Portada » Historia » El Bienio Radical-Cedista y el Frente Popular: Auge y Caída de la Segunda República Española
En este período hay que diferenciar tres etapas:
La política que se lleva a cabo durante este período se puede calificar de contrarreformista. Gil Robles se muestra dispuesto a colaborar siempre y cuando se reformen las medidas adoptadas en el período anterior. La primera ley importante que se elabora es la Ley de Reforma Agraria. Se adoptan numerosas medidas que intentan desmontar la política anterior: se ralentiza la reforma agraria, se modifica la ley de términos municipales, se dan facilidades para desalojar a los arrendatarios por impago, se publica la ley de amnistía que afecta a Sanjurjo y se devuelven las tierras expropiadas a los Grandes de España, incluyendo fuertes indemnizaciones. Toda esta política provocará una huelga general en el mes de julio, lo que lleva a desmantelar los sindicatos.
En el aspecto militar, el gobierno intentará atraerse a los militares africanistas, concediéndoles ascensos. En consecuencia, buscan un apoyo del ejército frente al intento de republicanización de la etapa anterior, dando a esos militares cargos fundamentales.
Esta política se hace más evidente aún a partir de 1935 cuando, en la segunda etapa del bienio, Gil Robles pasa a desempeñar la cartera de Guerra con Lerroux como jefe de gobierno. Gil Robles nombrará a Franco Jefe del Estado Mayor Central y al general Mola lo situará al frente de las tropas de África. Estos dos militares, un año más tarde, se sublevaron contra la República. En diciembre del 35, cuando la crisis del gobierno se aproximaba y el Frente Popular se hacía más fuerte, Fanjul propondrá a Gil Robles un golpe de estado que no se llevó a cabo debido a la opinión contraria de Franco y del general Mola.
El hecho más destacado fue el intento de golpe de estado revolucionario que el 5 de octubre del 34 llevaron a cabo los partidos y sindicatos de izquierdas, a raíz de la entrada de tres miembros de la CEDA en el gobierno. La huelga tenía como objetivo la toma violenta del poder por los socialistas, la supresión de la Guerra Civil, la reorganización del ejército y la nacionalización de las tierras. Las Juventudes Socialistas, comunistas y anarquistas pretendían establecer un régimen semejante al de la URSS, con una dictadura del proletariado. El gobierno decidió enviar a Franco para controlar la situación, el cual no acudió. Se lucha casa por casa y el resultado fueron más de 1.000 muertos, sobre todo revolucionarios, y un menor número de bajas del ejército, a los que hay que sumar religiosos, sacerdotes y unos 30 guardias civiles asesinados por los revolucionarios, más 3.000 heridos, 30.000 encarcelados y una gran destrucción del patrimonio artístico de Oviedo y Asturias.
La represión económica posterior a los patronos también fue una consecuencia, ya que redujeron los horarios, los sueldos, despidieron a obreros sindicalistas y suprimieron sindicatos y publicaciones. A pesar del triunfo del gobierno, la República salió debilitada.
Se habló de un intento de golpe de estado fomentado por Gil Robles, que contaba con el apoyo de varios generales, pero la negativa de Franco desbarata el intento. Mientras la derecha parece dividida, la izquierda buscará la Unión Electoral de izquierdas. Este lema sería repetido durante el año 35 en múltiples mítines por Azaña. Cristalizará en una alianza de izquierdas propugnada por Prieto, el llamado Frente Popular. Su programa era volver a todo aquello que elaboró el primer gobierno de la República y que fue desmontado durante el Bienio. Del Frente Popular forman parte Izquierda Republicana, PSOE, UGT, Juventudes Socialistas, Partido Comunista, Ezquerra Republicana, POUM, ORGA y los anarquistas. En cualquier caso, a comienzos del 36 el panorama era una derecha desunida y una izquierda reforzada.
En febrero de 1936 se llevan a cabo las elecciones con un altísimo porcentaje de participación, el 72%, lo que indica que los anarquistas, en gran medida, participaron en el proceso electoral, y el resultado fue el triunfo del Frente Popular. El voto de la izquierda proviene de las grandes ciudades, de las zonas mineras, de latifundios, así como de aquellas regiones que pretendían una autonomía; el de la derecha vendrá de las zonas rurales del interior de la España norte.
El presidente de la República, Alcalá Zamora, encargó formar gobierno a Manuel Azaña, pero en una actuación irregular, si no ilegal, se destituyó a Alcalá Zamora, pasando a la presidencia de la República Manuel Azaña, siendo nombrado jefe de gobierno Casares Quiroga.
El período que se desarrolla entre febrero del 36 y julio del mismo año va a ser muy convulso en España, caracterizado por atentados, saqueos, incendios de sedes sindicales, periódicos rivales, edificios religiosos… Se abrirán las cárceles, amnistiando a los condenados por el proceso revolucionario del 34, saliendo a la calle más de 30.000 presos. Entre ellos, fue liberado Companys, por lo que vuelve a estar vigente el Estatuto de Cataluña y la ley de Reforma Agraria, e incluso se permite al IRA que autorizase la ocupación de fincas que se considerasen de interés social. Ello provoca una oleada de ocupaciones de tierras; los campesinos, jornaleros… empezaron a creer en el principio de la tierra para quién la trabaja, pero la situación provoca el temor de terratenientes que fueron desalojados, siendo los trabajadores y sindicatos la fuerza dominante.
En las ciudades la tensión social crecía más y más. Se aprecia, tanto por el PSOE como por la UGT, una tendencia a adoptar posturas cada vez más radicales, sobre todo el sector encabezado por Largo Caballero que, al igual que la CNT, acusan de gobernar en burgués. Se pretendía una revolución social que crease una sociedad sin clases, estructurada en comunas libertarias.
Por una parte, las Juventudes Socialistas se unieron con las Juventudes Comunistas, creando las Juventudes Socialistas Unificadas, dirigidas por Santiago Carrillo, y paralelamente se aprecia un fuerte crecimiento de afiliados y de actividad en la CNT y en la FAI. En el lado opuesto, encontramos a la Falange Española, que va a incrementar enormemente sus afiliados con gentes desengañadas de la CEDA, gentes de derechas, jóvenes de clases medias… En Navarra surge el Requeté, partidarios de los derechos del pretendiente carlista, por tanto, un partido de derechas. Los enfrentamientos entre la izquierda y la derecha son cada vez más violentos y, de hecho, unos y otros se arman con facilidad, e incluso el Requeté se organiza como milicia armada, y los enfrentamientos son permanentes, terminando siempre con muertes y asesinatos.
Un nuevo líder de la derecha que asciende con fuerza, Calvo Sotelo, liderará el Bloque Nacional, siendo cada vez más duras sus intervenciones parlamentarias. Por otro lado, la Iglesia está atemorizada, y el resultado será su oposición a la República, salvo la Iglesia del País Vasco.
En este contexto, se producirá el golpe de Estado que terminará con la II República y dará inicio a la tragedia de la Guerra Civil.
La Guerra Civil tuvo diversas causas:
El asesinato de Calvo Sotelo provocó un conflicto que se venía produciendo meses atrás. Es conocida la implicación de los militares en la política española, y desde el comienzo de la República fueron varios los intentos de golpe de estado.
Para la sublevación que se produce el 18 de julio se contactó con “requetés”, se buscó el apoyo financiero y político de la CEDA, e incluso el gobierno estaba al tanto de esta posibilidad. El gobierno no tomó medidas.
El resultado será que estalla la sublevación el 18 en la península. Esta sublevación dará lugar a una larga guerra que durará tres años. Las causas son que el golpe falló, que los gobiernos militares se sumasen a la sublevación y que Mola y Franco convergiesen en Madrid. Una parte importante apoyó la causa de la República, con lo cual quedó dividido, y por primera vez el pueblo se situará en uno u otro bando. A esta situación se sumaría la intervención internacional.
Producida la sublevación, territorialmente fracasará en las grandes ciudades, salvo alguna. En Madrid, el general Fanjul se atrincheró en el cuartel de la Montaña, y el pueblo armado lo tomó por asalto, produciéndose cientos de muertos. En Barcelona, Goded fue fusilado. El bando sublevado triunfará en Galicia, Castilla y León, África e islas. La España industrial permanecerá fiel a la República, y la España rural se sumará a los sublevados. Todo ello garantizará la alimentación en este bando y dificultades en el republicano. Los recursos financieros quedaron en manos de la República. Con respecto a las tropas, solo cuatro se sublevaron: los soldados profesionales de la Legión y de las tropas indígenas se sumaron a la sublevación, como también lo hicieron falangistas y carlistas. Esta situación no se dio en el bando republicano, donde las autoridades ordenaron a los soldados su vuelta a casa para evitar que se sumasen a la sublevación, lo que provocó una desmilitarización que se intentará resolver improvisando un ejército que formaban los partidos o sindicatos, mandados por líderes pero sin experiencia militar. Por último, mencionar que esta es la situación de España en el 36. Muchos españoles sirvieron en uno u otro bando por razones geográficas, y se vieron obligados a enfrentarse para evitar males mayores, y las ideologías fueron ocultadas por temor a represalias.
Respecto a la intervención internacional, las principales democracias crearon el llamado Comité de No Intervención, que reuniría hasta 30 países, llegando al acuerdo de no intervenir en el conflicto. Además, se cerrarían las fronteras de Francia y Portugal. La República recibió material militar de la URSS y también ayuda de Francia y de México. Este apoyo favoreció la vinculación de la República hacia la influencia soviética, que será pagada por el oro del Banco de España. La República gozó de la llegada de Brigadas Internacionales, la mayor parte simpatizantes del comunismo, cuyo objetivo era evitar la caída de la República, la expansión del totalitarismo y del fascismo. En el campo de los sublevados, la ayuda vino desde Italia y Alemania, una ayuda que fue pagada en materias primas, materiales necesarios para la industria armamentística alemana. Alemania envió asesores militares, Italia apoyó a los sublevados con soldados enviados por Mussolini, además de su armamento, Portugal enviará combatientes y EEUU se declarará neutral. Podemos considerar que la ayuda al bando sublevado era superior a la enviada en apoyo de la República. Sin esta ayuda extranjera, la guerra hubiese durado menos y las bajas hubiesen sido inferiores.