Portada » Historia » El Desastre del 98: Causas, Desarrollo y Consecuencias de la Guerra Colonial
España pasa a ser una potencia de segundo orden. A finales del siglo XIX, España se encontraba aislada internacionalmente. En este contexto perdemos Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
La Isla de Cuba presentaba unas cualidades que la hacían objeto de deseo:
Su valor estratégico. España la utilizó como plataforma para conquistar México y como base de defensa de las Indias Occidentales y puerto comerciales.
La existencia de tierras fértiles y abundancia de agua y bosques, por lo que era económicamente interesante, sobre todo cuando se convirtió en una gran productora mundial de azúcar y tabaco.
La dominación de Cuba por parte de España pasó por diferentes momentos:
Cuba pertenece a España desde que fue descubierta por Cristóbal Colón (1492) y conquistada por Diego Velásquez (1511).
En 1869 estalló en Cuba una insurrección armada, iniciada por Carlos Manuel Céspedes con el Grito de Yara “Viva Cuba libre”. Los EEUU apoyaron ese movimiento e intentaban comprar la Isla.
En 1878, por la paz de Zanjón, Martínez Campos firmó la paz con los insurrectos cubanos. Pero las promesas de autonomía no se respetaron y los cubanos seguían pidiendo: participación en el gobierno de la isla, libertad de comercio y abolición de la esclavitud. A estas peticiones se oponían los grandes propietarios, los negreros y los comerciantes peninsulares porque iba contra sus intereses, por lo que siguió habiendo brotes de conflictividad.
En Cuba se crearon dos grandes partidos:
El Partido Autonomista, formado por una parte de la burguesía criolla.
La Unión Constitucional, formada por los españoles que vivían en la isla.
Maura, ministro de ultramar, propuso en 1893 una cierta autonomía para Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Esto no fue aceptado por lo que Maura tuvo que dimitir.
Ante la falta de respuestas por parte del gobierno español, crecen los deseos de independencia, por lo que José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, cuyo objetivo era conseguir la independencia. Este partido recibe el apoyo de los EEUU.
El resultado es que estalla la guerra en Cuba y Filipinas.
Los criollos quieren independencia política y económica.
La intransigencia de España al no concederle autonomía a la isla. Por el contrario, se enviaron muchos emigrantes.
Los intereses económicos y políticos de España, ya que el comercio con Cuba se realizaba prácticamente en régimen de monopolio.
El desarrollo económico de la isla hizo que EEUU quisiera dominarla.
La guerra estalló en 1895, con el “grito de Baire” y se extendió por toda la isla hasta llegar a La Habana.
A continuación se proclamó el Manifiesto de Montecristi, redactado por José Martí y Máximo Gómez líderes civil y militar del Partido Revolucionario Cubano. Cuando muere Martí, asumen la dirección militar de los rebeldes Gómez y Antonio Maceo.
Cánovas decide enviar al general Martínez Campos para negociar y evitar el avance de los separatistas, pero fracasó, por lo que lo sustituye por el general Weyler que propone:
crear unas líneas fortificadas para dificultar el movimiento enemigo.
concentrar a los campesinos en zonas determinadas para impedir que ayuden a los rebeldes.
La guerra no era favorable a los españoles por el medio en que se desarrolla, (la selva), por el método utilizado por los insurrectos (la guerrilla), la falta de material adecuado y las enfermedades tropicales que afectaban a la tropa española.
Tras el asesinato de Cánovas, Sagasta releva a Weyler y envía al general Blanco y organiza un gobierno semiautonómico en la Habana, pero esta solución no convenció a nadie, sobre todo porque los independentistas contaban con el apoyo de los EEUU.
Mientras, el presidente norteamericano, Mac Kinley, le pide a la regente Mª Cristina la venta inmediata de la isla para evitar su intervención militar. En febrero del 98, el acorazado Maine enviado a Cuba por los EEUU explotó y se hundió con parte de la tripulación en la Bahía de la Habana. Los EEUU culparon a España y se ofrecieron a comprar la isla, pero los políticos de la Restauración prefirieron una derrota honrosa antes que una paz comprada. Los EEUU declaran la guerra a España en abril del 98.
La escuadra española mandada por el almirante Cervera fue derrotada en la batalla de Santiago, donde anticuados barcos españoles se enfrentaron a los navíos modernos de los americanos.
Al año siguiente de estallar el conflicto con Cuba (1896), Filipinas también se levantará en armas contra España.
Filipinas resultaba interesante por su producción de tabaco y por la posición que ocupaba para los intercambios comerciales con Asia. Al frente de la insurrección se encontraba la Liga Filipina, fundada por José Rizal y una organización clandestina denominada Katipunan.
Para sofocar la rebelión, España mandó al general Polavieja, que actuó con extrema dureza, condenando a muerte a Rizal.
Cuando suben al poder los liberales se nombra capitán general a Fernando Primo de Rivera, que gracias a una negociación con los jefes de la insurrección consiguió una pacificación momentánea del archipiélago.
Finalmente, la escuadra española será aniquilada por los EEUU en Cavite en 1898.
España tuvo que aceptar la mediación de Francia y la paz, por lo que en 1898 se firmó el Tratado de París. Por esta paz España concedía a Cuba la independencia y cedía Puerto Rico, las Filipinas y la isla de Guam a EEUU, como indemnización por la guerra.
Meses después, España vendía a Alemania las Carolinas y las Marianas. Un pequeño número de soldados en Baler continuaron la guerra hasta 11 meses después.
Esta situación se llamó “el desastre” ya que después de la guerra se inició un periodo de pesimismo y crítica al régimen de la Restauración, sobre todo al sistema canovista, al centralismo y a la ausencia de una política social. También se buscan responsables y responsabilidades:
A la clase dirigente porque no tomaron las medidas adecuadas para evitar enfrentarse a los EEUU.
A la opinión pública porque apoyaban la intervención.
A la prensa que alentaba a la muchedumbre y presionaba a los gobiernos.
Gran número de muertos, aunque se debieron más a las enfermedades que al desarrollo de la guerra.
El reclutamiento para la Guerra de Cuba solo afectó a los que no tenían dinero, ya que se podía evitar pagando 2.000 pesetas.
Con la independencia de las últimas colonias, se produjo la desaparición de los mercados coloniales, lo que perjudicó las exportaciones de los productos españoles, y al mismo tiempo se encarecían los bienes importados de las antiguas colonias. Además, Aumentó la deuda pública por los gastos de la guerra, pero la repatriación de muchos capitales, hicieron que el desastre económico fuese menor de lo esperado.
Se incrementó el rechazo al ejército, el movimiento obrero hizo campaña contra el reclutamiento injusto, y entre los militares creció el convencimiento de que la derrota se debió a la ineficacia y corrupción de los políticos, por lo que debían de intervenir más en la política del país.
Apareció un movimiento intelectual y crítico, el Regeneracionismo, que rechazaba el sistema político y social de la Restauración. Algunos de sus representantes son Unamuno, Joaquín Costa y Ángel Ganivet. Este movimiento tuvo una vertiente literaria, la generación del 98, que pensaban que tras la pérdida de las colonias había que dar un nuevo impulso a la vida intelectual y política.
En el contexto internacional, España pasó a ser una potencia secundaria y la prensa extranjera presentó a España de una forma muy negativa. La crisis política estimuló el crecimiento de los movimientos nacionalistas.
El desastre del 98 significó el fin del sistema de la Restauración tal y como lo había diseñado Cánovas y la aparición de una nueva generación de políticos que empezaron a actuar en el nuevo reinado de Alfonso XIII.