Portada » Griego » Literatura Griega Clásica: Épica, Lírica y Teatro
La épica nace en Grecia con dos magníficos poemas: la Ilíada y la Odisea. Estos dos extensos poemas, atribuidos a Homero, constituyen la primera creación literaria del mundo griego de perfección y madurez. En estas dos piezas literarias encontramos las hazañas de los hombres de la guerra de Troya. Lo importante es el sufrimiento que este enfrentamiento bélico ha causado a los hombres, sus protagonistas.
El aedo, o poeta oral, canta un cantar que antes ha oído y que interpreta de nuevo. Es conservador de una tradición e innovador de una larga y secular cadena de poetas-músicos. El mejor de todos estos aedos es Homero, que ha sabido seleccionar y transmitir el rencor de Aquiles.
Las únicas noticias sobre la existencia de los aedos nos las proporciona el propio poeta, que nos presenta a estos cantores en los palacios de los reyes. Este es el caso de Demódoco y Femio. En la épica homérica encontramos recursos propios de la poesía oral:
En cuanto a la época en la que vivió, la tradición no sabe si situarlo como contemporáneo de la guerra de Troya o hacerlo vivir unos siglos después de la misma. Tanta diferencia de tiempo pone de manifiesto la escasez de noticias de Homero.
La opinión más extendida entre los estudiosos es que debemos situarlo en el siglo VIII a.C. De ellas consideramos a Esmirna, en la costa de Asia Menor, o a la isla de Quíos, donde vivieron los homéridas. Con la misma incertidumbre se sitúa su muerte en una de las islas del archipiélago de las Cícladas, en el mar Egeo. Los poemas nacieron en el ámbito cultural de Jonia, en Asia Menor, e islas adyacentes. Homero está lleno de elementos del siglo VIII a.C.
Han contribuido a su conservación en la antigüedad la aparición de los rapsodas, recitadores que ayudaron a fijar el texto. En las fiestas atenienses de las Panateneas se recitaba la Ilíada entera. Van a ser los filólogos alejandrinos del siglo III a.C. (Zenódoto de Éfeso, Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia) los que, con su trabajo sobre las numerosas copias anteriores, lograron confeccionar una edición lo más cercana posible al original.
La lengua de Homero muestra las características de la poesía oral. Pudo dar lugar a un tipo de lengua propio de la épica, a una lengua artificial y poética, mezcla de elementos de los principales dialectos griegos, a excepción del dorio. Esta lengua, la Ilíada y la Odisea, están escritas en hexámetros dialectales. Debemos recordar los recursos mnemotécnicos, como los epítetos y las fórmulas fijas.
La riqueza y diversidad de contenido de ambas obras ha llevado también a dudar, incluso de la unidad interna de cada una, hasta de la propia existencia real de Homero.
En torno a la llamada «Cuestión Homérica», la ciencia filológica de los últimos siglos ha ofrecido una opinión dividida entre dos tendencias:
Podemos reseñar algunas diferencias entre las dos obras:
Las acciones de los dioses y de los hombres marchan paralelas, con la diferencia de que son los hombres los que sufren las consecuencias de las decisiones de los dioses.
Su familia, procedente de la ciudad eolia de Cirne, en Asia Menor, se traslada a Grecia Central, que era un centro de culto relativamente importante. Las evidentes posibilidades comerciales debieron ser lo que impulsó al padre de Hesíodo a cambiarse de continente. Un hecho fundamental es la disputa de Hesíodo con su hermano Perses por el reparto de la herencia paterna. Al morir su padre, su hermano se muestra en desacuerdo con la repartición y pretende obtener más de lo que le correspondía. Primero hubo un pleito que perdió Hesíodo; Perses cae en la penuria y acude a Hesíodo, que lo rechaza. Perses responde con la amenaza de un litigio. Hesíodo escribe Los trabajos y los días. Después hubo un segundo pleito que perdió Perses; decepcionado, descuida su hacienda y se empobrece. Por eso escribiría Hesíodo las obras para instruirse y persuadirle, porque a pesar de todo era su hermano.
Presenta una gran heterogeneidad; está demostrada su unidad temática basada en dos ideas fundamentales: el trabajo y la justicia. Vemos a Zeus como protector de la justicia del Universo. Perses pretende entablar un juicio con él para quitarle su herencia. Hesíodo, con gran sentido realista y mucho conocimiento del mundo campesino, ofrece a Perses una serie de consejos de conducta social y un calendario de trabajos para sacar el mayor provecho de la tierra y del comercio del mar. Un episodio destacado es el del mito de las Edades. Se avanza desde un estado de perfecta justicia y felicidad a uno de injusticia y desdicha. Nos ofrecen una rica pintura de la vida campesina del siglo VIII a.C. Según Hesíodo, el heroísmo está también en la lucha tenaz de los campesinos contra la dura tierra. Hesíodo es el primer moralista con valor universal.
Mientras cuidaba de sus rebaños recibe la inspiración de las musas, que le entregan una rama de laurel. Podemos suponer que es una vivencia personal de un hombre profundamente religioso. Contiene un catálogo ordenado de las distintas divinidades griegas, comenzando por una explicación del origen del mundo. Al hablar de las musas, nos dice que son hijas de Zeus y Mnemósine. La más importante es Calíope, «la de bella voz», lo que ha de entenderse como palabras bellas por contenido, como expresión de la verdad. Hesíodo intenta explicar todos los aspectos de la realidad a través de los dioses. En la genealogía que establece, hay dos linajes que no se mezclan nunca entre sí: los dioses y los descendientes de la Noche. Hesíodo es el punto intermedio en el paso del mito al logos. Hesíodo no es un pensador sistemático. Los mitos de la Teogonía tienen ecos de mitos orientales.
El poeta de Ascra presenta un enorme influjo de Homero: métrica de hexámetros dactílicos, lenguaje formular típico de la poesía homérica y abundantes coincidencias formales.
Marco histórico-social en el que surge y se desarrollan conflictos políticos y sociales. Individualismo. La religión apolínea.
En Grecia es un momento de grandes cambios: la debilidad de la oligarquía propicia su sustitución por un tirano; aparece una nueva clase de mercaderes enriquecidos. Se accede a nuevos mercados y se abaratan las materias primas. El hombre griego comienza el proceso de su individualización, firma sus obras y valora la visión personal de las cosas. Aparece una nueva relación con la divinidad que se resuelve en un deseo de aprovechar los placeres. La coexistencia de estas dos corrientes espirituales, el movimiento místico-extático, tiende a valorar lo normativo, lo ritual. La dicotomía que estableciera Nietzsche entre lo apolíneo y lo dionisíaco viene a consagrar esta dualidad del espíritu griego. En el oráculo de Delfos, consagrado a Apolo, vemos mejor organizado dicho legalismo. Es asimismo defensor acérrimo de una religión que insiste con rigor en la delimitación de las fronteras que separan al hombre de dios. Esta, la apolínea, es la tendencia predominante en la lírica arcaica griega; se sitúa el movimiento «liberador» de Dioniso a través de los cultos orgiásticos.
Interés por lo personal y por el momento presente, indefinición del hombre. Géneros de la lírica. En Grecia, los géneros no coexistieron en el tiempo, sino que se sucedieron unos a otros. Cuando decayó la épica, surgió la lírica y hacia el final de esta, hace su aparición el drama.
Siglo VIII a.C., la poesía épica está en franca decadencia, lo cual no significa el fin de la literatura griega. Han nacido nuevas necesidades humanas. En este mundo en evolución, la sensibilidad se exalta y la personalidad se desarrolla. Poco a poco la realidad va tomando interés a los ojos del artista. La realidad es capaz de conseguir belleza, de excitar sentimientos apasionados o profundos que hay que pregonar. La nueva poesía es esencialmente musical, cantada con acompañamiento de instrumento. Frecuentemente se añadía la danza. Los instrumentos más usados eran la cítara y la flauta.
Aparecen los dialectos y el poeta se expresa en la lengua de sus oyentes. Existen escuelas líricas.
El desarrollo de la personalidad y del individualismo tienen su máximo representante en Arquíloco de Paros. Arquíloco transforma el ideal heroico para adaptarlo a sus circunstancias personales, creando algo nuevo. Él era un soldado de fortuna que, al ser hijo de un noble y de una esclava, carecía de fortuna. Él escribe a partir de sus experiencias personales, con toda sinceridad y con gran capacidad para plasmar por escrito sus estados anímicos. Arquíloco se va a hacer famoso, sobre todo, por su mala lengua. Arquíloco piensa que hay que gozar cuando existe motivo y no dejarse llevar por la pena cuando no se tiene suerte. Es antisocial, pone en primer plano el yo, el aquí y el ahora, sus amores y sus odios, con una lengua desatada típica de la poesía yámbica. Su composición más famosa es el llamado Yambo de las mujeres, poema en el que pasa revista a los diversos tipos de mujeres, comparándolos con los animales. La poesía yámbica tiene como elemento constitutivo el yambo, metro que puede ser asociado por el poeta en grupos de dos (dímetro), de tres (trímetro) o de cuatro (tetrámetro). El término «yambo» proviene de la raíz griega que significa «arrojar». Por lo tanto, yambo es una burla lanzada por la inspiración popular contra una víctima a la que se ridiculiza.
Lo que caracteriza a la elegía es el esquema métrico compuesto por dos versos, uno de ellos hexámetro y el otro pentámetro. Para el yambo, la lengua de la elegía es el jonio. Se acompaña de la flauta. Los autores contemporáneos de Arquíloco son Calino de Éfeso, Tirteo de Esparta y Solón de Atenas. Todos ellos desempeñaron una función pública y utilizaron la poesía como arma política en un momento crítico para sus pueblos. Los tres son figuras públicas que exigen a sus compatriotas grandes esfuerzos y que ofrecen una recompensa. Su principal ocupación es conducir a la anarquía. Sus poemas son panfletos políticos, de ataque a sus enemigos y defensa de sus ideas y justificación de su actuación política.
En el 594 a.C. los partidos lo nombraron «árbitro», ocupando el arcontado con poderes dictatoriales. Abolió la esclavitud por deudas, limitó los latifundios, fomentó el comercio y, como medida muy destacable, llevó a cabo una organización timocrática de la sociedad. A pesar de todos sus esfuerzos, sus reformas no contentaron a nadie, pues no eran cambios profundos en el sistema, con lo que se dio paso a la instauración de la tiranía, paso previo a la democracia. La poesía de Mimnermo de Colofón, hombre enamorado de la flautista Nannó y poeta del amor y de la juventud. La voz del bando amenazado resuena con fuerza en una colección de poemas atribuida a Teognis de Megara, noble y magistrado de Megara, que debió exiliarse perdiendo sus tierras. Teognis es un poeta de lucha de clases. Para él están, de un lado, los buenos o nobles y, de otro, los plebeyos, injustos y viles. Los nobles no deben mezclarse con los inferiores. Todas estas ideas Teognis trata de inculcárselas al joven Cirno.
Es cantada por un solista al son de la cítara o de la lira. Florece este género en la isla de Lesbos en torno al 600 a.C., con Alceo y Safo de Mitilene. Alceo y Safo componen para sí mismos y sus amigos, movidos por necesidades íntimas y personales. Alceo es un hombre de acción, enérgico, violento, mientras que la poetisa Safo, en contraste, representa la vida de los afectos, lo íntimo y delicado. Son contemporáneos y pertenecen a la aristocracia campesina. Ambos tuvieron que exiliarse, aunque regresaron más tarde. La poesía de Alceo es un reflejo directo de su vivir turbulento. Sin embargo, también escribió poemas convivales o de banquete, en los que destaca el tema del vino, poemas eróticos destinados a prostitutas y efebos, poemas religiosos y poemas de tono moralizador, como el de Helena y Tetis. En los poemas políticos se hace más retorizante. Safo va a concentrarse en sus sentimientos personales. Su vida transcurrió en su ciudad natal, Mitilene, donde regentó una escuela para chicas nobles, con las cuales debió tener una relación muy íntima. Les enseñaba canto, música y danza.
Con respecto a la llamada cuestión sáfica, si todo quedó en un simple juego sentimental o bien hubo verdadera pasión carnal entre ella y sus alumnas. Safo es una mujer. Su inspiración es el amor, un amor emanado de Afrodita. Para la poetisa, el amor es agridulce, con la cual se consuela cuando las muchachas abandonan para casarse; cuando pierde a un amor concreto, se queda vacía y muerta. Pronto se hizo famosa por todo el mundo griego y pasa por ser la descubridora del amor en Occidente. Su obra abarca tanto epitalamios como odas. La oda monódica jonia tiene su máximo representante en Anacreonte de Teos, que hace del amor también su tema preferido. Para expresar sus sentimientos, se sirve del mito y del símbolo. Su obra, dividida en 11 libros por los alejandrinos, abarca el tema amoroso y los cantos convivales. Aboga por el carpe diem y le asusta la vejez y la muerte.
La poesía coral es aquella en la que el poeta se hacía intérprete de un grupo, una sociedad o una clase. Está compuesta en estrofas, pero se recurrió a la composición en tríadas: estrofa-antístrofa/épodo. Su dialecto es un dorio artificial y homerizante. El coro cantaba acompañado de la cítara o de la flauta o incluso de ambos a la vez, y no se sabe nada de cómo era la danza que se ejecutaba. El primer poema coral del que conservamos restos importantes se compuso en el siglo VII a.C. por parte del Alcmán de Esparta. Presenta cinco rasgos propios de todo poema coral griego:
Con la llegada al poder de los tiranos, la lírica coral se instala en la corte. Otra corte importante para el desarrollo de las artes fue la de Hierón, en Sicilia, donde van a coincidir los tres poetas más importantes: Simónides de Ceos, Baquílides de Ceos y Píndaro de Cinoscéfalos. El poeta coral más importante es el beocio Píndaro (518-443 a.C.), de su tierra natal, Tebas. Si la época arcaica se caracterizaba por el paso del mito al logos, Píndaro va a invertir los términos para ir de la razón al mito. Es lógico que Píndaro esté muy cercano a la mentalidad homérica y se convierta en el último defensor de los retrógrados ideales aristocráticos. Píndaro es un poeta viajero que hace de la poesía su medio de vida. Píndaro es un conservador que añora el antiguo gobierno de los demócratas y que retrocede hasta Homero. Su ideal político es una oligarquía aristocrática de sabios. Toca todos los géneros de la lírica coral, aun cuando destacan sus cuatro libros de Epinios, que contienen 44 odas. Estas odas se ejecutaban o bien al regreso del héroe a su patria, y el poeta componía también la música. En cuanto a estructura:
Píndaro desarrolla, sobre todo, el mito. Su estilo es barroco y grandilocuente. Utiliza yuxtaposiciones, introduce imágenes y color en su vocabulario; es abundante en homerismos, jonismos y eolismos. Para Píndaro, el poeta no se hace, sino que nace y recibe una inspiración divina, individual y secreta.
El teatro en Grecia es:
La innovación de Tespis consistió en la invención del prólogo y del discurso. El siguiente paso fue que el recitador entablase diálogo con el coro. A Tespis se le sitúa en los años 536-532 a.C. Parece que innovó también en cuanto a la máscara y quizá dio figura humana al coro. La obra de Frínico se nos parece con más claridad. Obtuvo su primera victoria entre los años 511 y 508 a.C. y continuó hasta el siglo V a.C. Lo más importante fue su intento de incorporar a la temática de la tragedia la historia de su tiempo.
Puede considerarse el padre de la tragedia. Nace en Eleusis, cerca de Atenas, en el 525 a.C. Murió en Gela, Sicilia, en el año 456 a.C. Se le atribuye la autoría de 90 obras, aunque solo se conservan 7, que son: Los persas, Las suplicantes, Los siete contra Tebas, Prometeo encadenado y la trilogía ligada a La Orestíada (Agamenón, Las coéforas y Las euménides).
Esquilo ha sido considerado el creador de la tragedia en el sentido literario. Fue el que introdujo el segundo actor en escena, con lo que hizo posible el diálogo y la verdadera acción dramática. Su característica principal es la majestad de la lengua. Otro medio empleado para dar extrañeza a la lengua era el uso de palabras exóticas. Las partes líricas de sus extensos coros alcanzaban la cima del arte. Su teatro representaba grandes momentos del destino humano, juzgados bajo una luz religiosa.
Nace en Colono, Ática, en el año 497 a.C., en el seno de una distinguida familia ateniense, y muere en el 406 a.C. Fue estratego de Pericles y helenotamías. Tuvo la suerte de morir antes de la caída total de su ciudad en el año a.C. Pidió siempre equilibrio y moderación. Su espíritu religioso considera a los dioses como un todo coherente. Admite un plano humano y otro divino. Dos ideas subyacen en la obra de Sófocles: la ignorancia descubierta y la crisis decisiva. Abandona la trilogía, lo que le da más libertad para profundizar en los caracteres de los personajes. Presenta a sus héroes tal como son. Es un maestro en el dibujo de caracteres, especialmente de grandes personajes trágicos enfrentados a su destino. Su obsesión es el destino del hombre, lleno de dolor y sufrimiento. Sus obras tienen menos lírica y más acción que las de Esquilo. Sus obras conservadas son: Áyax, Antígona, Las traquinias, Edipo Rey, Electra, Filoctetes, Edipo en Colono.
Sobre la biografía de Eurípides, poseemos pocos datos y estos están dislocados por anécdotas poco verosímiles. No sabemos la fecha de su nacimiento, en torno a 480 a.C. Sus padres eran, sin duda, ricos hacendados provenientes del demo ático de Fila, aunque él nació en la propiedad de sus padres en Salamina. Recibió una esmerada educación. Nos habla de sus desventuras matrimoniales con sus dos mujeres; abandonó con amargura Atenas en el año 406 a.C., acogiéndose al mecenazgo de Arquelao de Macedonia. Allí, en Aretusa, murió. Después de su muerte, alcanzó el éxito que no había logrado en vida. Aunque la diferencia cronológica con Sófocles es poca, forman parte de generaciones diferentes. El centro de interés es el hombre. Su fuerza es sustituida por la del azar. Sus mujeres dan rienda suelta a sus pasiones y sentimientos personales. Es claro que utiliza la tragedia como un púlpito para exponer sus ideas o sus inquietudes. Esto hace que abunden las tiradas de retórica sofística. Ni la poesía ni la técnica dramática alcanzan en él la grandeza de sus antecesores. Sus tragedias conservadas se agrupan en: