Portada » Filosofía » La Armonía entre Fe y Razón en la Filosofía Medieval: Tomás de Aquino y San Agustín
Filosofía y religión
La fe cristiana ofrecía una verdad definitiva. Bastaba con tener fe para encontrar la solución a muchos de los problemas que preocupaban a los seres humanos y a los filósofos. El teocentrismo se instauró y el cristianismo se presentó como la única verdad segura. Desde el punto de vista cristiano, el interés por la filosofía no decayó. Algunos la rechazaron, otros la acogieron como instrumento al servicio de la fe. A lo largo de la Edad Media se aprecia un incremento del interés por la filosofía. La figura más importante de la patrística, Agustín de Hipona, intentó armonizar fe y razón. En su opinión, la fe dirige la investigación, pero, a su vez, esta investigación consolida y enriquece la fe. Su pensamiento era «Creo para comprender». San Agustín, tras convertirse al cristianismo, combatió el escepticismo de la Academia platónica, subrayando no solo que existe una verdad (Dios), sino que la podemos conocer, y que Dios concedió al ser humano la libertad para que pudiera hacer el bien y contribuir al triunfo de la ciudad de Dios sobre la ciudad terrenal. La relación entre fe y razón siguió siendo problemática, hasta el punto de que una corriente de pensamiento cristiano, el averroísmo latino, propuso la teoría de la doble verdad, según la cual algo podía ser filosóficamente verdadero y teológicamente falso.
Tomás de Aquino distingue dos órdenes —el natural y el sobrenatural— y dos fuentes de conocimiento adecuadas para cada uno de ellos —la razón y la revelación, respectivamente—, pero considera que no puede haber más que una verdad, dado que tanto el ser como la revelación proceden de Dios. La razón y la fe son independientes. Dios nos da la razón, y tanto la razón como la fe conducen a Dios. A la razón, Tomás de Aquino le concedía gran importancia. Existe una teología natural, una vía de acceso desde la razón hacia Dios. La razón no solo permite explicar la realidad sensible, también nos puede conducir hacia ciertas verdades metafísicas. Estas verdades suprasensibles demostrables racionalmente son los preámbulos de la fe, y entre ellos destaca la existencia de Dios. La razón ayuda a la fe mediante la demostración de los preámbulos de la fe comparando con la experiencia sensible. Tomás de Aquino afirma que la verdad revelada sigue siendo necesaria; fundamentalmente por dos motivos: 1) La mayoría de los hombres carece de preparación filosófica y de tiempo suficiente para descubrir los preámbulos de la fe. 2) La razón no es suficiente para alcanzar completamente a Dios, que va más allá de todo conocimiento. Si la razón llega a conclusiones contrarias a la fe, quiere decir que ha cometido algún error. La fe nos dice que es necesario revisar los razonamientos y encontrar los errores.
En la Edad Media, hubo autores que elaboraron demostraciones de la existencia de Dios para eliminar la posibilidad del agnosticismo y del ateísmo. Otros cristianos creían que la existencia de Dios era tan evidente que no requería ninguna prueba, o bien que esa prueba no es posible y solo por la fe podemos saber que Dios existe. Quizá las dos pruebas más sobresalientes son el argumento ontológico, que tiene la peculiaridad, frente a las otras pruebas mencionadas, de no partir del mundo y de la necesidad de un ser superior para explicarlo, sino de la definición de Dios. Tomás de Aquino cree que es posible alcanzar algunas verdades metafísicas mediante la razón. Una de esas verdades es la existencia de Dios, que es demostrable mediante cinco vías. Santo Tomás debe aclarar dos problemas: ¿es evidente que Dios existe?, y si no es evidente, ¿es posible demostrar su existencia? Sus respuestas serán las siguientes: 1) La definición de Dios como ser necesario, es decir, como un ser que no puede no existir, podría llevarnos a afirmar que es evidente. Pero hay que demostrar que existe ese ser necesario, lo que no es evidente para todos nosotros. Solo lo es para quienes saben que existe y conocen qué es: únicamente ellos comprenden qué significa ser necesario. 2) Aunque no se puede demostrar la existencia de Dios partiendo de las causas de ese Dios, sí puede hacerse partiendo de sus efectos, de la Creación.