Portada » Educación Artística » Los Jugadores de Cartas: Una Mirada a la Pintura de Cézanne
Se trata de un cuadro pintado al óleo con pinceladas breves de diferentes tonalidades, con ellas se va modelando el volumen de personas y objetos. En este cuadro predomina una paleta cálida. El personaje de la izquierda lleva una chaqueta donde predominan los tonos marrones y unos pantalones donde predominan los tonos ocres claros; en el personaje de la derecha ocurre lo contrario.
En esta obra se detecta mejor la concepción arquitectónica de la composición. Por ejemplo, las mangas de la chaqueta o el mantel de la mesa. Cézanne, en 1904, comentó que la naturaleza debía ser tratada según el cilindro, la esfera y el cono, y todo ello dentro de la perspectiva.
El dibujo está presente, con líneas recias, de tonos oscuros. Los brazos doblados forman ángulos agudos sobre la mesa horizontal; los sombreros, cilíndricos. Pero las pinceladas de color representan el juego de los colores complementarios, es frecuente observar pinceladas lilas junto a ocres amarillentos.
Se ha de decir que en algunas partes del cuadro, como la cabeza del padre Alexandre, carecen de líneas de contorno, de modo que la forma se ha construido a base de un mosaico de pinceladas.
La idea de pintar una pareja de jugadores le vino en su ciudad natal. Cézanne partió de una composición más amplia con cinco personajes (en Merion), luego con cuatro (Nueva York), y por último, realizó tres versiones con una pareja (Museo de Orsay).
El número de figuras y la presencia del resto de elementos favorece una composición muy simétrica, cuya línea central viene marcada por la línea de luz que se refleja en la botella de vino. El pintor se interesaba más por la composición de sus cuadros que por sus figuras. La disposición de los personajes, sentados a la mesa ante una botella, obedece a una composición piramidal. A pesar de que la versión del Courtauld Institute tiene un formato más grande (0.60 x 0.73 m) frente a la del Museo de Orsay (0.47 x 0.57 m), a la izquierda se reconoce el Père Alexandre, jardinero de Cézanne. A la derecha se encuentra en ambos cuadros el mismo campesino.
Después de la pintura impresionista se desarrollan dos estilos: el neoimpresionismo, que intentaba llevar al extremo las ideas impresionistas, y el postimpresionismo, que abriría nuevos caminos. Cézanne es un pintor postimpresionista. El pintor impresionista Pissarro introdujo a Cézanne en la estética impresionista y en la pintura al aire libre. En el verano de 1908, Braque pinta en su casa del Estanque, paisajes y naturalezas muertas en las que intentaba llevar a la práctica los planteamientos de Cézanne de definir los objetos a partir de formas geométricas.
La crítica tardó mucho tiempo en tomar conciencia del gran talento de Cézanne. Algunos empezaron a interesarse por su obra en la década de 1890. El cuadro fue adquirido por su marchante Ambroise Vollard, pasó por diferentes personas hasta llegar a las manos del conde Isaac de Camondo. Se deduce que la obra de Cézanne parte del impresionismo y será el punto de partida del cubismo analítico.
Nació en el seno de una familia burguesa. Su padre compró una mansión donde entró en contacto con la naturaleza y trabajó lejos de la ciudad. El arranque como pintor tiene lugar en Aix, en una escuela de dibujo, donde el punto de referencia era la obra de David. Sus primeras obras son estudios y copias del natural. Establece una amistad con Émile Zola. Gracias a él conocerá el naturalismo y la literatura románica. Su padre quería que estudiase derecho. Se trasladó a París en el 61 y empezó a pintar.
En la academia Suisse conoce a Armand Guillaumin, Claude Monet y a unos cuantos más. Visitaba con frecuencia el Museo del Louvre. El ambiente artístico parisino parecía venirle grande. El suspenso en el examen de ingreso de la Escuela de Bellas Artes le obligó a volver a Aix para trabajar con su padre. El despegue de su obra pictórica se da entre 1864 y 1870. Podemos establecer cuatro etapas:
Este cuadro nos muestra dos hombres sentados, colocados a ambos lados de una mesa, jugando a las cartas en una taberna. Los dos adoptan actitudes contrapuestas. El de la izquierda, poco iluminado, con el cuerpo rígido. El de la derecha, más iluminado, con mayor viveza. Cézanne utiliza el cilindro para el jugador de la izquierda y formas más onduladas para el de la derecha.
Las cartas son de colores contrapuestos, blancas para el de la izquierda y grises para el de la derecha. A Cézanne solo le interesa lo estrictamente pictórico, pero el tema de este cuadro lo relaciona con la cotidianidad de los pintores realistas, especialmente de Courbet.
En 1860, Daumier pintó Jugadores de ajedrez. Cézanne se interesó por el tema de los jugadores de cartas, que ya habían tratado los hermanos Le Nain y Georges de la Tour, y por ello pintó cinco cuadros con este tema.