Portada » Lengua y literatura » Autores y Tendencias de la Literatura Gallega Contemporánea
Periodista y escritor de éxito dentro y fuera de nuestras fronteras, Manuel Rivas es el escritor gallego con mayor proyección literaria internacional. Su extensa obra se compone de libros de poemas, novelas, cuentos, teatro, libros, informes y crónicas periodísticas. Se dio a conocer con la novela Todos Ben. Otras obras destacadas son: Comer papas, La compañía salvajes, ¿Qué me quieres, amor?, El lápiz del carpintero y La mano de sus obras en Visión 1 paíños. En su obra, muestra la ironía y la simpatía de Galicia, que aparece caracterizada como un espacio que sintetiza las zonas rurales y urbanas. Los toques de humor se combinan con la plasmación y el acuerdo de la realidad social de nuestro país.
Como poeta, Luís Xosé Méndez Ferrín comienza con un tema existencial en línea con la escuela Tebra. Da el siguiente paso con la poesía reivindicativa en 1976. La publicación de Con pólvora y magnolias inicia una nueva etapa en la poesía gallega que rompe con la tendencia social realista de los seguidores de Celso Emilio. En su trabajo coexisten dos líneas poéticas esenciales: una lírica e íntima, y otra exigente y concienciadora. Destaca el tono épico, la riqueza métrica y la variedad de imágenes.
Escritor y guionista, Suso de Toro colabora también en la prensa. Su trabajo tuvo un gran impacto en la narrativa de los pasados años. Se dio a conocer con Caixón desastre y Polaroid. Otras obras destacadas son: Land Rover, Ambulancia, Tic-Tac, La sombra cazadora, Trece campanadas, Morgún y El hombre sin nombre. En toda su obra se pueden señalar algunas características comunes: la presencia de entornos urbanos y personajes marginales, la ironía, la alimentación de los discursos y la apertura a nuevos lenguajes audiovisuales.
Uxío Novoneyra es especialmente importante por su poesía paisajística. Presenta el Courel, sus montañas y la gran naturaleza antes de que se haya anulado al hombre, reduciéndolo a la compenetración espacial. Expresa un punto simple y su fusión con la naturaleza. Cultivó la poesía social, la íntima, la erótica y los poemas caligráficos. Entre sus obras destacan Los campos y El libro de Courel.
Después de una etapa existencialista inicial, María-Manuel da paso a la jardinería y especialmente a la poesía social. Tiene un notable contenido ideológico y demuestra su compromiso nacionalista: denuncia el colonialismo que sufre Paulo, los defensores de la agresión que sufre la poesía gallega, la denuncia y la reivindicación. Entre sus obras destaca Tierra, poemas para construir una patria.
Alfredo Conde es especialmente importante por su narración, que empieza en 1974 con el libro de cuentos Memento Vivos. Otras obras destacadas son: Come y bebe que es el barco de amor, Memoria de Noa, Ya cae el grifo en el viento, Siempre me matan, Romasanta. Memorias inciertas del hombre lobo y Lukumi. También se dedica al periodismo literario, con una columna diaria publicada en El Correo Gallego.
Alexandre-Marília destaca por la aprobación del gallego como lengua literaria. Es autor de una obra extensa, con numerosos premios dentro de la narrativa, la poesía, la traducción y el cómic. Entre sus obras destacan Muslo de hormigas, La banda sin futuro, Tránsito de los gramáticos, El contra públicos compañoa clandestina y Teoría del caos.
La poesía de Johán Torres es íntima y trata temas sociales. En poesía destaca Ría. Como narrador escribió Adiós, María, una novela que se ajusta dentro de la nueva narrativa gallega. En teatro destacan Al otro lado de Iberr y Un hotel de primera sobre el río.
Dos grandes temas en la poesía de Bernardino Graña: la naturaleza y el amor. Los libros Profecía del mar y No ver Vigo y Cangas le valieron la denominación de poeta del mar. También utiliza palabras marineras y giros idiomáticos de la lengua viva de Cangas. En teatro destacan Veinte mil pesos de la delincuencia y Los burros que comen oro nunca cagan dinero.
Factores que influyen en la literatura gallega actual:
La narrativa gallega ha experimentado un gran crecimiento en las últimas décadas. El número de narradores es ahora considerable. Los que se dieron a conocer en los años 60 continúan publicando nuevos textos, como Méndez Ferrín y Casado. En los años 70 destacan Víctor Freixanes, Alfredo Conde y Xavier Alcalá. En los años 80: Manuel Rivas, Suso de Toro, Johán Darío Choza y Marina Mayoral. En los últimos años: Xosé Miranda, Francisco Alonso, Alexandre-Marília, Santi Jaureguizar, Jorge Borraz, Antón Conejo Brook y Rosa Aneiros.
Se trata de una gran variedad de temas: novela histórica, realista, de aventuras, misterio, horror, etc. Incluso surgen nuevos subgéneros narrativos como la novela policíaca, la ciencia ficción y la literatura fantástica. También hay una importante producción de narrativa dirigida a niños y jóvenes, con autores como Fina Casalderrey, José Cruz A. Neria y Agustín Fernández Paz.
La Generación Minerva está formada por escritores nacidos en los años 30 y 40, que publicaron sus obras en los años 50. Sus características principales son: educación universitaria, monolingüismo en gallego y participación política activa.
El desarrollo del género teatral en el primer tercio del siglo XX experimentó un largo silencio impuesto en Galicia tras la Guerra Civil. Esta paralización se manifestó también en la producción teatral en el exilio americano. Con la creación de la Editorial Galaxia en 1950, se retomó la publicación de textos dramáticos a mediados de los años 60. Desde entonces, se ha producido una recuperación del género. En los años 70 surgen nuevos grupos, destacando entre 1973 y Escaparate Teatro de Beja, que sirve como lugar de encuentro de autores y grupos. Entre los autores más destacados se encuentran Blanco Amor, Seoane, Daniel Cortezón, Manuel María, Roberto Vidal Bolaño y Manuel Lorenzo.
A partir de 1975 se producen importantes cambios: la muerte de Franco y el progreso democrático, cultural y político. En 1978 se aprobó la Constitución, y en 1981 el Estatuto de Autonomía de Galicia. La lengua gallega se convirtió en lengua oficial y se reinició el proceso de normalización, introduciéndose progresivamente en la educación y otros ámbitos. El gallego se convirtió en objeto de estudio e investigación filológica, y continuó el proceso de normativización. En 1982 se publicaron las Normas ortográficas y morfológicas de la lengua gallega, y en 2003 se aprobó la denominada Normativa de consenso.