian en su aportación, los resultados de la empresa dependen del desempeño individual y grupal, y la empresa debe retribuir en función del rendimiento relativo. La retribución tiene un valor real y está vinculada al poder económico, sociológico y psicológico, influyendo en el comportamiento y conectando la retribución y el rendimiento con la motivación.