Portada » Francés » Manejo y Cuidado de Plantas: Oligoelementos, Madera Tratada y Técnicas de Jardinería
El sulfato, después de oxidarse, forma el ión sulfato. Este proceso acidifica el suelo y es bastante móvil en la solución del suelo. Se aporta más en cultivos sin suelo y en invernaderos que en cultivos con suelo y a pleno campo. En los segundos, la materia orgánica y las lluvias ácidas suelen satisfacer con creces las necesidades de los cultivos.
Aunque se encuentran en la planta y en el suelo en cantidades muy pequeñas, son fundamentales para el desarrollo del cultivo. Sus carencias en cultivos no son infrecuentes, bien por su inexistencia, bien por su bloqueo. A partir de unas determinadas concentraciones son tóxicos.
Es un constituyente de varias enzimas y controla la síntesis del ácido indolacético. Es absorbido por las plantas directamente del suelo como ion Zn2+ o mediante pulverizaciones foliares. Las carencias se manifiestan, sobre todo, en las zonas de crecimiento terminal; la longitud del tallo se reduce y las hojas terminales adquieren forma de roseta, clorosis entre las venas de la hoja, reducción de yemas florales, caída de las ramitas después del primer año.
Indispensable para la formación de la clorofila y actúa como un activador de los procesos bioquímicos como la respiración, la fotosíntesis o la fijación simbiótica del nitrógeno. Sus deficiencias son debidas generalmente al bloqueo por el manganeso o por el calcio. La planta lo absorbe en forma de iones Fe2+ y Fe3+, directamente del suelo o a través de las hojas. Las plantas manifiestan sus carencias en este elemento mediante clorosis entre las nervaduras, permaneciendo estas verdes.
Acompaña al hierro en la formación de la clorofila. Es un activador de determinados enzimas que intervienen en los procesos de crecimiento. Cuando su concentración en el suelo es elevada, bloquea al hierro. Las deficiencias aparecen en clorosis parecidas a la del hierro, con una coloración verde pálida que oscurece las venas, pero sin una distinción tan marcada como en el hierro.
La madera tratada está protegida contra organismos xilófagos mediante la introducción de productos químicos o mediante procesos físicos; la acción del fuego, mediante la introducción de productos químicos; la acción del sol y la lluvia, mediante la aplicación de productos de acabado. Se realiza con carácter preventivo, curativo o de mantenimiento. El grado de protección puede ser superficial, medio o profundo, según la protección y retención del protector de la madera.
La tierra está por capas, siendo mejor la superficial. Se debe colocar tierra vegetal en la base del agujero. No se debe enterrar el cuello del ejemplar, excepto en palmeras, donde se entierran las raíces adventicias.
Debe ser estético, separado del cepellón y con un separador para que no rocen. Debe asegurar contra el viento, con triangulación para grandes ejemplares, usando tirantes y anclajes. Dejar espacio para que crezcan.
Labores: segar, fertilizar, escarificar, tratamientos fitosanitarios, resiembra. Abonar el 1 de marzo y el 1 de septiembre después del corte (3 o 4 veces). Escarificar el 1 de marzo. Aplicar el primer herbicida una semana antes de escarificar y resembrar.
Cultivos anuales, plantas de temporada. Plantar (4 veces), limpiar hierbas, quitar hojas y ramas secas.
De mayor a menor coste: