Portada » Lengua y literatura » Juan Ramón Jiménez: Trayectoria Poética y Legado Literario
Juan Ramón Jiménez nació en Moguer en 1881. Su vocación por la poesía fue temprana y total. En 1900, se trasladó a Madrid junto a Rubén Darío para luchar por el Modernismo. Tras la muerte de su padre, sufrió una intensa crisis y tuvo que ser internado en un sanatorio mental en Francia (1901). En 1905, regresó a Moguer, donde permaneció retirado y comenzó su famoso libro Platero y yo. Volvió a Madrid en 1911 y se hospedó en la Residencia de Estudiantes, donde entró en contacto con los poetas de la Generación del 27. En 1916, se casó en Nueva York con Zenobia Camprubí. Al comenzar la Guerra Civil, abandonaron España y residieron en varios países americanos. En 1956, se le concedió el Premio Nobel de Literatura. Poco tiempo después, murió su esposa y, más tarde, él.
Su obra era su razón de vivir. Tenía un gran afán de perfección, por lo que renovaba sus versos constantemente. Al final de su vida, su poesía se volvió más compleja, por lo que solo la entendían unos pocos. Por eso, utilizaba siempre el siguiente eslogan: «A la inmensa minoría siempre». Aunque no era cristiano, lo más importante de su vida era Dios, a quien identificaba con la naturaleza o la belleza absoluta.
En 1918, Juan Ramón Jiménez resumió su trayectoria en Vino, primera, pura. Según él, su trayectoria habría pasado por las siguientes etapas:
Más tarde, redujo su evolución a tres fases:
En 1900, escribió dos libros, Almas de violeta y Ninfeas, que responden a un Modernismo sensorial. En 1903, se publicó su gran libro Arias tristes, en el que encontramos una poesía sencilla. Entre 1908 y 1915, compuso Elejía, La soledad sonora, Poemas mágicos y dolientes, Sonetos espirituales, entre otras obras. En estas, hace uso del color y otros elementos sensoriales. Platero y yo, publicado en 1914, es un poema en prosa de carácter impresionista, rico en colores, imágenes y musicalidad.
En 1916, rompió definitivamente con el Modernismo y escribió Diario de un poeta recién casado. En esta obra, presenta su nueva estética, en la que ya no aparecen la adjetivación sensorial ni el léxico modernista.
Escribió En busca del tiempo perdido, donde analiza la psicología de un grupo de personajes de la alta sociedad. Hace uso del tiempo presente y pasado, que se mezclan en la narración.
Escribió La metamorfosis y El proceso, en las que expresa la angustia del ser humano y el sinsentido que rige las relaciones sociales.
Escribió Ulises, la obra más revolucionaria y experimental que se ha publicado en los últimos siglos. Este autor intenta practicar cosas nuevas que hasta ahora no habían existido.
El Novecentismo fue un movimiento formado por un grupo de autores intelectuales que pretendían romper con todo lo anterior, creando un arte puro y no sentimental. Se utilizaba para designar aquellas tendencias que se despegaban de las formas artísticas o literarias heredadas del siglo XIX.
Sus componentes eran personas con gran preparación universitaria. Les entusiasmaba lo clásico y el antirromanticismo. Eran europeístas y seguían teniendo en cuenta los problemas de España, pero de una forma menos dolorosa. Huían del sentimentalismo y abandonaban el tono apasionado y entusiasta. Se preocupaban por el lenguaje, de forma que escribían para minorías. Era característico el intelectualismo, ya que se evitaba lo sentimental.
José Ortega y Gasset trató el problema de la decadencia española en España invertebrada y sus ideas sobre el nuevo arte en La deshumanización del arte. Esta última es una de sus obras más importantes, en la que analiza las vanguardias para destacar su gran importancia. Fundó la Revista de Occidente, que informaba sobre las vanguardias.
Destaca por sus descripciones líricas y su uso del lenguaje. Sus dos obras más importantes son Nuestro padre San Daniel y El obispo leproso, ambas forman un bloque.
Destaca por su perspectiva, su técnica y su lenguaje. Entre sus obras, destaca Belarmino y Apolonio, en la que los personajes encarnan ideas o actitudes. El lenguaje está cuidadosamente elaborado, con una sintaxis cuidada y un léxico elegante.