Portada » Historia » Potencias Emergentes: El Ascenso de China, Rusia, India y Brasil en el Nuevo Orden Multipolar
Los países desarrollados han reducido su peso en la economía mundial desde finales de los años 90. En cambio, China ha llevado a cabo una gran expansión comercial y política. Existen países que se posicionan como serios candidatos a liderar el mundo en un futuro (Brasil, India, Rusia,…). Los BRICS se caracterizan por una enorme población, una gran extensión, importantes recursos naturales y un fuerte crecimiento, pese a que sus sociedades presentan importantes desequilibrios estructurales.
El crecimiento económico de China ha mantenido una buena velocidad, se ha profundizado en las reformas realizadas. China es la principal potencia manufacturera mundial, y su potencial tecnológico ha logrado importantes hitos en materia de defensa y exploración espacial.
Se mantiene el orden interno, pero las crecientes diferencias sociales, la corrupción y la falta de libertades individuales han dado pie a protestas. Hay problemas regionales y étnico-religiosos en el extremo occidental del país (como el Tíbet). Actos terroristas de origen secesionista.
El principal reto es el descontrolado crecimiento de la desigualdad social, los peligrosos niveles de degradación ambiental y el enorme tamaño de la población.
La influencia se ha estudiado desde dos paradigmas: la amenaza china (el conflicto bélico es inevitable) y el desarrollo pacífico (China se está beneficiando del orden internacional).
En Taiwán, está ligado al desarrollo de China y cuanto más aumenta la influencia, menor es la de Taiwán.
En las últimas décadas se ha llevado a cabo una modernización integral de sus fuerzas armadas, que se ha llevado con gran secretismo, aunque es evidente el retraso de su ejército en algunas áreas.
China tiene en sus fronteras conflictos territoriales abiertos.
La Organización para la Cooperación de Shanghái (1996) es un foro de cooperación en materia de seguridad y desarrollo económico.
Se considera el ascenso de China como un futuro con un orden internacional más inseguro, perdiendo EE. UU. su situación de única potencia hegemónica. Se condena a China por el respaldo que brinda a regímenes que vulneran los derechos humanos, y su defensa de una visión tradicional de la soberanía.
Muchos cuestionan que China y EE. UU. estén abocados al enfrentamiento. Ambos países se benefician de un orden internacional basado en el mantenimiento de la paz y la interdependencia económica. Incluso hay quien apunta que la situación de China beneficiará al orden mundial a medio y largo plazo.
Es la forma en que China entiende la diplomacia y el modelo de desarrollo, con respecto a los países en vías de desarrollo y los africanos.
La posición occidental al respecto tiene por ejes principales el libre cambio, las privatizaciones, la reducción del papel del Estado y la desregulación de los mercados. Sin embargo, China defiende la no injerencia, promoviendo un desarrollo de infraestructuras y producción, y dejando los aspectos cívicos a las instituciones internas.
China coopera con otros países, pero de una forma egoísta, sin importarle su postura en materia de derechos humanos. Se habla de neocolonialismo chino en los países en vías de desarrollo, África subsahariana, donde la explotación de sus recursos naturales está en manos de empresas chinas sin preocupación alguna.
Otros analistas creen que la incidencia china es positiva, ya que está permitiendo que la población pueda acceder a bienes de consumo que antes quedaban lejos.
En el año 2000, Vladímir Putin inició su mandato. El incremento del precio del petróleo tras el 11-S mejoró la economía y permitió una rápida recuperación del empleo y del poder adquisitivo de los ciudadanos.
Esto, junto al éxito en la Segunda Guerra de Chechenia, reforzó el control de su país. Creó el partido Rusia Unida y se deshizo de sus rivales políticos.
En 2008, y ante la prohibición constitucional de acumular tres mandatos presidenciales consecutivos, nombró candidato presidencial a su primer ministro, Dmitri Medvédev, que nombró a Putin como primer ministro. En 2012, Putin volvió a obtener la presidencia. A día de hoy, el poder de Putin-Medvédev aparenta estar firmemente asentado pese al deterioro de la economía desde el inicio de la crisis de Ucrania.
Amenaza una política exterior cada vez más agresiva con Occidente.
Putin mantuvo inicialmente las políticas conciliadoras de Gorbachov y Yeltsin. En 2001 Rusia y China firmaron un Tratado de Amistad y, tras el 11-S, inició nuevas negociaciones de desarme con EE. UU., así como un acuerdo de cooperación con la OTAN.
Poco a poco Moscú comenzó a adoptar una posición más independiente. En 2007, Putin criticó la decisión del escudo antimisiles de Bush y suspendió la participación rusa en el Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE).
Tuvo contactos con Georgia, tras la “Revolución Rosa” de 2003 (protestas por fraude electoral), el nuevo presidente pretendía librarse de la hegemonía rusa con el apoyo de Occidente y la OTAN. Los sucesos en Osetia del Sur terminaron con el reconocimiento por parte de Rusia de su independencia.
Con Obama y la crisis de 2008, se rebajaron las tensiones entre Washington y Moscú, continuaron las negociaciones de desarme y se firmó el acuerdo START III en 2010. A pesar de ello, tuvieron un encontronazo sus posiciones en las guerras civiles en Libia y Siria.
El motivo de las tensas relaciones con Occidente es Ucrania. Al estallar la “Revolución Naranja”, miles de ucranianos se posicionaron del lado de Europa y en contra de Rusia. Crimea, poblada por rusos, no reconoció el gobierno provisional. Unidades paramilitares controlaron la región, que se declaraba independiente y solicitaba su anexión a Rusia; comenzó una guerra entre elementos separatistas y el Ejército ucraniano.
Rusia no ha dudado en ejercer su posibilidad de forzar la voluntad de algunos países por su dependencia energética de Rusia. Esto le ha conllevado sanciones económicas por parte de EE. UU. y Europa, a un país que sigue dependiendo fuertemente del precio del petróleo.
India es una de las grandes potencias emergentes, el Estado democrático más poblado del mundo y el segundo del planeta. Ha sufrido un desarrollo económico importante, aunque con problemas como la pobreza, la corrupción y los periódicos estallidos de violencia (religiosa).
La diversidad religiosa, étnica y lingüística es uno de sus rasgos característicos, y el propósito es respetarla.
Durante medio siglo, el Gobierno del Partido del Congreso y una misma familia estaban en el poder. Desde finales de los años 80, hay una de alternancia en el poder entre coaliciones encabezadas por el Partido del Congreso y su rival, el nacionalista e islamófobo BJP.
Se ha pasado del proteccionismo y la regulación estatal a un sistema más liberal, tras el final de la Guerra Fría. El laicismo sigue siendo la base de la convivencia. La política exterior de no alineación ha dado paso a una mejor relación con EE. UU.
La política económica impulsó la privatización, con resultados satisfactorios y tasas de crecimiento elevadas. Se inició también el despegue industrial.
El Partido del Congreso volvió en 2004, y el PIB indio creció a una tasa muy elevada. No afectó excesivamente la crisis de 2008, por sus fuertes exportaciones de servicios de tecnologías de la información, industriales, el crecimiento de las inversiones extranjeras y el sector servicios.
El principal freno al crecimiento económico es el de las infraestructuras subdesarrolladas, junto a una productividad del sector agrario, donde está empleada la mayoría de la población, con deplorables condiciones de vida y educación.
Tras pasar las tensiones a finales de los 90 relacionadas con las pruebas nucleares, las relaciones comerciales con China han recibido un gran impulso. La presencia internacional de la India ha aumentado por su participación en el G20 y las cumbres de los BRICS, así como su pretensión de convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad. India posee ya el noveno mayor presupuesto de defensa del mundo.
El principal origen de conflictividad es el de Pakistán acerca de Cachemira. Además del surgimiento de grupos rebeldes opuestos al dominio indio. Una escisión maoísta del Partido Comunista indio mantiene una insurrección en el este del país (naxalitas). Y atentados yihadistas de los últimos años.
Pretende ser referente internacional y alzarse con el liderazgo sudamericano.
Se introdujo el Plan Real (1992) con gran eficacia, frenando la hiperinflación y recuperando la confianza de las entidades crediticias internacionales.
En las elecciones de 2002 se impuso el Partido de los Trabajadores, que llevó a la presidencia a Lula da Silva, consiguiendo una reducción de la pobreza extrema, potenciación del desarrollo nacional y la expansión de la influencia exterior, a pesar de los escándalos por corrupción y financiación ilegal.
Brasil es hoy una democracia federal consolidada con gobernadores y un Congreso poderoso. Aunque coexiste con altos niveles de pobreza, no sufre conflictos regionales ni tensiones separatistas. El problema interno más serio es el de la violencia por el narcotráfico y redes criminales.
El ascenso internacional de Brasil se inició en los años 80, tras la dictadura militar. En 1991 nacía MERCOSUR. En 2000 se celebró la primera Cumbre Sudamericana, que condujo a la constitución de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
Brasil es hoy la 12ª potencia militar del planeta y aspira a obtener asiento permanente en el Consejo de Seguridad.
Su política regional se basa en la cooperación y la integración, así como en la defensa de la soberanía de los países de América Latina. Brasil no tiene un perfil militar, sino que se presenta como una promotora de la negociación internacional.
China es el principal mercado de exportación de Brasil y las relaciones con EE. UU. son cordiales; son socios distantes. Brasil es considerado un socio estratégico de la UE.
Pese al éxito de Mandela, la brecha entre blancos y negros sigue siendo enorme. Sin embargo, la política de gasto público impulsada por la CNA ha mejorado las infraestructuras básicas y de los servicios sociales. Aun así, gran parte de la población vive en pobreza y las comunidades siguen viviendo separadas.
Tras la presidencia de Mandela se impulsó la política social y la pacificación de los conflictos del África subsahariana.
Zuma fue presidente en 2009. Hubo escándalos de corrupción, mala gestión de la crisis de 2008 y la brutalidad policial en las represiones. Durante su mandato se ha mantenido la estabilidad interna y una política exterior muy activa (participación de tropas en misiones de paz, adhesión a los BRICS…)
Los analistas de Goldman Sachs empezaron a hablar de los Next-11, que se convertirían en potencias emergentes de segundo orden: Bangladés, Egipto, Indonesia, Irán, México, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Corea del Sur, Turquía y Vietnam.
MIKT países más desarrollados de los N-11 (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía), se cree que van a crecer económicamente al margen de lo que les ocurra al resto. Se ha añadido Australia, formalizando el Foro de Cooperación MIKTA.
En 2006, VISTA (Vietnam, Indonesia, Sudáfrica, Turquía y Argentina), nueva generación de países emergentes caracterizados por su estabilidad política, crecimiento, recursos naturales,fuerza laboral y condiciones para incrementar el comercio.
En 2009, CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica), potencial de crecimiento y su apertura económica.