La Generación del 27: Tradición y Vanguardia

El grupo de poetas del 27 no se alza contra nadie, sino que más bien hace gala de unas orientaciones integradoras que mezclan la tradición con la renovación y lo moderno. Se caracterizan por:

• Mezcla de tradición y vanguardia: Aparecen características de la poesía tradicional española (utilización del romance, de los versos octosílabos) y rasgos de las vanguardias.
• Influencia de los poetas clásicos españoles: como Bécquer o Garcilaso.
• Utilización de la metáfora con gran maestría.
• Talante abierto, liberal y progresista: Son defensores de la República, lo que les costará la muerte o el exilio.

Momentos Vanguardistas

Las vanguardias literarias tuvieron un impacto significativo en la literatura española, influyendo en la Generación del 27 y en movimientos posteriores. A continuación, se describen brevemente las principales corrientes:

La Prosa en la Democracia: Diversificación y Subjetivismo

En el campo de la prosa, tras la desaparición de la censura se publicaron novelas españolas que habían sido prohibidas en España, se recuperaron autores exiliados y extranjeros y se diversificaron los temas.

La prosa de este periodo está marcada por el subjetivismo y el intimismo. Hay una vuelta al interés por la anécdota, por la reconstrucción de ambientes y personajes y una recuperación de la atención a la estructura narrativa. Otras tendencias muy marcadas son la polifonía, que consiste en representar distintas perspectivas; la intertextualidad, que se basa en las referencias a otras obras y autores; la ironía y el humor. La novela se comienza a extender y popularizar como el género más importante del final de siglo XX y principios del siglo XXI.

Principales Tendencias de la Narrativa en la Democracia

• Novelas policíacas o de intriga: Se basan en la tradición norteamericana del cine y la novela negra, con protagonistas arquetípicos, en general detectives de vida desordenada, en las que se trazan itinerarios por todas las capas de la sociedad, desde los bajos fondos hasta las clases más altas. Manuel Vázquez Montalbán, Francisco González Ledesma, Juan Madrid y Alicia Giménez Bartlett son los máximos representantes de este subgénero en nuestro país.
• Novelas históricas: Como consecuencia de la libertad, en los años de la democracia se opta por una investigación del pasado inmediato, sobre todo de la Guerra Civil y de los primeros años de la dictadura. Muchos son los autores que cultivaron el género: Arturo Pérez-Reverte y Eduardo Mendoza.
• Novelas intimistas: Son novelas en las que se desarrolla una trama mínima y, en cambio, el tono íntimo se potencia por medio de un lenguaje lírico muy elaborado e intenso. Entre los autores que escriben siguiendo esta tendencia, están Antonio Muñoz Molina, Almudena Grandes, Álvaro Pombo, Julio Llamazares, Juan José Millás, Carmen Martín Gaite y Javier Marías.
• Novelas experimentales: Pese al menor desarrollo que tuvo este género tras la dictadura, fueron bastantes autores los que siguieron investigando cauces nuevos para la novela, aunque en general se valían de las técnicas ya descubiertas unas décadas antes. Entre los escritores dedicados a esta empresa están Juan Marsé, Juan Goytisolo, Enrique Vila-Matas, Agustín Fernández Mallo, Luis Goytisolo, José María de Guelbenzu y Julián Ríos.

La Prosa Durante la Dictadura: Tres Tendencias Clave

Los autores en prosa de la dictadura se centraron en la novela y en el cuento. Los estilos eran muy distintos dependiendo de los autores, pero en líneas generales podemos hallar tres tendencias que tuvieron un gran desarrollo en el período:

• El tremendismo (o novela existencialista): Es un tipo de novela heredera del naturalismo en la que se da una gran cabida a la violencia y a los ambientes truculentos o anodinos que intentan reflejar el ambiente de posguerra. Los autores más representativos del movimiento fueron Camilo José Cela, con “La familia de Pascual Duarte (1942)” y Carmen Laforet con “Nada (1945)”.
• El realismo social: Lo conforman un grupo de novelistas que tienen como meta presentar la sociedad de forma objetiva, para que sea la situación en sí la que denuncie el estado de la sociedad del momento. Destacaron Miguel Delibes con “El camino (1950)”, Carmen Martín Gaite con “Entre visillos (1957)” o Rafael Sánchez Ferlosio con “El Jarama (1956)”.
• La novela experimental: Es una corriente de autores que proponen una narrativa que experimenta con nuevas técnicas literarias para reflejar la miseria y la violencia de la España de posguerra. Las obras más representativas de esta vertiente son “Tiempo de silencio (1962)” de Luis Martín-Santos y “Volverás a Región (1967)” de Juan Benet.