Portada » Historia » Evolución y Características de los Partidos Políticos en el Reino Unido: Siglo XX
El partido Conservador (Tories) ha sido el representante de los intereses del orden y del liberalismo, y los Laboristas (Whigs) toman una orientación dirigida fundamentalmente al Estado del bienestar y al socialismo democrático. Si el Partido Conservador era el de las capas medias y altas, el Partido Laborista (Labour Party) era el de los trabajadores. El comportamiento electoral de los británicos ha permitido que los conservadores se aprovecharan mejor de su potencial electoral al tener las capas medias y altas británicas mayor conciencia de clase. El gran número de votos de las clases medias y la importante cantidad que también obtienen los conservadores entre los electores de la clase obrera, es otra condición esencial que posibilitó la existencia de un sistema electoral competitivo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta las elecciones de la Cámara de los Comunes de 1970.
Desde 1974 el sistema electoral británico no responde estrictamente a un sistema bipartidista, ampliándose la gama de tendencias ideológicas desde los nacionalismos minoritarios y los partidos socialistas hasta los laboristas, los liberal-demócratas y los conservadores. Lógicamente, el número de candidatos por circunscripción y por elección ha aumentado. Desde 1983 compiten en todas las circunscripciones uno de los partidos de la Alianza (Liberales y SPD) con los conservadores y los laboristas. El Scottish National Party se presenta en todas las circunscripciones electorales escocesas desde 1974, y el Plaid Cymru desde 1970 en todas las de Gales. No obstante lo anterior, la Cámara de los Comunes refleja una clara competencia bipartidista.
La evolución experimentada por los principales partidos políticos a lo largo del siglo XX muestra cómo el laborismo acabó desplazando al liberalismo, de forma que sólo quedan en la lucha por el poder los conservadores y los laboristas, a pesar de la presencia de otros partidos menores. El ascenso del Partido Laborista en 1918 se vio facilitado por la decadencia del Partido Liberal producida como consecuencia del amplio descrédito de este partido en relación con la cuestión del autogobierno de Irlanda, a lo que se unió una política social, anterior a la Primera Guerra Mundial, muy reformista desde el punto de vista de la burguesía. Todo ello produjo la escisión entre los partidarios de Lloyd George y los de Asquith y a la formación de candidaturas competitivas.
A partir de entonces los conservadores se impusieron como representantes del electorado burgués. Junto a esto, los laboristas aumentan el número de candidaturas por circunscripción mientras que los liberales las disminuyen, hasta que en 1924 los liberales solo eran una tercera parte de los Comunes. Además, el sistema de mayoría relativa en las circunscripciones uninominales favoreció al laborismo.
El Partido Laborista nace de la unión de varios grupos socialistas con los sindicatos y tiene como objetivo la igualdad y el progreso de los desfavorecidos. Se fundía así un apoyo y una base organizativa, junto con el activismo y la organización en los distritos electorales, dando como resultado una fuerza política alternativa que captó el voto de la clase obrera. En el período de la postguerra los votos sindicales ayudaron a conseguir un liderazgo parlamentario que podía contar con el apoyo de la izquierda más radical, pero la moderación del programa de nacionalizaciones y la prudencia de acción de los gobiernos laboristas entre 1964-1968, fueron elementos que propiciaron cierta radicalidad sindical, provocando una escisión en el partido que dio origen a que los líderes centristas formaran un partido socialdemócrata, que posteriormente fue absorbido por los liberales. La gran derrota laborista se produjo en 1983. En esa década la aparición de la nueva izquierda en el Partido Laborista impulsó el triunfo de esta formación en 1997 con Tony Blair, quien ofreció la imagen de un partido moderno, unido y la alternativa al Partido Conservador, quien tras trece años en el gobierno dejó el relevo a los laboristas.
El Partido Conservador llega al final de la Segunda Guerra Mundial como un partido moderado. Su pragmatismo y oportunismo le han permitido sobrevivir y estar en el poder, solo o en coalición, las dos terceras partes del siglo XX. El moderno partido conservador surgió a mitad del siglo XIX como una reforma del viejo partido Tory. La derrota de 1945 mostró que el electorado había optado por una fórmula que favorecía las políticas de pleno empleo y de protección social, por lo que modificaron sus programas desplazándose hacia la izquierda. Hasta Margaret Thatcher, sus líderes se han situado en posiciones de centro-izquierda al considerar que mantener el consenso que había guiado el período postbélico favorecería el buen ritmo político, económico y social del país. Se defendieron políticas de pleno empleo, con el fin de atraerse los votos de la clase trabajadora, de la cual dependía su éxito. Sus valores están conectados con la idea de un Estado fuerte que asegure el orden social.