Portada » Historia » Origen y Evolución del Estado Moderno: Poder, Secularización y Liberalismo
El Estado moderno emergió entre los siglos XIV y XV, aprovechando la crisis del feudalismo para que los reyes recuperaran su poder. Este proceso contó con el respaldo de la burguesía, una nueva clase social. El Estado moderno se caracterizó por su identidad, organización, estructura formal, reconocimiento político y centralización del poder. Su formación tuvo importantes consecuencias políticas, económicas y sociales, convirtiéndose en el modelo de gobierno predominante en la Edad Moderna.
Se consideran elementos previos del Estado a aquellos que existieron antes de su formación, como la población y el territorio. El término «pueblo» tiene varios significados:
El concepto de territorio surge en relación con la validez de las normas jurídicas en el espacio. La teoría del Estado es donde el concepto de territorio ha tomado su origen y legitimidad teórica. El derecho internacional también aborda problemas espaciales, aunque no se utilice el término «territorio» como en las organizaciones públicas.
Defiende una nueva distribución de la riqueza mediante la intervención del Estado. Propone la conquista del Estado por el movimiento obrero y el sufragio universal. El Estado es un instrumento para la reforma social, no neutral, y su uso por otra clase cambiaría el modelo socioeconómico. Sus objetivos son la dictadura del proletariado y la eliminación del antagonismo de clase.
Sostiene que una minoría siempre ejerce poder sobre una mayoría. Una élite domina constantemente sobre la mayoría.
Considera que la diversidad de intereses es esencial en la democracia, evitando la tiranía de la mayoría. Los grupos son fundamentales en el pluralismo, participando en la toma de decisiones. El poder está disperso en varios centros, sin que ninguno domine por completo.
La separación entre Iglesia y Estado surgió con el humanismo y se consolidó con la Ilustración. La corriente filosófica racionalista y eventos como la Revolución francesa y la Independencia estadounidense llevaron a la separación entre «el trono y el altar». Actualmente, la mayoría de las constituciones nacionales establecen un estado laico, reflejando una tendencia mundial hacia la secularización del Estado.
Hobbes planteó el derecho natural como una demanda, no como una obligación. Su filosofía política moderna se basa en el «derecho de naturaleza», no en la «ley de la naturaleza». Analizando la vida social, parte de individuos impulsados por pasiones, explicando la transición al Estado absolutista. Hobbes conecta naturaleza, hombre y sociedad a través de la ley de la inercia, donde los hombres buscan poder y viven en un estado de guerra constante.
Según Vitoria, el orden natural se basa en la libertad de circulación de personas, bienes e ideas, fomentando la hermandad. Los comerciantes no son moralmente reprobables, sino que contribuyen al bien común.
El liberalismo tiene dos vertientes:
Propone la no intervención del Estado en la economía, defendiendo el libre mercado, la libre producción y la fijación de precios por la oferta y la demanda.
Se inspira en filósofos como Rousseau y Montesquieu, con los siguientes principios:
La forma ideal de gobierno es la monarquía constitucional o la república. En el siglo XIX, surgieron dos tendencias:
Propone el sufragio censitario para la burguesía y prefiere la monarquía constitucional.
Propone el sufragio universal, la república y medidas sociales.