Portada » Biología » Fonética y Fonología: Articulación y Producción de Sonidos en Español
Glides: sonido transitorio o paso intermedio entre la vocal nuclear de la sílaba y el sonido posterior. Tienen su aparición en un contexto de vocales en contacto: diptongos o triptongos. En estos contactos, uno de los sonidos vocálicos deja de ser una vocal plena y pasa a ser un sonido transitorio. Es, por tanto, una realización alofónica (contextual). Proceden de las vocales altas (i, u) átonas (si son tónicas se mantendrán como vocales plenas). Cada lengua tiene una estructura silábica propia. En español:
Relaciones de inclusión de los fonemas consonánticos del español. Ma, margen anterior; Mp (margen posterior), SM (semimargen)
Límites silábicos: la frontera silábica ha de estar situada donde se produce un mínimo entre dos máximos (los núcleos de las dos sílabas entre las que se establece el límite). La acústica nos ayuda a silabificar un segmento (transiciones formánticas de las vocales: la consonante formará parte de la sílaba cuya vocal presente transiciones formánticas).
Las cavidades infraglóticas están integradas por el diafragma, los pulmones, los bronquios y la tráquea. Además de su función nutricional, sirven para recibir el oxígeno del aire inspirado, almacenarlo y expulsarlo de nuevo a través de las cavidades superiores para producir los diferentes sonidos.
El diafragma es un órgano primordial, ya que cuando vamos a hablar se relaja y permite la regulación de la respiración.
La cavidad glótica (o laríngea) es cartilaginosa. En ella encontramos los pliegues vocálicos (popularmente conocidos como cuerdas vocales), un elemento fundamental para la fonación. A partir de sus movimientos de abertura y cierre (es decir, a partir de su vibración) convierten el aire que sale de los pulmones en ondas sonoras (proceso de fonación), que a su vez podrá convertirse en un sonido lingüístico cuando llegue a las cavidades supraglóticas. La vibración provoca una primera división de los sonidos: si las cuerdas vocales vibran se producirán sonidos sonoros, mientras que si no lo hacen se producirán sonidos sordos.
El cuerpo humano no dispone de un aparato específico para la producción de sonidos, sino que aprovecha para ello órganos que tienen principalmente otra función vital: la respiración y la deglución. A pesar de ello se conoce al conjunto de órganos que intervienen en el proceso de formación de sonidos con la designación de aparato fonador.
Como se puede observar, el aparato fonador se divide en tres zonas: las cavidades infraglóticas (parte inferior del aparato fonador encargada de producir energía aerodinámica), la cavidad glótica (parte central del aparato fonador encargada de la fonación) y las cavidades supraglóticas (parte superior del aparato fonador encargada de articular distintos sonidos y amplificarlos).
Se suele llamar tracto vocal a las dos cavidades superiores del aparato fonador (la cavidad glótica y las cavidades supraglóticas). Los órganos del tracto vocal son llamados articuladores y cumplen una función en el mecanismo de producción de los sonidos del habla.
La producción del sonido sigue, por lo tanto, tres fases que se relacionan con las tres partes del aparato fonador.
En las cavidades supraglóticas se produce el proceso de articulación, es decir, la producción de sonidos a partir de la posición de los órganos articuladores.
Órganos articuladores activos: aquellos que llevan a cabo un movimiento destinado a conseguir la cavidad que requiere la articulación de un sonido determinado.
Órganos articuladores pasivos: aquellos que soportan el contacto o el acercamiento (en distintos grados) de los articuladores activos, principalmente la lengua.
1) Punto de articulación (PA): lugar donde se unen o aproximan los órganos de la fonación a la hora de producir el sonido.
Según el velo del paladar.