Portada » Filosofía » Estética en el Helenismo: Epicúreos, Escépticos y Estoicos
En este periodo se produce un cambio de mentalidad y, por lo tanto, un cambio de carácter en la filosofía. Las aspiraciones del conocimiento del mundo y de la vida pasaron a ser aspiraciones de vivir mejor y más felizmente. Esto repercutiría claramente en la estética: ya los filósofos no se preguntarían qué es el arte ni la belleza, sino cómo pueden ayudar al hombre para lograr la felicidad. Vamos a ver las teorías estéticas de las tres grandes escuelas helenísticas: los epicúreos, los escépticos y los estoicos.
Entre los escritos del fundador de esta escuela, Epicuro, encontramos algunos tratados sobre arte. Estos se perdieron, y fueron algunos de sus seguidores los que nos han transmitido las enseñanzas de Epicuro.
La filosofía epicúrea entendía la existencia de una forma materialista, la acción de una forma hedonista y el conocimiento de una manera sensualista. Esto repercutió en su estética. No se interesaban por la belleza espiritual. A consecuencia de su hedonismo, los epicúreos veían el valor de la belleza y el arte en el placer proporcionado por ellos. Y conforme a su sensualismo, relacionaban el placer y la belleza con impresiones sensoriales.
El concepto hedonístico de la belleza redactado por Epicuro tenía dos variantes:
Ambas variantes son hedonistas, pero se diferencian de forma esencial. Según la primera, toda belleza depende del placer, por lo tanto, tiene su valor. La segunda defiende que existe una belleza que carece de valor.
Epicuro explica que toda acción del hombre corresponde a una necesidad. Existen necesidades prescindibles e imprescindibles. La belleza no es una necesidad imprescindible, y el arte, por lo tanto, es superfluo. Además, lo consideran algo incapaz de ser autosuficiente, ya que lo imita todo de la naturaleza. Por esta razón, los epicúreos no apreciaban el arte en absoluto. A la música y a la poesía las llamaba “ruido” y “cosas nefastas”.
Su principal idea filosófica sobre la imposibilidad de conocer la aplicarían al concepto de verdad y bien. En un principio no se pronunciarían sobre la estética, pero sí lo haría un representante tardío de la escuela. A su teoría estética le aplicaron sus conceptos escépticos. Su principal argumento es la diversidad y disparidad de juicios sobre la belleza y el arte. Explican que si la belleza y el arte existen, no podemos conocerlos. Los escépticos combatieron la teoría del arte, en particular la literatura y la música (la teoría de las artes plásticas no se había desarrollado).
En lo que concierne a la poesía, los escépticos afirman que esta no ofrece ningún provecho y que incluso es perjudicial, ya que su carácter de ficción produce confusión en la mente. Esta crítica tiene tres puntos:
El ataque a la música consiste en la oposición al aspecto espiritual de la música que defendían, entre otros, los pitagóricos. La fuerza de la música era nada más que una ilusión y no un poder mágico que afectaba al alma. Además, explica que la música no tiene por qué ser una fuente de placer porque hay personas que no tienen un buen oído musical. Además, no lo considera una fuente de erudición como defendían muchos, porque mucha gente sin estudios sentía placer con la música. Dice que la música, además, no siempre es buena y perfecciona el alma, ya que hay música que produce embriaguez, pereza y ruina.