Portada » Griego » El Coleccionista: Relojes, Almas y la Ciudad Oculta
El libro comienza con el prólogo y la lucha de Jeremiah y Lord Clayton por el reloj Deveraux, en la que el primero resultó vencedor.
Tres personas esperan frente a un museo cerrado en Ciudad Antigua: Jonathan Hadley, un joven de 15 años; su padre, Bill Hadley; y su madrastra, Marjorie. Los tres son de Texas. Tras llamar insistentemente a la puerta, un criado les abre y les invita a entrar. Allí conocen al Marqués, un personaje peculiar, quien les muestra el museo, que alberga una colección de relojes, algunos de ellos malditos. Marjorie toca el orbe de uno de estos relojes, el Qu Sui, lo que provoca que su alma quede atrapada en él, dejando su cuerpo inmóvil. Después de una acalorada discusión que deja al padre en un estado similar al de la madrastra, el Marqués le dice a Jonathan que, si quiere recuperar el alma de Marjorie, deberá encontrar un reloj oculto en algún lugar de Ciudad Antigua en menos de 12 horas o la perderá para siempre.
Jonathan sale en busca del reloj, revisando escaparates y preguntando a la gente. Una persona le sugiere que hable con Nico, quien, creyendo que Jonathan es uno de «ellos», le entrega un colgante-reloj y desaparece. Más tarde, un extraño le ofrece el reloj de su vida a cambio de la «puerta». Jonathan se niega y el extraño lo persigue en forma de demonio hasta una iglesia, donde conoce a una chica llamada Emma, que le ofrece su ayuda. El padre de Jonathan despierta y, ante la insistencia de que su hijo no encontrará el reloj Deveraux, el Marqués le da instrucciones para hallarlo y se marcha en su búsqueda.
Emma y Jonathan se encuentran con Nadie, un chico que huye de la Muerte. Este les explica la existencia de la otra cara de Ciudad Antigua: Ciudad Oculta, a la que solo se puede acceder con las «Puertas», que son los colgantes-relojes. Tras esta revelación, Nadie se marcha. Poco después, los chicos se encuentran con la Muerte buscando a Sebastián Carsí Villalobos, y suponen que se trata de Nadie.
Emma y Jonathan discuten porque ella le asegura que el reloj que busca no está en Ciudad Oculta, sino en Antigua. Sin embargo, deben interrumpir la discusión porque unos extraños perros los persiguen. Antes de que los alcancen, Jonathan suelta el colgante para regresar a Ciudad Antigua. Cuando lo vuelve a coger, ya no hay ni perros ni Emma. Jonathan entra en una tienda y pregunta por el reloj. El dueño le dice que está en Ciudad Oculta y no en Antigua, como había dicho Emma. También le informa de que no se ha visto desde hace tres siglos y que la Ciudad se desdobló para proteger el reloj, que existe en el Intertempus. Le explica cómo funcionan los colgantes-reloj y la razón por la que el Marqués envía a la gente en su busca, ya que él no puede hacerlo debido a la Prohibición. Le comenta que los Señores de Ciudad Oculta custodian el reloj y que existen desde antes que nada, y que si no quieren dejarse ver, jamás los encontrará. Bill, en Ciudad Antigua, se encuentra con un gato que le entrega el colgante-reloj que le había quitado a Nadie, lo que provoca que la Muerte lo encuentre y le arrebate el alma con su espada.
Jonathan pierde la noción del tiempo con el Hacedor de Historias. Su padre lo despierta de su trance cuando pide ayuda porque los perros lo persiguen, y lo salva. Se encuentran con Emma y Jonathan descubre que ella no es humana, al igual que el Marqués, y que ella no quiere que encuentre el reloj.
Jonathan y su padre se esconden en un sótano. Su padre va a Ciudad Antigua y él sube a la planta de arriba, donde se encuentra con el Contador de Estrellas. Este le revela que es inmortal, y que ellos nacieron con el Tiempo, no en el tiempo, por lo que la Muerte no le afecta. Él es el creador de los relojes, incluido el Qu Sui, pero no le añadió el orbe, sino que fue el Marqués, quien siente un profundo desprecio por los humanos, a quienes considera inferiores. De repente, aparece Emma diciendo que les están esperando.
En una gran sala comienza el juicio para Jonathan, solicitado por el Contador. Cinco miembros del Consejo (Zaltana, Ming Yue, Arnav, Emma y el Contador) discuten sobre Jonathan y, finalmente, le cuentan lo que saben del reloj Deveraux: un reloj capaz de detener todos los relojes del mundo, pero también de destruir el universo. Por eso lo quiere el Marqués, que envidia a los humanos y desea morir. De pronto, entra Jeremiah.
El Marqués sale, avisado por su criado Basilio. Jeremiah trae consigo el reloj Deveraux y, tras él, a todo el Consejo. Comienzan un extraño ritual que refuerza la Prohibición. Jonathan le cuenta a su padre toda la historia: el Marqués había sido derrotado y tenía la marca del derrotado. Los otros seis habían establecido la Prohibición de que el Marqués no pasara a Ciudad Oculta, una prohibición muy poderosa. Sin embargo, sus voluntades de proteger el reloj iban disminuyendo, mientras que la del Marqués era muy potente. Si alguno de los seis abandonaba, el Marqués podría entrar. Como derrotado, el Marqués podía volver a lanzar un Desafío al vencedor, y lo hizo, pero Jeremiah volvió a ganar tras una terrible lucha mental. Cuando apenas quedaba tiempo, Emma obligó al Marqués a introducirse en el orbe del reloj de Qu Sui, ya que un derrotado dos veces debe obedecer las órdenes del vencedor. El Marqués entró y expulsó todas las almas que se hallaban en su interior, ya que, al ser inmortal, las otras almas no cabían en el reloj. La familia Hadley regresó a Estados Unidos y Jonathan se quedó con el último colgante-reloj como regalo.