Portada » Ciencias sociales » Émile Durkheim: Hechos Sociales y Evolución de la Sociedad
Estaba preocupado por delimitar qué debe estudiar la sociología, su objeto de estudio, que debe ser distinto de los objetos de estudio de otras ciencias, en especial de la psicología. Tenía la necesidad de crear métodos de estudio propios.
Son modos de sentir, pensar y actuar exteriores al individuo y tienen una realidad propia al margen de la vida y percepciones de sus integrantes. Poseen un poder de coerción sobre los individuos en virtud del cual se le imponen.
La sociedad es más que la suma de los individuos que la componen. La sociedad tiene una existencia propia que va más allá de cualquier experiencia personal y de los comportamientos individuales, porque existen, desde antes del nacimiento de cada individuo, formas reiteradas y consideradas correctas de comportamiento que se van transmitiendo de generación en generación.
Ya que los hechos sociales dan lugar a la existencia de la sociedad, puesto que las personas, si no siguieran algún modelo establecido de comportamiento, no obedecerían más que a sí mismas, lo que traería como consecuencias la desunión y la disolución de la sociedad.
Durkheim afirma que es necesario tratar a los hechos sociales como a cosas, porque tales hechos son externos a los individuos y ejercen sobre ellos una coacción, una obligación de cumplimiento.
Señala que para acceder al conocimiento sociológico de los hechos sociales se requiere trascender a la introspección, pues esta limita su estudio científico.
Opina que la sociedad capitalista tiene como consecuencia la ruptura de los lazos sociales propios de las comunidades preindustriales. Esta ruptura debilita la permanencia social de las personas, reforzando un sentimiento de desprotección y aislamiento. Por otra parte, si se la compara con las sociedades de solidaridad mecánica, la sociedad moderna no impone tantas restricciones a las personas. Existen deberes, pues de lo contrario no existiría sociedad, pero en el marco de una mayor libertad y tolerancia.
Sostenía que en las sociedades tradicionales, la religión ejercía un importante papel en la conexión social, papel que va perdiendo importancia a medida que la sociedad se hace más compleja. Durkheim descubrió la que considera la forma más elemental de la religión, el totemismo, es decir, la creencia en una fuerza misteriosa o sagrada que impone sanciones por las violaciones de los tabúes y que inculca obligaciones morales en los integrantes del grupo. El totemismo es una forma de coacción social internalizada en los miembros de una sociedad.