Portada » Filosofía » Logoterapia, Humanismo y Crítica a la Religión: Feuerbach, Marx y la Perspectiva Cristiana
La logoterapia proviene de la palabra griega logos, que equivale a “sentido”, “significado” o “propósito”. Esta terapia se centra en el sentido de la existencia humana y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre. De acuerdo con esta postura, la primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrarle un sentido a su propia vida. Por eso, el psiquiatra vienés alude constantemente a la voluntad de sentido, en contraste con el principio del placer que rige el psicoanálisis freudiano y, en oposición, también con la voluntad de poder, enfatizada por la psicología de Alfred Adler.
Humanismo actual: El hombre es y debe ser el centro del mundo. El hombre procede de la naturaleza, pero no es como los demás; tiene una dignidad absoluta, es un fin en sí mismo. Él es el protagonista de la historia gracias a su libertad.
Ludwig Feuerbach: Su teoría para explicar la religión es lo que se conoce como La Teoría de la Proyección.
Esta parte de la afirmación de que el ser humano se diferencia del animal porque es capaz de tener conciencia de sí y de la humanidad.
Lo que hace la persona religiosa es proyectar, fuera de sí mismo, su conciencia y atribuirle a Dios lo que él mismo (el ser humano) no es, pero de alguna manera desearía ser.
Es decir, el ser humano, al no encontrar en sí mismo su plenitud, proyecta sus deseos hacia la infinitud de un Dios.
Por lo tanto, su propia esencia la objetiva en la religión, y Dios es algo así como lo que desea ser el ser humano, pero no lo es realmente.
Cuando la persona realiza esta proyección religiosa, lo que hace es alienarse, es decir, se hace ajeno a sí mismo. Por lo tanto, esta experiencia lleva a la negación del ser humano.
Por esto, en el ateísmo de Feuerbach, el negar a Dios es decir sí al ser humano, de manera que el hombre es el centro y el fin de la religión.
Respuesta cristiana: El hecho de que el hombre haya deseado desde siempre la existencia de un dios no demuestra nada a favor ni en contra de su existencia real.
Es verdad que una cosa no existe por el mero hecho de que se la desee, pero no es exacto que una cosa no pueda existir porque se la desea.
Lo positivo de Dios, como su misericordia, bondad, proviene de un conocimiento intuitivo de Dios. A través de la bondad, belleza de la creación, podemos intuir cómo es Dios. Por lo tanto, las aplicaciones de los atributos de Dios no significa que se los apliquemos a Dios como una proyección de la esencia del hombre.
La suposición de que el hombre sin Dios se realiza más plenamente a sí mismo no está en absoluto demostrada, ni se puede verificar históricamente. Hoy, cuando la increencia es más general, ¿es el hombre más feliz? ¿Está más a gusto consigo mismo?
Que el hombre siempre tenga presente una idea de Dios, o de lo divino, significa que el hombre es un ser que lleva en sí la llamada a un encuentro con un ser trascendente que colme sus anhelos de felicidad. Este es un argumento más a favor que en contra de la realidad de Dios.
Peligro de fabricarse un dios a la medida de los propios deseos e intereses. Peligro de manipular a Dios poniéndolo a nuestro servicio, o de no aceptarlo como es y como se manifiesta.
Karl Marx: ideas de su pensamiento:
El trabajo es el medio por el cual el hombre se relaciona con la naturaleza y constituye la base de toda sociedad.
La historia humana es, por tanto, el proceso por el cual los hombres satisfacen sus necesidades, dominan progresivamente la naturaleza y construyen la sociedad.
La organización de la vida social, lo que los hombres piensan de sí mismos y del mundo, depende, en última instancia, de lo que los hombres producen y de cómo lo producen.