Portada » Lengua y literatura » Evaluación de Adela: Trastorno Delirante y Necesidad de Residencia Especializada
Adela, de 29 años, es soltera e hija única. Residía en una casa junto a su madre Juana, su tío Pedro y su abuela materna. Adela es huérfana desde hace dos meses, su abuela falleció hace dos años, de su padre nunca ha sabido nada y su tío Pedro, soltero, vive en otro domicilio de la misma localidad desde hace seis meses, ya que la convivencia se le hacía muy difícil debido a la enfermedad mental de Juana y Adela. Por lo cual, actualmente vive sola.
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Actualmente, Adela, de 29 años, soltera y procedente de un pueblo de Andévalo, se encuentra ingresada en la Unidad de Hospitalización de Salud Mental del Hospital Juan Ramón Jiménez.
Es huérfana, ya que su madre falleció hace dos meses debido a un derrame cerebral y del padre solo tenemos constancia de que las abandonó cuando se enteró de que Juana estaba embarazada. Desde 1990 residen en el domicilio de la abuela materna, que falleció hace dos años, junto con su tío Pedro, soltero, el cual abandonó el domicilio cuatro meses antes de que Juana falleciera, aludiendo que la convivencia era muy difícil debido al problema mental que tiene su sobrina y tenía su hermana.
Adela tuvo que abandonar sus estudios con 17 años, ya que empiezan a aparecer los primeros síntomas de la enfermedad psiquiátrica. Desde entonces no realiza ninguna actividad laboral ni social, es decir, no sale de casa ni se relaciona con nadie. Muestra obsesión por la moda. Sin embargo, no viste bien ni se cuida. En definitiva, la moda y la belleza forman parte de su delirium mental. Muestra poca autonomía e higiene personal, con épocas en las que no se levantaba de la cama para nada, viviendo períodos de auténtico abandono. Por esta razón intervinieron en varias ocasiones desde el Ayuntamiento, para entrar en la casa a la fuerza para proceder a la limpieza, dadas las continuas quejas y avisos de las vecinas.
Fue en 1999 cuando Adela fue ingresada por primera vez con un intento de suicidio. La enfermedad empieza a manifestarse a través de períodos de desvalorización absoluta que le llevan a un estado de tristeza total, la cual venía generada por un delirio y no por un estado depresivo, lo que se denomina trastorno delirante, antes conocido como paranoia.
La intervención es realizada por el equipo de salud mental de la zona. Al no presentarse en las citas, es el médico de cabecera el que asiste a su casa y analiza la situación. Se decide llevar a cabo el tratamiento a través de las visitas domiciliarias con la enfermera y el médico de cabecera, coordinados con el psiquiatra. Al mismo tiempo de esta coordinación es cuando contactan con nosotros con la idea de gestionar cualquier ayuda que pueda solucionar la situación tan grave que tiene esta familia. Dadas las condiciones de abandono, se decide poner en marcha la gestión de ayuda a domicilio, se le comunica a la familia y, para nuestra sorpresa, nos encontramos con la absoluta negación por parte de Juana. Esta muestra una actitud de protección que bloquea cualquier tipo de intervención que se estipule como fundamental.
A los pocos meses, tras duras gestiones con la diputación y con el acuerdo de Juana, se decide internar a Adela, momento que se aprovecha para la limpieza del hogar y para analizar en profundidad la situación familiar del momento. De la entrevista que se le realiza a Juana se saca la siguiente información: que la situación económica era muy precaria debido a que solo recibía una pensión por discapacidad física de 470 € al mes, comentaba que su hermano Pedro, cuando trabaja en la construcción, colabora con el pago de algunas facturas o en la compra de alimentos, pero destaca que pasa mucho tiempo en un lupanar que hay en la entrada del pueblo y se lleva mucho tiempo jugando a las máquinas tragaperras. Además, alegó que ha tenido que cuidar a su madre y a su hija sola, ya que su hermano se desentendió de los problemas familiares. Juana admitió que no ha sabido llevar la enfermedad de su hija y que la pena marcó su relación con ella. Juana era consciente de su enfermedad y le aterraba la idea de dejar sola a su hija debido a la gran dependencia que existía entre ambas. Le damos información sobre sus derechos a recibir una prestación económica, por lo que se gestionó todo lo necesario y nos pusimos de acuerdo para ir a recoger la documentación.
Después de un mes de internamiento, Adela vuelve a casa y todo va bien, pero al cabo de cuatro meses, la mujer que presta la ayuda a domicilio es la que nos informa de que Adela ha vuelto a recaer, que lleva dos semanas sin levantarse de la cama, provocando fuertes discusiones con su madre. Esta información nos la da cuando se encuentra que Adela se ha encerrado en su habitación y nadie abre la puerta.
De nuevo se habla con Juana, aunque observamos que no se encuentra bien de salud, por lo que se decide dar parte al médico de cabecera, el cual decide su ingreso en el hospital. Se hace partícipe a Pedro de la situación de la hermana y la posibilidad de que se haga cargo de su sobrina mientras ella está en el hospital. La respuesta es negativa, alega estar muy ocupado y que lo de su sobrina es cosa de médicos y no de él.
Analizada la nueva situación, se toma la decisión de buscar plaza en la URA (Unidad de Rehabilitación de Área Mental), para que pueda ser atendida a lo largo del día (centro de día) y seguir con la ayuda a domicilio, dada la incapacidad de Adela para ocuparse de su vida. La gestión es positiva y se consigue que asista a la URA. Después de 15 días ingresada, Juana vuelve a casa y fallece de un derrame cerebral. De nuevo, Adela sufre una recaída alentada por dicho fallecimiento.
Actualmente va a la URA y resulta muy difícil trabajar con ella en sus condiciones actuales, se encuentra regresiva infantil, con labilidad afectiva, pérdida de contacto con la realidad y abandonada físicamente. Dada la situación, nos reunimos con el equipo de URA y se decide plantear otras medidas residenciales. Es así como nos ponemos en contacto con vuestra residencia, donde existen plazas para personas usuarias con enfermedad mental.
Adela y Juana tenían una relación donde existía una gran dependencia entre ambas debido a la sobreprotección por parte de Juana a causa de la enfermedad mental.
La relación de Adela y Juana con Pedro es y era muy distante, ya que este no se involucra en los problemas familiares.
Pedro, su tío, nos ha manifestado que no quiere hacerse cargo de Adela. Adela no cuenta con ningún tipo de redes de apoyo.
Actualmente, Adela no cuenta con ningún tipo de ingresos. Le hemos solicitado una pensión por invalidez, aunque aún no contamos con la resolución.
Adela cursó hasta 1º de Formación Profesional de la rama de estética, hasta los 17 años, edad en la que se manifestaron los síntomas de su enfermedad mental, lo que provocó el abandono de sus estudios.
La familia dispone de cobertura sanitaria por la Seguridad Social.
Adela presenta una enfermedad mental (trastorno delirante, antes conocido como paranoia), al igual que padecía su madre Juana.
Adela ha tenido un intento de suicidio, lo que provocó el primer ingreso en la Unidad Mental del Hospital Juan Ramón Jiménez.
Después de un mes de internamiento, Adela vuelve a casa. A los cuatro meses sufre una recaída. Para analizar la situación se vuelve a realizar una visita a domicilio en la que observamos que la salud de Juana no va bien, por lo que se da aviso al médico de cabecera, lo que provoca un nuevo ingreso. Al mismo tiempo, Adela acude durante el día a la URA (Unidad de Rehabilitación de Área Mental) y sigue recibiendo la ayuda a domicilio. Después de 15 días, Juana vuelve a casa, la situación se estabiliza, pero Juana sufre un derrame cerebral que le provoca la muerte. Adela, debido a dicha muerte, sufre una fuerte recaída, por lo que se decide, en conjunto con el equipo de la URA, que la mejor alternativa para Adela es una medida residencial. Después de realizar algunas gestiones, se localiza la Residencia Santa María de la Paz en Sevilla, la cual dispone de plazas para personas usuarias con enfermedad mental.
Adela reside en la vivienda familiar, la cual pertenecía a su abuela materna. Dicha vivienda se encuentra en pésimas condiciones, ya que es una casa antigua heredada de la familia en varias generaciones. No cuenta con cuarto de baño.
Adela no cuenta con ningún tipo de apoyo familiar ni social.
Adela, de 29 años, huérfana y soltera, presenta una enfermedad mental, trastorno delirante. Actualmente se encuentra ingresada en la Unidad de Hospitalización de Salud Mental del Hospital Juan Ramón Jiménez. Los primeros síntomas se le presentaron cuando tenía 17 años, lo que le provocó abandonar sus estudios.
Adela convivía con su madre, su abuela materna y su tío Pedro en una casa propia de la abuela materna. Esta vivienda se encuentra en pésimas condiciones, por ello el Ayuntamiento ha intervenido en varias ocasiones a la fuerza en la limpieza del hogar debido a las quejas de las vecinas. Pedro actualmente vive independizado en otra casa en la misma localidad.
La enfermedad de Adela cada vez es más grave, provocando delirium mental. El primer ingreso fue motivado por un intento de suicidio. Durante el tiempo del ingreso fue recuperándose muy bien y no tuvo una recaída hasta la muerte de su madre. Juana falleció debido a un derrame cerebral, lo que afectó muy negativamente a la salud de Adela, ya que eran muy dependientes la una de la otra. Actualmente, Adela no cuenta con ningún tipo de ingreso.
Mediante algunas gestiones, Adela ingresó en la URA, aunque esto es un servicio en el que puede estar solo durante el día, por la noche tiene que volver sola a casa. En coordinación con el equipo profesional de esta unidad, se decide que la mejor alternativa para ella es una medida residencial, por lo que nos ponemos en contacto para solicitar una plaza en la residencia.
Tras el estudio del caso junto con el equipo profesional de la Unidad de Rehabilitación de Área Mental, se valora como positivo y necesario el internamiento en una residencia especializada en salud mental, ya que actualmente se encuentra en el servicio de la URA y es muy difícil tratar con ella debido a la situación tan extrema en la que se encuentra. Es un servicio que abarca solo el día, por la noche debe volver a casa, en la que se encuentra sola y esta no dispone de suficiente autonomía para hacerse cargo de ella misma.
Por ello, proponemos que la Residencia Santa María de la Paz en Sevilla, con disponibilidad de plazas para personas usuarias con problemas de salud, es la más adecuada para tratar los problemas que presenta Adela. Por un lado, por los recursos y servicios que presta este centro, ya que podrían dar solución a sus necesidades y, por otro lado, no dispone de ningún tipo de red familiar ni social, solo cuenta con un tío, Pedro, el cual no quiere hacerse cargo de ella. Además, es conveniente alejarla de su medio, ya que el motivo de su recaída ha sido por motivo de la muerte de su madre, por lo que al volver a casa no resulta agradable. Necesita, también, atención para prevenir el suicidio, ya que existe el indicador de intentos previos y actualmente se encuentra en una situación más grave a la que le provocó el primer intento.
Por consiguiente, se solicita que valoren el internamiento inmediato de Adela en la residencia.
Firmado por: Trabajadora Social, Puerto Rodríguez, Sonia. Colegiada 05/1995