Portada » Lengua y literatura » Miguel de Cervantes y la Innovación en la Prosa Barroca: Un Legado Literario
Podemos encontrar tres etapas en la vida de Cervantes: en la primera, se ganó la vida como soldado; posteriormente, trabajó como administrador de abastos en Sevilla; y los últimos 11 años de su vida dieron paso al Cervantes escritor, aunque ya empezó a escribir La Galatea en 1585.
Tres son los factores que contribuyen a modelar el pensamiento de Cervantes: el momento histórico del Imperio español, que empieza su declive; la transición del Renacimiento al Barroco; y la experiencia que tuvo como escritor.
Sus bases al escribir eran: el cristianismo, la razón, la fe en la experiencia y el humanismo. El utopismo, la conciencia del individuo, la justicia y la libertad o el anticlericalismo son pruebas de ese humanismo.
Cervantes era muy tolerante; para él, la realidad puede ser interpretada desde diferentes ángulos, y por ello nunca ofrece una única versión de los hechos, sino varias. Esto crea una cierta confusión entre lo que las cosas son y lo que parecen, y la dificultad de distinguir la realidad y la apariencia, la cordura y la locura.
Es heredero de La Celestina y del Lazarillo de Tormes, y renueva el arte de contar historias de su tiempo hasta el punto de crear lo que hoy se conoce como “novela moderna”. Defiende la novela que se seguía por una existencia artística y moral, verosímil e imaginativa de la vida. El antirrealismo y el idealismo de la literatura de su época son relegados por Cervantes al pasado, en beneficio de un nuevo arte literario mucho más realista, cuya meta es narrar el modo de vida de su tiempo. Cervantes trata de desvelar las claves del funcionamiento del mundo real para crear una literatura realista, por lo que recurre en ocasiones a elementos fantásticos o visiones alucinadas.
El lenguaje que empleó refleja las distintas actitudes de los personajes ante la vida. Realiza en sus obras un gran despliegue de voces y recursos idiomáticos. Para Cervantes, el buen estilo de la novela, aparte del asunto que trate, debe ceñirse a una expresión natural, antirretórica, para que el lector disfrute. Los rasgos de la sencillez y la naturalidad son generalmente apreciados en los narradores de sus novelas.
En términos generales, es un autor que se desvela como un maestro de la ironía, el humor y la parodia, artífice de un estilo ágil y fluido, que deja en el lector una impresión de espontaneidad y verosimilitud.
Encontramos:
La obra se divide en dos partes:
Publicada en 1605, en ella Don Quijote lleva a cabo dos salidas de su pueblo. Se nos presenta a Don Alonso de Quijano como un hidalgo venido a menos que se vuelve loco leyendo libros de caballería. Sale para vivir aventuras y defender a los débiles en pos de ganarse el amor de Dulcinea del Toboso, una labradora de la que había estado enamorado sin ella saberlo.
Se fabrica una armadura y parte en un caballo de mala estampa. Emprende el viaje hasta una venta a la que toma por un castillo, y el mesonero se burla de él, nombrándole caballero. De vuelta encuentra a un niño siendo apaleado y posteriormente tiene una afrenta con unos mercaderes de la que sale mal parado; un vecino le encuentra y le lleva a su casa.
Seguidamente, sus amigos se dedican a destruir sus libros y tapian la biblioteca; él cree que ha sido un hechizo y vuelve a la aventura, convenciendo a Sancho Panza para que le siga. Tiene lugar la batalla contra los molinos, libera a unos presos de la Inquisición y finalmente el Bachiller Sansón y el cura de su pueblo le engañan y le llevan en una jaula hasta el pueblo.
En 1614, Alonso Fernández de Avellaneda publica su Quijote, una falsa obra en la que hay insultos contra Cervantes. Cuando apareció el Quijote de Avellaneda, ya casi estaba escrita la segunda parte del Quijote real. Además, Avellaneda predijo que el Quijote de Cervantes acabaría en Aragón, por lo que Cervantes alargó la obra de modo que acabase en Cataluña.
La segunda parte del Quijote se publica en 1615, y en ella Don Quijote vuelve a convencer a Sancho de que le siga. Llegan a Aragón, donde cierto noble se burla de ellos y nombra a Sancho gobernador de una ínsula, y este acaba aborreciendo el poder y la corrupción del cargo. En las playas de Cataluña, tiene una lucha con el caballero de la Blanca Luna (Bachiller Sansón Carrasco), quien le obliga a volver a su pueblo. A la vuelta, y tras un profundo sueño, recupera la cordura y, viejo, se confiesa, hace testamento y muere a los pocos días.
En un principio, Cervantes quería hacer una novela ejemplar basada en el Entremés de los romances (los seis primeros capítulos de la obra son muy similares), pero se dio cuenta de que la obra tenía potencial y decidió alargarla, diciendo que había encontrado la historia y que estaba escrita por Cide Hamete Benengeli, y que él la tradujo y, en base a eso, la continuó.
Dándose cuenta del éxito de la primera parte, decide escribir una segunda para narrar la tercera salida de Don Quijote.
Copia elementos de novelas de caballerías como Amadís de Gaula, Tirant lo Blanc o Orlando Furioso, pero los ridiculiza y dota de un matiz de parodia.
La personalidad de Don Quijote experimenta una evolución a lo largo de la novela. En la primera parte, trata de acomodar la realidad a su imaginación. Cuando ve cómo el mundo real se impone a sus sueños, lejos de rectificar y aceptar la realidad tal cual es, trata de justificar sus derrotas achacándolas a la intervención de encantadores. En la segunda parte, Don Quijote ve las cosas como en realidad son, pero ahora piensa que sus sentidos son los que le engañan y le inducen al error. La evolución de su personalidad supone una “desquijotización”, y poco antes de morir recupera la cordura.
El personaje de Sancho Panza surge para mostrar la personalidad de Don Quijote a través del diálogo. Si Sancho es un hombre sencillo y abandona a su familia, es porque ve en ello la posibilidad de hacer fortuna, pero poco a poco se va ligando a Don Quijote cada vez más estrechamente. Sancho, en un principio, representa la razón y el pragmatismo, y acaba siendo baluarte del buen sentido, la paciencia infinita y de los sentimientos nobles.