Portada » Biología » Cultivo de la Vid: Poda, Injerto, Fenología y Ecología
La poda es una práctica fundamental en el cultivo de la vid que alarga su vida y asegura la cosecha de un año para otro. Sus objetivos principales son:
Se realiza durante los primeros tres o cuatro años. Las primeras podas determinan la forma y el tipo de crecimiento de la planta.
Cuando la vid ha adquirido su forma definitiva, las podas de fructificación sirven para mantener la forma de la vid y controlar su crecimiento.
Es un sarmiento que, sin cortarlo de la cepa, se entierra parcialmente en el lugar próximo a la misma en el que hay una falta, doblándolo de manera que quede la punta con un par de yemas al aire, con el fin de que arraigue y dé origen a una nueva cepa. Una vez que ya tiene raíces el sarmiento enterrado, se puede destetar o cortar, ya que, al poseer raíces propias, no depende de la planta madre y puede generar su propio sustento.
El injerto es un método de propagación vegetativa artificial de los vegetales en el que una porción de tejido procedente de una planta (la variedad o injerto propiamente dicho) se une sobre otra ya asentada (el portainjerto o pie), de tal modo que el conjunto de ambos crezca como un solo organismo.
El suelo debe ser nivelado y limpio de malezas. Luego, debe ser trabajado con profundidad y abonado naturalmente. Si se utilizan abonos artificiales, se debe realizar un análisis para determinar los minerales que le hacen falta a la tierra. La vid es similar a una liana con raíces capilares, por lo que el buen escurrido del agua es crucial, no debiendo detenerse más que el tiempo exacto para brindar a la planta el alimento requerido.
Los factores ecológicos que influyen en el cultivo de la vid se clasifican en:
El microclima en viticultura se refiere al ambiente que rodea inmediatamente al viñedo. Este puede ser modificado mediante prácticas culturales, como podas, para lograr mayor iluminación en hojas y bayas, o enyerbados entre filas o suelo desnudo, para aumentar o disminuir la temperatura ambiental.
La pendiente, exposición, orientación y altitud, entre otros, son aspectos geomorfológicos que afectan a la calidad del vino. La influencia de la topografía en la viña se viene considerando como factor que afecta a la calidad del vino desde la época del Imperio Romano. Las laderas son factores fundamentales de calidad en zonas frescas, donde la temperatura está en el límite de las necesidades de la variedad. La exposición de las laderas determina el riesgo de helada, la radiación y la disponibilidad térmica, la disponibilidad de agua, la composición del suelo y, por tanto, afecta a la composición de las bayas, a la maduración, a la fenología y, en definitiva, a la calidad del vino. La altitud determina la temperatura y, por lo tanto, afecta a la precocidad y la calidad del vino.
El agua se desplaza sobre la superficie del área a regar, cubriéndola total o parcialmente, conducida solamente por la diferencia de cota entre un punto y otro, por la acción de la fuerza de la gravedad. No requiere inversiones en equipos de bombeo, tuberías, válvulas, etc., pero sí precisa nivelaciones y sistematización para poder conducir el agua adecuadamente. Según la topografía y el tipo de sistematización que se haya realizado en la finca, se pueden dividir en dos grupos principales: con pendiente o sin pendiente. Cuando se riega sin pendiente, es decir, cuando la superficie a regar es “llana”, el método consiste en “llenar” el surco con el volumen deseado de agua y luego cerrar este “recipiente” y pasar a regar otros. El surco permanece con agua hasta que el volumen se infiltra.
Un portainjerto (también denominado patrón o pie) es una planta, incluso a veces solo las raíces y un poco del tronco de una de ellas, que ya tiene desarrollado un sistema radicular adecuado, y que se usa para injertar sobre él una yema o un pequeño esqueje de otra planta. La parte del árbol que se injerta sobre el portainjerto se suele denominar variedad. La variedad es la planta que se quiere cultivar y que tiene las características deseadas por el propagador o agricultor. El portainjerto es la parte subterránea que trabaja e interactúa con el terreno para absorber el agua y los nutrientes que necesita la parte aérea del individuo así formado.